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  • La empatía y la justicia social

    La empatía y la justicia social

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    Un mensaje de Toby Israel, fundadora de Mujeres Fuertes

    Recién me enteré que alguien ha estado difundiendo información falsa sobre mi y mis opiniones políticas. Normalmente, no respondería a la difamación, pero además de eso, varias personas de nuestra comunidad me han preguntado sobre mi perspectiva sobre Israel-Palestina en los últimos meses.

    Si me conocen por los talleres de autodefensa, seguramente se han dado cuenta que en mi rol de gestora de Mujeres Fuertes no hablo mucho sobre mi – ni mi religión, ni mi familia, ni mi vida personal, ni mi política.

    Eso no es casualidad. Como conversamos en nuestras capacitaciones de instructoras, todo lo que hacemos como facilitadoras, lo hacemos con la intención de apoyar a nuestras participantes. Cada decisión que he tomado en mis 7 años de construir y gestionar este proyecto es la que – creo, espero – mejor apoya nuestra misión: brindar herramientas de autodefensa holística a todas las personas posibles.

    He sentido, y sigo sintiendo, que es el mejor para nuestra mision estar muy selectiva con cuando y porque comparto mis historias y opiniones personales por estos canales.

    Y claro, la interseccionalidad está al corazón de nuestra metodología. La autodefensa y la lucha contra la violencia patriarcal es y debería estar entrelazada con otras luchas, entre ellas contra el colonialismo, el racismo, la intolerancia, y la destrucción ambiental.

    Y, nuestra presencia digital, bien como nuestros talleres presenciales, busca impartir información específica sobre técnicas físicas y verbales para la defensa personal y comunitaria. Es nuestro enfoque que nos ha permitido tener el impacto que tenemos. No quiero y no permitiré que el discurso polarizado de nuestros tiempos obstruya ese impacto.

    En nuestra comunidad existen, les aseguro, muchas perspectivas distintas sobre temas sociales, políticas, espirituales, íntimas, y filosóficas. No todas estarán de acuerdo conmigo (y eso está bien!), pero yo creo que esa diversidad – y el aprender cómo sostenerla con compasión y amor – es clave para construir una red fuerte.

    Me entristece profundamente cuando veo la polarización (en esta comunidad y muchas otras) dividir personas buenas que tal vez hubieran podido ser aliadas. Me entristece y me duele ver mentiras sobre mi persona usadas para alimentar esa misma polarización.

    Aquí, no tenemos que ser amigas para ser hermanas. Nos une una pasión compartida por la autodefensa holística y la prevención de violencia.

    A la vez, muchas de ustedes no son solamente colegas o alumnas, sinotambiénamigas. Como amiga, tengo que reconocer que tampoco no he compartido todo. He tenido el privilegio de vivir muchas vidas en una. Me apasionan muchas cosas. Son pocas las personas con las cuales comparto todo, y mucho menos en las redes sociales.

    Ya hace rato que elijo minimizar mi tiempo en estos espacios virtuales. Me parece que las tecnologías informáticas, estructuras capitalistas creadas para comodificar nuestra atención, nuestro dolor, nuestra rabia, nuestro miedo, y nuestro deseo, simplemente no pueden aportar a las conexiones y conversaciones que yo deseo desarrollar.

    ~

    Todo eso dicho, agradezco a las amigas que me han aconsejado que compartir un poco más sobre mi conexión con Israel-Palestina y la lucha para la paz, libertad y seguridad de todes en esa región, podría aportar algo de valor aquí.

    Tenía 16 años la primera vez que escuché la palabra “nakba”. Ha sido uno de los trabajos mas importantes de mi vida adulta reconciliar la historia de Israel que aprendi como niña – una historia de esperanza, de supervivencia – con la historia de Palestina – una historia de perdida, colonización, y ahora genocidio. Escribí mi tesis en la antropología sobre la identidad de mujeres judías. Hice mi maestría en la universidad de la paz, lo cual me trajo a Costa Rica. Durante un año y medio, desde 2023, colaboré con Peace Activation, una organización bien alineada con mi perspectiva sobre la paz y la importancia de la empatía en la transformación de conflicto, y la cual recomiendo a cualquier persona que busca un espacio de escucha y activismo con alma.

    Creo que todes saben – o asumen – que soy judía. Muchas saben que una parte de mi familia ahora vive en Israel, incluso mi hermano, mi sobrinita, y mi sobrinito, unas de las personas mas importantes para mi. Quiero un mundo diferente para ellos – y para todos nosotros.

    Mi herencia como mujer judía, y como la nieta de sobrevivientes del holocausto, esta en mi ADN, mi alma, y mi compromiso con la justicia social. Está al corazón de mi trabajo con Mujeres Fuertes, mi pasión por la paz, y mi creencia profunda que cada persona es sagrada y digna de libertad y seguridad.

    Por esa misma creencia, denunció al gobierno estadounidense por su responsabilidad directa en los ataques de Israel contra la vida y la seguridad de la población palestina, como principal proveedor de armas.

    Denuncio al gobierno israelí por su genocidio en Gaza, lo cual ha matado mas de 60.000 personas palestinas en los ultimos 16 meses, y por sus décadas de colonialismo. Cito el nuevo reporte de B’Tselem lo cual confirma que, “La evidencia muestra un desmantelamiento deliberado y sistemático del sistema de salud de Gaza y otros sistemas vitales necesarios para la supervivencia de la población.”

    Y denunció a Hamás por su ataque contra Israel el 7 octubre de 2023, matando a 1.200 personas y tomando más de 240 rehenes.

    Yo, como muchos de ustedes, siento rabia, impotencia, y muchísimo dolor. Siento miedo todos los días para las personas que amo – y para las personas que no conozco, pero que amo también.

    Entiendo el impulso de canalizar esa rabia, dolor, y miedo hacia las personas que quedan a nuestro alcance. Pero les recuerdo que:

    1. Son los gobiernos los que fabrican, venden, y lanzan bombas, y que más merecen nuestra rabia.

    Son los gobiernos los que fabrican, venden, y lanzan bombas, y que más merecen nuestra rabia.

    1. que el odio nunca nos acerca a la paz. No hay lugar en la comunidad de Mujeres Fuertes para discurso intolerante, deshonesto, o violento hacia ningún grupo de personas. Denuncio el antisemitismo, la islamofobia, y la intolerancia en todas sus formas.

    que el odio nunca nos acerca a la paz. No hay lugar en la comunidad de Mujeres Fuertes para discurso intolerante, deshonesto, o violento hacia ningún grupo de personas. Denuncio el antisemitismo, la islamofobia, y la intolerancia en todas sus formas.

    1. Que cuando la impotencia nos vuelve locas, seguir caminando, con pasos sólidos y conscientes, hacia el mundo que queremos construir – agregar nuestra gota de agua al mar de cambio – nos enraiza en nuestro poder.

    Que cuando la impotencia nos vuelve locas, seguir caminando, con pasos sólidos y conscientes, hacia el mundo que queremos construir – agregar nuestra gota de agua al mar de cambio – nos enraiza en nuestro poder.

    1. Que no estamos libres hasta que todes estén libres. Mi libertad, nuestra libertad está profundamente conectada a la de cada otra persona. Y si no podemos coexistir y respetarnos en nuestras comunidades pequeñas, no hay mucha esperanza para el mundo.

    Que no estamos libres hasta que todes estén libres. Mi libertad, nuestra libertad está profundamente conectada a la de cada otra persona. Y si no podemos coexistir y respetarnos en nuestras comunidades pequeñas, no hay mucha esperanza para el mundo.

    ~

    Performar nuestras opiniones no es lo mismo que habitarlas. Repito un hecho que me parece cada vez mas importante: Mucho del trabajo más importante–escuchar, educarnos, deconstruir las identidades que heredamos, y tener conversaciones difíciles, aun cuando nadie está mirando–es lento, a veces aburrido, e invisible. Ese trabajo alimenta un cambio social sostenido.

    No es para decir que el activismo digital no tiene impacto, claro que sí. Pero no es el único impacto.

    ~

    Creo que debemos expandir nuestra imaginación de lo posible si aspiramos a construir una realidad diferente.

    No podemos elegir nuestra herencia – nombres, o traumas, o historias – pero si elegimos qué hacer con ella.

    En la tradición judía, los nombres tienen un peso importante. Me niego a permitir que el gobierno israelí actua o habla en mi nombre.

    Como persona judía nacida en la diáspora, afirmo que “nunca mas” significanunca mas para ningun grupo, o no significa nada.

    Como la bisnieta de refugiados judios que eligieron el apellido “Israel” para comenzar su vida en los Estados Unidos, yo decido lo que significa mi nombre hoy.

    Para mi, significa una tierra segura y sagrada donde nos reunimos en comunidad, en cualquier parte del mundo, para compartir el pan, reír, llorar y orar juntos, y recordarnos que nos pertenecemos los unos a los otros.

    Es un sueño: paz y seguridad para todes, cada uno de nosotros sagrado, completo y digno de vida.

    Estamos muy lejos de esa tierra hoy, pero mi nombre me recuerda la esperanza de mis ancestros:

    Algún día, llegaremos.

    Espero que cada une siga trabajando hacia el mundo que desea, paso a paso, gota a gota.

    Aquí seguiremos con la misión que hemos tenido desde el inicio: brindar herramientas de autodefensa a todas las personas posibles.

    Es un honor compartir esa misión con ustedes.

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

    Aprovechen nuestros recursos digitales de autodefensa:

    • Unblogcon docenas de artículos sobre la autodefensa, la prevención de violencia, y otros temas relacionados.
    • Uncanal de YouTubecon MUCHOS talleres de autodefensa grabados.
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    • Uncurso digitalautodidacta.

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    Un handbook en formato PDF ilustrado explicando todas las técnicas.

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  • Sobre la epidemia de soledad masculina

    Sobre la epidemia de soledad masculina

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    En los últimos meses, ha habido mucha atención mediática y comentarios en torno a lo que se ha definido como una “epidemia de soledad masculina”.

    Ahora bien, si tomamos la definición técnica del término, eso significaría que los hombres se están contagiando entre ellos rápidamente de su soledad. Aunque no creo que esa sea la intención detrás del uso de la palabra, puede que sea técnicamente cierto. Por mucho que a la sociedad le encantaría culpar a las mujeres, la realidad puede ser más fiel al término: que los hombres están socializándose entre ellos —o antisocializándose entre ellos— en su aislamiento.

    En realidad, lo que se denomina (a través de un lente mediático patriarcal) como la epidemia de soledad masculina, es en verdad una epidemia de violencia masculina.

    O tal vez, la soledad generalizada es una consecuencia directa, o la evolución, de un problema social profundamente arraigado: la epidemia de violencia masculina. Esta epidemia de violencia es mucho más letal y contagiosa que su resultado inevitable para los hombres: sentirse solos cuando sus comportamientos violentos los alejaron, en lugar de acercarlos, a la conexión.

    Es cierto que las tasas de suicidio son más altas en hombres que en mujeres. También hay mucha investigación que muestra lo perjudicial que puede ser la soledad para nuestra salud general como seres humanos. Es importante reconocer estos hechos porque el objetivo no es minimizar los riesgos de la soledad ni el bienestar mental y emocional de los hombres.

    El punto es que la situación social de soledad colectiva masculina es en realidad el resultado directo de la violencia colectiva masculina, la cual ha estado presente en la sociedad durante miles de años y es mucho más propensa a propagarse que la soledad. En los últimos años, se ha convertido en una epidemia transmitida por pódcast. Antes de eso, el patógeno se propagaba a través de conversaciones en vestuarios y las típicas excusas de “los chicos son así”.

    ¿Soledad masculina causada por la violencia masculina? No debería ser tan difícil de entender, pero desglosémoslo.

    Para empezar, a un nivel fundamental, tal vez algunos hombres no estarían solos si no hubieran matado a sus parejas o familias. A nivel mundial, alrededor de 50,000 mujeres al año son asesinadas por sus parejas íntimas, exparejas o miembros de la familia. Me pregunto si esos 50,000 hombres se cuentan dentro de la epidemia de soledad masculina.

    Pero más allá de eso, es bastante fácil entender cómo la experiencia colectiva de la soledad masculina es, en realidad, la evolución obvia de la violencia patriarcal.

    La violencia masculina siempre ha sido normalizada en un mundo patriarcal. En sociedades donde los hombres tenían el poder de definir la realidad, la definieron para apoyar y justificar sus propios comportamientos. Así, sus malas conductas podían fácilmente ser etiquetadas como normales… por ellos mismos. Por tanto, la violencia fue normalizada y las mujeres condicionadas a tolerarla, y en un mundo donde las mujeres dependían de su relación con los hombres para sobrevivir literalmente, estaban obligadas a tolerarla. Si tu esposo te golpea, pero no tienes opción legal de divorcio, ni derecho a tener una cuenta bancaria, ni posibilidad de vivir sola o volver con tu familia, ¿qué más puedes hacer que tolerar los golpes?

    Entre las mujeres, también socializadas bajo condiciones patriarcales, hay distintos niveles de misoginia internalizada, diferentes grados en los que hemosnormalizado nuestra propia opresión, romantizando la dominación masculina sobre nosotras, e interiorizado el abuso como amor. No todas las mujeres, claro. Algunas hemos luchado con fuerza para deconstruir lo que significa vivir y amar, e incluso —me atrevo a decir— reír en la cara del patriarcado.

    Durante mucho tiempo, mientras la violencia masculina era normalizada por los hombres en un mundo dominado por ellos, y sus malos comportamientos eran absorbidos por las mujeres, los hombres seguían manteniendo relaciones con mujeres. Incluso si odiaban a sus parejas, por lo general seguían teniendo una esposa a la que volver, e hijos también. Si sus matrimonios carecían de amor y estaban construidos sobre dinámicas de poder desiguales, los hombres aún podían encontrar amor y afecto fuera del matrimonio —generalmente, sin consecuencias. ¿Qué podía hacer una esposa sin cuenta bancaria? (Desde luego, no reaccionar emocionalmente —eso podría llevar a una mujer a ser institucionalizada o lobotomizada en ciertas épocas).

    De hecho, la institución del matrimonio era, en muchas culturas, más una alianza política y social que una unión por amor. El amor quedaba para lo extramarital. Los hombres no estaban solos, porque tenían esposas en casa obligadas por las condiciones sociales a cuidarlos y a criar a su descendencia, y también tenían amantes fuera del hogar.

    Además, se tenían entre ellos para validar la justicia de esas condiciones sociales. Los hombres tenían espacio público. ¿Con quién se encontraban allí? Con otros hombres cuyas esposas miserables también estaban en casa.Tenían amigos. Esposas para los servicios, amantes para el placer, y espacio público para socializar…tal como lo diseñaron.

    Después de siglos de quemas, ahogamientos, lobotomías, feminicidios y generaciones de gaslighting cultural para convencernos de que estamos locas por tener necesidades, histéricas por sentir emociones, no lo suficientemente inteligentes para estudiar, no lo suficientemente fuertes para ciertos trabajos o para subirnos a un tren porque se nos iba a salir el útero o lo que sea, las mujeres luchamos por tener acceso a los espacios y servicios que los hombres nos habían negado: educación, trabajo (un triunfo para el capitalismo), cuentas bancarias, propiedad, cargos políticos, el derecho a no ser violadas por nuestros maridos, entre otros. Es decir, todavía nos violan, pero ahora podemos presentar una denuncia. Probablemente, no pase nada más allá de nuestra propia retraumatización a manos de un policía o juez hombre, pero hay un acuerdo social de que los hombres nodeberíanviolar. Aunque los “machos alfa” de los pódcast traten de convencernos de lo contrario.

    (Si toda esta sumisión y servidumbre viniera naturalmente a las mujeres, probablemente no habría habido tantas cazas de brujas, lobotomías ni olas de feminismo. Si fuera natural para nosotras someternos a los hombres y quedarnos calladas, la cultura de los pódcast alfa ni siquiera existiría. ¿A quién están tratando de convencer de nuestra sumisión?)

    Y entonces llegó cierto grado de liberación económica para las mujeres, y con los anticonceptivos, algo de control sobre nuestros hábitos reproductivos (ambos triunfos del capitalismo, al menos), y de repente —en términos evolutivos…

    Las mujeres ya no dependíamos de nuestra relación con los hombres para sobrevivir en la realidad que ellos crearon.

    Con acceso al espacio público, a la educación, al mercado laboral, a cuentas bancarias propias y la posibilidad de alquilar o tener propiedades, ya no teníamos que tolerar el abuso dentro de nuestras relaciones. Aún ocurre, por supuesto: el condicionamiento social no se deshace tan fácilmente. Pero a medida que las mujeres salimos del aislamiento de nuestras casas, cortamos las cadenas que nos ataban a la estufa, comenzamos a hablar con otras mujeres y nos dimos cuenta de que sí podíamos sobrevivir sin relaciones que nos hacían odiarnos a nosotras mismas,muchas empezamos a diseñar vidas que no giraban en torno a nuestra relación con los hombres.

    Muchas mujeres aún quieren estar con hombres, aún desean parejas, familias, romance y amor, pero sus expectativas y necesidades han subido de nivel. Y, si leemos los comentarios en prácticamente cualquier publicación de redes sociales, parecería que los hombres no.

    La violencia masculina ha alejado a las mujeres de ellos. Esto no es un fracaso de las mujeres. No es que hayamos fallado en someternos o en ser femeninas. No es que estemos “demasiado en nuestra energía masculina” ni ningún otro discurso de gaslighting, ya sea sacado de la píldora roja o de tonterías pseudo espirituales de la nueva era. Cuando luchamos y conseguimos acceso a nuestros propios recursos, comenzamos a evitar la violencia masculina. Y los hombres se enfadaron por eso. Y cuanto más enfadados, más violentos. Y cuanto más violentos, más los evitamos.

    Y ahí entra… la epidemia de soledad masculina.

    Si tratas con violencia a las personas a tu alrededor, no querrán estar contigo. Parece tan básico, y, sin embargo…

    Como con cualquier tema, hay más matices y complejidad de lo que una afirmación general puede abarcar, así que esto no significa quesolola violencia cause la soledad.

    La soledad proviene de la falta de conexión. La violencia crea desconexión.

    No puedo hablar por ellas, pero puedo imaginarlo. Puedo imaginar que las mujeres de generaciones pasadas, aisladas en sus casas, atrapadas en matrimonios abusivos, sin oportunidad económica para salir, en matrimonios sin amor, donde sus maridos podían buscar amor extramatrimonial… puedo imaginar que todas esas mujeres también se sentían solas.

    Ningún medio de comunicación hablaba de esa soledad. Apenas conseguimos que reporten cuando nuestras parejas nos asesinan. (Cabe mencionar que cuandosíhay atención mediática por un feminicidio, siempre se trata de una mujer joven, blanca y convencionalmente atractiva, mientras que mujeres indígenas, negras y latinas son asesinadas y desaparecen a tasas mucho más altas).

    A nivel global, los hombres asesinan a 137 mujeres al día. Pero en realidad, probablemente son más.

    Una de cada tres mujeres ha sido o será abusada o agredida sexualmente por un hombre. Pero en realidad, probablemente son más.

    Y esto ni siquiera es un problema únicamente de género. La violencia masculina no solo va dirigida a mujeres. Cuando los hombres y niños son víctimas de violencia, generalmente también es a manos de otros hombres.

    ¿Cuántas mujeres han sido asesinadas, ahogadas, quemadas en la hoguera, violadas, lobotomizadas? ¿Cuántas han visto su trabajo robado y acreditado a algún hombre?

    ¿Cuántas han vivido vidas enteras sin haber consentido nada de ello?

    ¿Crees que las mujeres no han estado solas? Por supuesto que sí. Pero no nos entrevistaron en elWashington Postni nada por el estilo.

    Nosotras conseguimos gatos. Y brunch. Y terapia. Pilates y pelotones. Clubes de lectura y círculos de luna y Taylor Swift. Nos reunimos con las chicas, los gays y les “theys”. (Porque, resulta que ¡puedes ser amiga de cualquier ser humano que te caiga bien y a quien tú le caigas bien! ¡Es increíble!)

    Y los hombres lo odiaron. Nos dicen que vamos a morir solas con nuestros gatos y luego se quejan de estar solos.

    ¿Quieren que muramos solas? ¿O quieren que estemos con ellos?

    Es un poco confuso, la verdad, chicos.

    Cuando por fin salimos de nuestras casas y entramos a la vida pública, cuando dejamos de creer las narrativas de que otras mujeres eran nuestras mayores enemigas y empezamos a confiar y construir relaciones significativas entre nosotras, comenzamos a crear conexión. Y esa conexión no dependía de tener una pareja masculina. Esto no quiere decir que muchas mujeres no sigan deseando una pareja masculina, o conexión con hombres —pero muchas estamos cansadas de lidiar con el riesgo de violencia que eso conlleva. Y parece que, en lugar de volverse menos violentos, los hombres se están volviendo más solitarios.

    Pero aquí está el detalle: ¡no todos los hombres están solos! Algunos hombres aman a sus esposas. Algunos hacen amigos con otros hombres, ¡e incluso con mujeres! Algunos van a terapia. Algunos están dispuestos a deconstruir el condicionamiento que ha normalizado sus comportamientos violentos.

    Y si no están dispuestos a hacer el trabajo necesario para construir conexión en sus vidas… quizás deberían conseguir un gato.

    La soledad es parte de la condición humana. Momentos fugaces o agudos de soledad son emociones humanas normales.

    Creo que todas las personas podemos relacionarnos con el sentimiento de soledad. Así como estamos hechos para sentir conexión, creo que también estamos hechos para sentir soledad. Como todas las emociones que nos muestran algo, la soledad nos muestra (si lo permitimos) dónde necesitamos construir o crear conexión, o qué conexiones debemos soltar porque no son saludables.

    La soledad crónica, a largo plazo, es perjudicial para la salud. Somos seres sociales y nos necesitamos unos a otros. Sabemos que la soledad conlleva malos resultados de salud y disminución de la longevidad.

    También sabemos que la violencia masculina causa directamente muchas muertes cada año: 50,000 mujeres. Más todos los hombres que son asesinados por otros hombres. Más todas las guerras y genocidios dirigidos por hombres.

    Antes de abordar la soledad, debemos tomarnos en serio la violencia masculina, porque la soledad es producto de la desconexión, y es imposible conectar a través de la violencia.

    Sobre la autora

    Amy es facilitadora de defensa personal, certificado de Nivel 1 por ESD Global en 2018. Vive en Playa Samara donde facilita clases, cursos, y talleres de defensa personal. Amy también es escritora, editora, e instructora de yoga. Le gusta bailar, caminar en la playa con su perrita, reírse con amigas y combatir el patriarcado con sus palabras escritas.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • La autodefensa como acto de resistencia diaria

    La autodefensa como acto de resistencia diaria

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    Me cuidan mis amigas

    “Avisame cuando llegués” debería ser opcional, pero entre mujeres, es un código silencioso de cuidado, un gesto de sororidad involuntaria que hemos aprendido a ejercer para sobrevivir, y casi que una orden obligatoria.

    En un mundo donde la violencia de género es una sombra constante, la seguridad para las mujeres se ha convertido enun acto de resistencia diaria. Según las voces de decenas de mujeres que respondieron a la pregunta* “¿Qué es seguridad para vos y qué medidas tomás para sentirte segura?”, la respuesta no es sencilla ni uniforme, pero revela patrones profundos y dolorosos:

    • nos cuidamos entre todas,
    • nos preparamos para lo peor, y
    • nos protegemos aunque debería ser innecesario.

    nos cuidamos entre todas,

    nos preparamos para lo peor, y

    nos protegemos aunque debería ser innecesario.

    “Si viajo sola, me informo de todo, busco un hotel seguro y llevo implementos para protegerme”, cuenta Liam, Majo relata cómo siempre lleva consigo spray de pimienta y una mini cuchilla entre sus llaves.

    Hay quienes prefieren correr sólo en zonas muy transitadas, (la gran mayoría comparten su ubicación en tiempo real con amigos, madres, hermanas, parejas) y quienes simplemente ya no se animan a salir solas.

    Estos relatos no son anécdotas aisladas: son formas de autodefensa que hemos internalizado.

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    Desde un contacto de emergencia en el celular, hasta llevar elementos cotidianos que pueden transformarse en armas como un sacacorchos “porque le sale un cuchillo fácil”. Desde revisar minuciosamente el lugar al que vamos, hasta pedir compañía para evitar trayectos solitarios, la autodefensa no siempre implica golpes o técnicas de combate; también es estrategia, prevención, intuición aguda y una red de cuidado que tejemos entre todas.

    La seguridad, para nosotras, se construye en pequeños actos que, en conjunto, revelan una realidad cruda: vivimos en un entorno que no está hecho para protegernos, por eso, lo hacemos nosotras mismas.

    Para salir de la casa, nos aseguramos de que alguien sepa siempre dónde estamos; evitamos zonas desconocidas y solitarias de noche y muchas veces por completo. Aprendemos a vivir en un constante estado de vigilancia, cuidando nuestras pertenencias y nuestra propia existencia, siempre atentas a nuestro entorno.

    Este ejercicio cotidiano de supervivencia, también nos enseña a practicar la sororidad, porque, estar pendiente y “acompañar de lejos”, es un compromiso que tenemos unas con otras, un acuerdo que establecemos y entendemos sin ninguna explicación previa.

    La autodefensa femenina es la respuesta a una sociedad que nos quiere divididas, pequeñas y atemorizadas.Y sin embargo, cada vez que una mujer elige proteger a otra, cuidarla, confiar en ella y acuerparla, está desafiando ese mandato.

    autodefensa holistica, mujeres fuertes

    Hoy, cuidarnos es una forma de lucha.

    Es apoyo traducido en acción. Y, aunque el sueño es que un día ninguna tenga que vivir con miedo, por ahora seguiremos construyendo nuestras propias redes, gritando juntas, y defendiéndonos juntas.

    Porque nos tenemos. Porque nos cuidamos. Porque existimos. Y porque entendimos quela seguridad es colectiva.

    No estamos solas cuando aprendemos a protegernos entre todas con un cuidado mutuo que se expresa en mensajes, ubicaciones compartidas y herramientas improvisadas y que no es sólo un acto de supervivencia, es también una forma de resistencia activa.

    La autodefensa no empieza (ni termina) en el cuerpo: empieza en la confianza de que, juntas, podemos crear un entorno más seguro.

    *Este texto nace de una pregunta que lancé en Instagram, buscando respuestas reales, cotidianas y urgentes. A través del crowdsourcing con mi comunidad de redes, recopilé experiencias directas de mujeres que, en su día a día, construyen su seguridad a como pueden. No es una investigación formal, pero sí una forma de tomarle el pulso a la realidad desde la voz de quienes la viven, y no son datos estadísticos, son testimonios que hacen visible lo que muchas ya intuimos: que la seguridad personal, para nosotras, es una práctica colectiva.

    Sobre la autora

    Sara Alvarez Keller, estudiante de psicología interesada en temas sociales quien está redescubriendo sus pasiones, mientras encuentra equilibrio entre el trabajo y la universidad. Amante de los libros, el café, viajar y los atardeceres.

    Sara Alvarez Keller, Mujeres Fuertes Autodefensa

    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • De la desconfianza a la sororidad

    De la desconfianza a la sororidad

    Mujeres Fuertes Autodefensa, sororidad, 8M

    Este 8M, un llamado a la solidaridad

    “Es la amistad entre mujeres que ni siquiera son amigas”, le dice la escritora y periodista peruana Gabriela Wiener a BBC sobre la sororidad.

    Esa es la clave, y de los puntos que más me impresionan; que una desconocida sea capaz de acuerpar a una mujer, en momentos incluso poniéndose en riesgo, y no esperar nada a cambio.

    Por otro lado, me deja un sabor amargo en la boca queel 90% de agresores a mujeres sean familiares o personas cercanas a ellas, dejando en clara evidencia un opuesto casi poético entre la sororidad y la violencia de género.

    Es difícil alcanzar este nivel de compañerismo y solidaridad habiendo crecido en una estructura que fomenta y casi que impone la desconfianza entre mujeres, que no impulsa una competencia sana en ámbitos profesionales, educativos y de logros, si no en estándares de belleza inalcanzables y por la atención de hombres.

    Despojarse de tantas expectativas es complejo, no caer en el sinfín de estímulos que recibimos sobre quienes dictan nuestro pasado, presente y futuro es una lucha constante, y sólo se logra cuando alcanzamos una posición de reconocimiento y respeto mutuo. Eso es la sororidad.

    Mujeres Fuertes Autodefensa, sororidad, 8M

    “La sororidad es un pacto político de género entre mujeres que se reconocen como interlocutoras… No hay jerarquía, sino un reconocimiento de la autoridad de cada una”, escribe Marcela Lagarde.

    Es importante luchar por la libertad, admirarnos y criticarnos conscientemente, no cayendo tampoco en un apoyo ciego que derrote el propósito de la sororidad y la hermandad. Se han escudado personas detrás del feminismo para caer en acciones racistas, xenofóbicas, clasistas e incluso machistas, valiéndose de que “las mujeres tenemos que ser sororas siempre”.

    Esto no sólo es moralmente reprochable, si no que alimenta al patriarcado a utilizar los términos como “¿no es que son sororas? ¿Dónde está el apoyo entre mujeres? ¿Y las feministas qué se hicieron? Y que en su mayoría provienen de hombres ansiosos y sedientos por tener la más mínima excusa para burlarse y violentar a las mujeres.

    Es importante recordar este contexto, especialmente ahora que se avecina el 8M, cuando escuchamos a muchas mujeres decir que quienes nos manifestamos no las representan, o que “esas no son formas” (de pedir equidad e interseccionalidad en los derechos que nos pertenecen).

    Me encantaría poder ir persona por persona, recordándoles que gracias a esas mujeres que fueron ruidosas, rebeldes, y revoltosas, es que ellas pueden votar, que pueden estudiar, que pueden trabajar y utilizar pantalones o el tipo de vestimenta que deseen.

    Pero más que eso, me genera tristeza pensar que nunca han estado en una marcha sólo de mujeres, sintiéndose enormes, fuertes, poderosas y sin miedo, acuerpadas por una y mil y una de desconocidas, brincando y cantando, gritando al unísono en una marea que suda dolor, frustración, impotencia; pero también muchísimo amor, pasión y felicidad.

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    Yo marcho por mí, pero como mujer blanca reconozco mi privilegio y sé que ahí no acaba, tengo que ver más allá de mi nariz diría una de mis mejores amigas; así quemarcho por ellas, por las que están, las que faltan y las que estarán.

    Por la desconocida que me cuidó en un bar hace 10 años,

    las que regalan productos sanitarios sin pensarlo dos veces,

    las niñas, las abuelas, las mamás;

    y sí, por ellas, las que no represento, las que se sienten incómodas porque como bien lo dice Catalina Ruiz-Navarro

    “la sororidad no plantea que tengamos que ser mejores amigas ni que entre todas nos caigamos bien, es entender que hacemos parte de un sistema que de alguna manera a cada una nos tiene jodidas y que nos vamos a aliar para enfrentarlo.”

    En una sociedad que nos quiere todo menos unidas, abracémonos y marchemos con la cabeza en alto siempre; y cuando alguna no tenga la fuerza, otra le pondrá su hombro y entre todas seguiremos luchando, incomodando y existiendo.

    Sobre la autora

    Sara Alvarez Keller, estudiante de psicología interesada en temas sociales quien está redescubriendo sus pasiones, mientras encuentra equilibrio entre el trabajo y la universidad. Amante de los libros, el café, viajar y los atardeceres.

    Sara Alvarez Keller, Mujeres Fuertes Autodefensa, sororidad, 8M

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  • Nuestro hashtag favorito del año – #womeninmalefields

    Nuestro hashtag favorito del año – #womeninmalefields

    #womeninmalefields

    La importancia de la representación

    #womeninmalefields

    Mujeres alrededor del mundo encontraron una nueva manera de crear comunidad, y esta vez es a través de un hashtag en redes sociales. En los últimos meses, #WomenInMaleFields o mujeres en industrias/áreas de hombres ha ganado popularidad y se ha viralizado con miles de mujeres compartiendo ejemplos de sus vidas personales, laborales y sentimentales para llegar a la conclusión que no estamos solas, no es nuestra culpa y de una u otra manera compartimos la misma experiencia.

    Un trend que comenzó como algo de humoraludiendo a la poca responsabilidad afectiva de un “casi novio” o la condescendencia de entrevistadores y jefes, pronto reveló un mensaje más profundo; juntas hemos sufrido a causa del patriarcado, pero juntas podemos desafiarlo, construir una comunidad y demostrar que tenemos un lugar en cualquier espacio que elijamos ocupar, lo cual lleva a la clara falta de representación que tenemos como mujeres en áreas e industrias mayoritariamente lideradas por hombres.

    La falta de representación femenina en sectores como STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) es una realidad que no podemos ignorar. Según el Global Gender Gap Report 2024, sólo el 28.2% de la fuerza laboral en STEM está compuesta por mujeres, y son incluso menos los puestos de liderazgo.

    La representación importa porque ver a mujeres triunfar y prosperar en roles tradicionalmente masculinos empodera y brinda seguridad a otras de intentarlo; no se trata sólamente de desafiar estereotipos, si no de inspirar a futuras generaciones y demostrar que la diversidad en equipos no es sólo deseable, sino esencial para la innovación y el éxito.

    Aunque estas tendencias son un gran punto de partida, los datos son el motor del cambio real. Según el Global Gender Gap Report, al ritmo actual, se necesitarán 134 años para cerrar completamente la brecha de género, lo cual exige acciones concretas como:

    • Prácticas de contratación equitativasque eliminen los prejuicios implícitos.
    • Programas de mentoríapara apoyar a mujeres en sus trayectorias profesionales.
    • Políticas inclusivasque permitan un balance entre la vida laboral y personal.

    Prácticas de contratación equitativasque eliminen los prejuicios implícitos.

    Programas de mentoríapara apoyar a mujeres en sus trayectorias profesionales.

    Políticas inclusivasque permitan un balance entre la vida laboral y personal.

    #Womeninmalefields es un llamado a la acción, una plataforma de representación y una fuente de esperanza. Al unirnos para compartir nuestras historias y apoyarnos mutuamente, estamos allanando el camino hacia un futuro más equitativo.

    Y mientras tanto, disfruten de esta selección de reels sobre#WomenInMaleFields

    Sobre la autora

    Sara Alvarez Keller, estudiante de psicología interesada en temas sociales quien está redescubriendo sus pasiones, mientras encuentra equilibrio entre el trabajo y la universidad. Amante de los libros, el café, viajar y los atardeceres.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • ¿Qué significa “la interseccionalidad”?

    ¿Qué significa “la interseccionalidad”?

    interseccionalidad, mujeres fuertes autodefensa

    Conociendo la comunidad Trans en Costa Rica

    Mi experiencia al integrarme con la comunidad trans en Costa Rica fue un verdadero abrir de ojos. Durante un tiempo, tuve la oportunidad de ser parte de un espacio donde las mujeres trans compartieron sus historias, luchas y vivencias. Fue un proceso que me tocó el alma, al escuchar relatos cargados de lucha y dolor, pero también de resistencia y hermandad.

    Me dolió profundamente ver cómo, simplemente por existir y no encajar con el modelo hegemónico de lo “normal”, ellas enfrentan un nivel de estigmatización y odio desmedido.

    La comunidad trans en Costa Rica enfrenta una red compleja de desafíos que se entrelazan: identidad de género, edad, migración y trabajo sexual, por mencionar algunos. Cada uno de estos factores no actúa de forma aislada, sino que amplifica los obstáculos que ellas encuentran en su camino hacia una vida digna. En este contexto, organizaciones como Transvida emergen entre todo lo negativo, brindando apoyo y creando espacios seguros que son tan urgentemente necesarios.

    Comunidad: Un sistema de lazos sociales que empoderan y generan poder colectivo.

    Según Moritsugu et al. (2019), la comunidad no es solo un lugar físico o un grupo de personas, sino

    Y esa fue la esencia que pude sentir al conocer a estas mujeres: una comunidad que, a pesar de la exclusión sistemática, encuentra maneras desobrevivir, resistir y apoyarse mutuamente.

    Durante mi tiempo allí, me conmovió especialmente la realidad de las mujeres trans adultas mayores. Ellas no sólo enfrentan discriminación por su identidad de género, sino también por su edad, lo que limita aún más su acceso a servicios de salud y oportunidades laborales. Algunas de ellas, que ya han vivido una vida llena de luchas, encuentran en Transvida no solo un espacio para hablar y ser escuchadas, sino un lugar donde pueden sentirse valoradas y comprendidas.

    Otro grupo que me dejó una profunda impresión fueron lasmujeres trans migrantes; quienes enfrentan los desafíos de ser trans en un país nuevo, sumado a los retos propios de la migración. La doble carga de ser discriminadas tanto por su identidad de género como por su condición de migrantes las coloca en una situación de vulnerabilidad extrema. Escuchar sus historias me creó una mezcla de emociones, inspirada por su empoderamiento y a su vez, derrotada por su constante sufrimiento.

    La realidad del trabajo sexual entre las mujeres trans es un tema recurrente y clave. Para muchas, es de las únicas formas de sobrevivir ante la falta de opciones laborales debido a la transfobia y el estigma social. No es una elección, sino una necesidad forzada por un sistema que no les da otras oportunidades. Y aunque algunas eligen esta ruta de manera consciente, la mayoría enfrenta condiciones donde sus derechos son ignorados, violentados y sus vidas, desvalorizadas.

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    En este tiempo, aprendí que la interseccionalidad no es solo un concepto académico, sino una herramienta vital para comprender y responder a las necesidades reales y urgentes de estas mujeres.

    Me di cuenta a través de un enfoque integrador, quesolo al reconocer las múltiples capas de identidad y experiencia podemos realmente empoderarnos. Los grupos de encuentro, que tuvieron que ser suspendidos durante la pandemia, me mostraron lo crucial que es para ellas tener un espacio para ser ellas mismas sin miedo.

    Poder ser testigo de este trabajo me enseñó queel verdadero empoderamiento viene de visibilizar y validar todas las facetas de la identidad humana.

    No se trata solo de brindar apoyo emocional; es también de crear estructuras sociales que abracen la diversidad y promuevan una sociedad más inclusiva y equitativa para todas.

    En última instancia, la lucha por el bienestar de la comunidad trans en Costa Rica no es solo una cuestión de derechos humanos, sino de humanidad en sí misma.

    El cambio no comienza solo con leyes y políticas, sino con la capacidad de escuchar, de empatizar y de actuar con amor y justicia.

    Sobre la autora

    Sara Alvarez Keller, estudiante de psicología interesada en temas sociales quien está redescubriendo sus pasiones, mientras encuentra equilibrio entre el trabajo y la universidad. Amante de los libros, el café, viajar y los atardeceres.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • Mentiras que nos cuentan a las mujeres

    Mentiras que nos cuentan a las mujeres

    mujeres fuertes autodefensa

    ¿Por qué creemos que la competencia femenina es normal, inevitable, y natural?

    “Nunca he tenido muchas amigas mujeres.”

    “Es la primera vez en mi vida que he estado en un espacio de solo mujeres—¡y que me he sentido bien!”

    “Nunca me he llevado tan bien con chicas… Siempre me he llevado mejor con los maes… (hombres)”

    Los anteriores son comentarios y sentimientos que escuchamos constantemente en los retiros de empoderamiento y las capacitaciones de instructoras de autodefensa de Mujeres Fuertes. Espacios que, con mucha intención, designamos para solamente mujeres y personas no-binarias.

    Al inicio, me sorprendieron estos comentarios. Como niña, yo tuve el privilegio (poco común, ¡ya me doy cuenta!) de tener muchas amistades y conexiones positivas con otras chicas. A pesar de alimentarme de la cultura popular en los años 90 y los 2000s—telenovelas, música y libros que elevaron la competencia femenina, y pocas veces la colaboración—pude construir vínculos de apoyo, respeto, cariño, y empoderamiento mutuo.

    No aprecié mi suerte suficientemente hasta iniciar los retiros de Mujeres Fuertes en el 2018.

    mujeres fuertes autodefensa

    Como movimiento y plataforma de entrenamiento de autodefensa y empoderamiento, nos dedicamos a deconstruir varios mitos sociales y falsas narrativas a través de nuestras actividades. Dicho esto, me parece apropiado que agreguemos esto a la lista:

    Mentiras que nos cuentan a las mujeres

    • Que la competencia es un estado natural entre las mujeres.Más bien rescatamos nuestro verdadero patrimonio—como mujeres, como seres humanos—del círculo. Reconocemos que la autodefensa es colectiva, y que juntas nos levantamos, nos sanamos, y nos hacemos más fuertes.
    • Que ser femenina significa ser complaciente o pasiva.Alcontrario, celebramos la capacidad natural de las mujeres (y de todos los seres) para defenderse, abrazamos la agresividad (sana), y reconocemos los límites y la asertividad como cualidades humanas, no de género.
    • Que “chismear” es algo trivial.Preferimos replantear los “chismes” en el contexto del quinto principio de la autodefensa holística: Decir / Contar. Una herramienta que siempre hemos utilizado para cuidarnos entre hermanas, avisando sobre personas violentas y espacios no-seguros.
    • Que los “expertos” son por defecto hombres, y que el conocimiento sobre la autodefensa está por extensión codificado como masculino.Nos enfocamos en capacitar como instructoras a personas que comparten experiencias de vida con sus participantes.
    • Que el feminismo—y el empoderamiento—es algo distinto de los derechos LGBTQ, la justicia social y climática, el antirracismo, y muchos otros.Estamos profundamente interconectados—como personas, comunidades, y movimientos. No podemos cumplir nuestra misión e ignorar otras injusticias. La prevención de violencia es parte de un cambio social más amplio… y también el resultado de el.

    Que la competencia es un estado natural entre las mujeres.

    Más bien rescatamos nuestro verdadero patrimonio—como mujeres, como seres humanos—del círculo. Reconocemos que la autodefensa es colectiva, y que juntas nos levantamos, nos sanamos, y nos hacemos más fuertes.

    Que ser femenina significa ser complaciente o pasiva.

    Al contrario, celebramos la capacidad natural de las mujeres (y de todos los seres) para defenderse, abrazamos la agresividad (sana), y reconocemos los límites y la asertividad como cualidades humanas, no de género.

    Que “chismear” es algo trivial.

    Preferimos replantear los “chismes” en el contexto del quinto principio de la autodefensa holística: Decir / Contar. Una herramienta que siempre hemos utilizado para cuidarnos entre hermanas, avisando sobre personas violentas y espacios no-seguros.

    Que los “expertos” son por defecto hombres, y que el conocimiento sobre la autodefensa está por extensión codificado como masculino.

    Nos enfocamos en capacitar como instructoras a personas que comparten experiencias de vida con sus participantes.

    Que el feminismo—y el empoderamiento—es algo distinto de los derechos LGBTQ, la justicia social y climática, el antirracismo, y muchos otros.

    Estamos profundamente interconectados—como personas, comunidades, y movimientos. No podemos cumplir nuestra misión e ignorar otras injusticias. La prevención de violencia es parte de un cambio social más amplio… y también el resultado de el.

    ¡Esperamos verlas en nuestra próxima capacitación de instructoras—esta vez en Guatemala!

    Información y aplicaciones acá: https://forms.gle/rjjPhM97utQDfSPY8

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • La Niña Buena

    La Niña Buena

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    Consejos para mí y para vos que empezaste a ser niña mala

    Fui criada, educada y motivada con valores que me guiaron hacia el comportamiento de una “niña buena”, y no lo considero una queja; comprendo que lo hicieron para asegurarse de que tuviera las herramientas necesarias para enfrentar la vida como la sociedad “manda”.

    Nos damos cuenta que una mujer fue enseñada a ser “buena” cuando permanece en silencio la mayoría del tiempo, sin alzar la voz o expresar opiniones de manera contundente. Es una niña, adolescente o mujer cuidadosa, pulcra y que evita ensuciarse. Posee una sonrisa constante y una cara simpática. Se espera que esté disponible para las demás personas, sirviendo cuando es necesario, y que mantenga una apariencia física delicada, incluso cerrando las piernas.

    Te reto a que imaginés a una niña inadecuada, y notarás que no la encontrarás en mi descripción, llegando incluso a sentir cierta incomodidad al intentar hacerlo.

    Tras vivir diversas experiencias, sumergirme en la lectura de varios libros de desarrollo personal y feminismo y participar en el taller de Autodefensa Holística de Mujeres Fuertes, he descubierto métodos, herramientas y formas de expresión que me han permitidoabrazar mi lado de la “niña mala”.

    Aprendí a escuchar mis necesidades y establecer límites claros, identificando dónde no deseo estar y con quiénes no debería compartir mi tiempo de manera más definida. Desarrollé la habilidad de decir no, de discernir dónde no quiero estar y con quién no quiero relacionarme, de una manera más clara y precisa. Por mencionar algunas cosas, en el proceso sigo evolucionando.

    Ahora, he cultivado la capacidad de escuchar mi intuición y, lo que es aún más importante, de seguir sus indicaciones. He adquirido herramientas para distanciarme, para alejarme de situaciones donde no me siento valorada, y para compartirme solo en lugares donde mi autenticidad es apreciada.

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    Me he vuelto consciente de mi poder interno y de mi capacidad para expresar lo que siento en lo más profundo de mi corazón.

    Sin embargo, en este proceso también he experimentado miedo, rechazo y dolor. Me he encontrado con personas en mi camino que se molestan ante mis límites, gente que no está dispuesta a escucharme y situaciones manipuladoras. He notado la presencia de aquellos amigos, familiares y conocidos que anhelan a la niña buena y sumisa que decía sí a todo, que obedecía sin cuestionar.

    Esta dinámica activa en mí mecanismos de autorrepresión, rondando la idea de regresar a mi antigua yo para evitar el juicio, el castigo o la desaprobación.

    El poner un límite y perder una persona o una relación, incluso una posición social duele. Pero al largo plazo, duele más despriorizarme y mis necesidades, serme infiel.

    Unos consejos para mí y para vos que empezaste a ser niña mala:

    1. Uso miintuiciónpara tomar decisiones.
    2. Ya no me involucro o trato de no estar en lugares que impliquen sobrevivencia, sé que es más fácilponer límitesen lugares de ternura.
    3. Uno de mis no negociables es que cada persona puede definir sus límites pero si alguna de las dos partes no acepta negociar, conversar o al menos respetar ese límite y cierra la puerta a la conversación, no voy a continuar con esa relación (trabajo, pareja, familia, amigos).
    4. En el último año, miniña y mujer malase atreve a tirarse al agua y decir mis límites y necesidades a viva voz, aunque vaya a caer mal. Sé que la persona que más pierde cuando se me irrespeta un límite soy yo misma.
    5. Tengoespacios de meditaciónpara sentir que me pasó por el cuerpo cuando puse un límite, qué reacciones recibí y qué deseo hacer como siguiente paso.
    6. Yo mismacuido mis límitesen cuanto pueda, a veces nosotras mismas los sobrepasamos.
    7. Leo, me capacito y me trabajo en terapia todo aquello que me permite tenerherramientaspara sentirme segura a nivel nervioso y emocional, cuando pongo un límite (trauma, paradigmas, sistema nervioso, mecanismos de defensa, etc).

    Uso miintuiciónpara tomar decisiones.

    Ya no me involucro o trato de no estar en lugares que impliquen sobrevivencia, sé que es más fácilponer límitesen lugares de ternura.

    Uno de mis no negociables es que cada persona puede definir sus límites pero si alguna de las dos partes no acepta negociar, conversar o al menos respetar ese límite y cierra la puerta a la conversación, no voy a continuar con esa relación (trabajo, pareja, familia, amigos).

    En el último año, miniña y mujer malase atreve a tirarse al agua y decir mis límites y necesidades a viva voz, aunque vaya a caer mal. Sé que la persona que más pierde cuando se me irrespeta un límite soy yo misma.

    Tengoespacios de meditaciónpara sentir que me pasó por el cuerpo cuando puse un límite, qué reacciones recibí y qué deseo hacer como siguiente paso.

    Yo mismacuido mis límitesen cuanto pueda, a veces nosotras mismas los sobrepasamos.

    Leo, me capacito y me trabajo en terapia todo aquello que me permite tenerherramientaspara sentirme segura a nivel nervioso y emocional, cuando pongo un límite (trauma, paradigmas, sistema nervioso, mecanismos de defensa, etc).

    Sobre la autora

    Como instructora de autodefensa holística y facilitadora de equipos,Ann Hillaryespecializa en utilizar herramientas lúdicas y de reflexión para fomentar el empoderamiento y la confianza. Con títulos en violencia de género y sensibilidad al trauma, diseña conversaciones significativas en torno al síndrome de la impostora, apoyando a mujeres a reconocer y superar sus barreras internas.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • La sororidad nos abre el camino a nuestra seguridad

    La sororidad nos abre el camino a nuestra seguridad

    Advertencia: se discuten temas de violencia sexual.

    mujeres fuertes autodefensa, sororidad, justicia, seguridad personal

    Aprendizaje Bonobo sobre la sororidad y la autodefensa colectiva

    Este mes, por fin sentenciaron al violador Andres Picado, a 24 años de cárcel. Fue acusado por violar entre el 2019 y 2022 a 5 mujeres extranjeras y 2 niñas, una con 13 años de edad y otra con 14, en Santa Teresa.

    Es un gran logro para las mujeres de la zona de Cóbano y Santa Teresa, específicamente, para quienes han estado buscando justicia por más de 2 años. También para las mujeres en todo el país, que han estado llamando la atención a los casos, se han organizado manifestaciones, marchas, publicaciones y más, para apoyar el proceso. Han estado trabajando por años con la esperanza de crear un pueblo más seguro para otras mujeres.

    ¿Será un ejemplo para otros agresores en la región? Esperamos que sí.

    Mientras, siento el agradecimiento colectivo, producto de la realización de justicia  que está pasando  y que se expresa en las redes. Éste agradecimiento no me llega sin el acompañamiento de otras emociones también: frustración, cansancio y una que está siempre presente, ira.

    Al leer las publicaciones de las colectivas de mujeres, pienso en tanto esfuerzo que hicieron y la energía que gastaron muchas mujeres, todo porun solo violador.

    ¿Cuántas mujeres tenían que alzar sus voces? ¿Cuántas mujeres tenían que defenderse, defender a las otras?

    Aunque en este caso por fin hemos visto alguna forma de justicia, en general el sistema no nos protege. El sistema judicial y toda la estructura legislativa fueron creados por hombres y funciona para ellos. No funciona para las mujeres ni para las otras personas marginalizadas.

    Imagínese, si requiere tanto esfuerzo de tantas personas para traer justicia contra las acciones de un solo violador, ¿cuánto esfuerzo se requiere para enfrentar la violencia patriarcal en general?

    ¿Cuántas voces tienen que gritar: “es un violador” para que nos crean?

    ¿Cuántas niñas tienen que ser violadas para que las autoridades hagan algo?

    ¿Cuántos casos similares tenemos que ver y vivir antes de que haya un cambio grande en la cultura patriarcal, la cultura que permite que los hombres sigan intentando mantener el poder sobre las mujeres?

    Me gustaría creer que éste caso será un catalizador para un cambio judicial.

    Me sigue frustrando pensar en toda la energía invertida en ésto, energía que se podía haber invertido en otros proyectos, en sueños, en vivir sus vidas. Pero por otro lado también me recuerda la fuerza y ternura que existe cuando las mujeres nos juntamos.

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    Aprendiendo de los Bonobos sobre la sororidad

    Me recuerda del Bonobo Sisterhood, un libro escrito por Diane Rosenfeld sobre la sororidad de los bonobos. Básicamente, el concepto es así: los bonobos son los primates más cercanos genéticamente a los humanos. Compartimos 97% de nuestro ADN con ellos. En la estructura social de los bonobos, no existe la violencia machista y en los casos raros en los que un macho demuestra una tendencia de violencia hacia una hembra, las demás llegan para castigarlo y expulsarlo de la tribu. Se protegen entre ellas aún si no son familiares o conocidas, y así, la violencia machista nunca tiene la oportunidad de persistir. 

    El patriarcado siempre ha mantenido su poder al convencernos y obligarnos a aislarnos en casa, con una cadena a la cocina, breteando sin parar para cuidar la familia, ahogándose en el trabajo doméstico, lejos de otras mujeres. Sin contacto con las compañeras, que son las que pueden compartir, confirmar y validar nuestras experiencias.

    Sin embargo, el mundo ha cambiado y ahora no estamos aisladas. Cada vez más conversamos de nuestras experiencias vividas, y nos vamos dando cuenta de que realmente ¡No estamos solas!, muchas veces hasta compartimos vivencias y así los abusos no son nuestros para cargar solitas sino juntas.

    En nuestro trabajo con Mujeres Fuertes, de enseñar y compartir la metodología de Autodefensa Holística, siempre hablamos de los cinco principios de defensa, uno de ellos que es “decir” o “contar.” ¿Y cómo es “decir” una forma de defensa si pasa después de un acto violento? Hablar de lo que nos pasa es una forma de sanación, nos da conexión y contención, nos acompañamos, fortalecemos la sororidad, y poder escuchar un “yo también” nos alivia. Es una gran parte de comenzar a generar un cambio cultural.

    El poder del colectivo

    Hace unos meses, conocí a una chica que llevaba poco tiempo viviendo en nuestro pueblo. Me pareció que estaba un poco triste y me contó que aún no tenía muchas amigas y su novio le había dicho que solo necesitaba a él, que no necesitaba amigas, que todas las mujeres en nuestro pueblo estaban locas.

    “Wow, que bandera roja,” le dije.

    Le dije que no solo no estamos locas, sino también estamos bien conectadas. Le conté cómo en nuestra comunidad hay mucho acuerpamiento, que las mujeres en mis círculos le cuidarían su espalda, que lucharían por ella y cualquier otra mujer, aún sin conocerla.

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    Es verdad, aquí y en muchos pueblos, las mujeres nos defendemos, nos apoyamos, nos protegemos entre nosotras, aún con mujeres que no hemos conocido. Hay colectivas oficiales y redes no oficiales de mujeres luchando por nuestra seguridad. Cuando una es violada, todas nos vemos afectadas, a todas nos duele.

    Sin saber de ellas, nos estamos organizando como las hembras de los bonobos.

    Y como ellas, para sentirnos más seguras, nos protegemos entre todas. Seguimos su ejemplo para empezar a crear una sociedad libre de violencia patriarcal.

    Que se haga justicia no debería requerir de tanto esfuerzo y energía gastada, sigamos construyendo hacia un mundo donde no tenemos que buscar justicia porque arrancamos las tendencias violentas desde la raíz. Un mundo donde expulsamos los agresores de nuestras tribus, donde nos protegemos entre todes, conscientes de lo que nos une, y donde dejamos de validar lo que nos separa.

    Sobre la autora

    Amy es facilitadora de defensa personal, certificado de Nivel 1 por ESD Global en 2018. Vive en Playa Samara donde facilita clases, cursos, y talleres de defensa personal. Amy también es escritora, editora, e instructora de yoga. Le gusta bailar, caminar en la playa con su perrita, reírse con amigas y combatir el patriarcado con sus palabras escritas.

    Amy is a Level 1 self-defense facilitator certified by ESD Global in 2018. She lives in Samara, costa Rica, where she facilitates self-defense classes, courses and workshops. Amy is also a writer, editor, and yoga instructor. She likes to dance, walk on the beach with her dog, laugh with friends, and fight the patriarchy with her written words.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • Por qué rechazamos tácticas de mercadeo basadas en miedo

    Por qué rechazamos tácticas de mercadeo basadas en miedo

    ¡Elevemos el empoderamiento y la autonomía!

    En nuestras páginas de redes sociales, nunca vas a ver imágenes de hombres esperando en la sombra, ni te vamos a contar sobre los peligros de andar sola por la calle.

    Creemos que la mayoría de las mujeres ya saben cual es la realidad de la violencia de género*. No necesitamos el recordatorio cotidiano de los peligros intrínsecos de ser mujer en nuestra sociedad (o persona no-binaria, trans, LGBTQIA, u otra identidad desfavorecida por el patriarcado).

    Lastimosamente, gran parte del mercadeo en el mundo de hoy depende del miedo para vender productos y servicios. Más específicamente, depende de activar una reacción al trauma (donde se apaga el neocortex y se activa el sistema de supervivencia que maneja las decisiones instintivas) para empujar a lxs consumidores a comprar, comprar, y comprar más.

    Nosotras, la red de Mujeres Fuertes Autodefensa, no creemos en el mercadeo basado en el miedo.

    mercadeo, miedo, autodefensa, feminismo

    Crecemos oyendo historias de terror de lo que significa ser mujer en este mundo. Pero nosotras queremos rechazar las tácticas de mercadeo que se aprovechan de los miedos de nuestra comunidad.

    Además, esas tácticas quizás se basan en hechos reales (por ejemplo, la violencia contra mujeres) pero se alimentan de los mitos culturales deshonestos. Por ejemplo: ese hombre en la sombra de una calle oscura representa un porcentaje pequeño de la violencia de género que realmente sucede en el mundo. Sabemos que mas del 90% de la violencia contra las mujeres es cometida por alguien conocidx—una pareja actual o pasada (50%), unx familiar, unx colega, o unx amigx.

    Rechazamos imágenes de mujeres acurrucadas en una esquina, de mujeres silenciadas por manos gigantescas, de mujeres reducidas al tamaño de muñecas al lado de atacantes monstruosos y superhumanos.

    Esas imágenes no reflejan la realidad; son la manifestación de una fantasía de violencia que perpetúa la creencia (falsa) que no podemos hacer nada para defendernos—aunque están vendiendo conocimiento de defensa personal. ¡Qué ironía!

    Les invitamos a unirse a este movimiento que más bien eleva el empoderamiento y la autonomía en vez de continuar el patrón generacional que nos dice que ser mujer significa que hay que tener miedo.

    Creemos que estas tácticas de mercadeo están enraizadas en sistemas patriarcales que se benefician del miedo de las mujeres, en la minimización de su poder. Así que rechazando estrategias basadas en miedo también rechazamos sistemas de violencia, control, y dominación.

    ¡Basta con vendernos nuestros miedos e inseguridades! Queremos ver mujeres brillando. Queremos ver mujeres que creen en su poder. Queremos ver mujeres que se apoyan en sororidad. Queremos ver mujeres fuertes.

    Y eso es exactamente lo que van a ver en nuestras páginas… ¡y en nuestros talleres! Bienvenidas a una red donde nos elevamos entre todas, y donde la posibilidad manda, no el miedo.

    «“¿Pero, no tienes miedo de viajar sola? ¿No es peligroso?” Me preguntan.

    Mi respuesta: “Yo soy peligrosa.”»

    —Nicole Snell, Girls Fight Back

    *“Violencia de género,” según ONU Mujeres, refiere a la violencia que contiene “actos dañinos dirigidos contra una persona o un grupo de personas en razón de su género. Tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas.” La podríamos llamar “violencia patriarcal” también, visto que está basada en dinámicas de poder y control fundamentales a sistemas patriarcales. Todxs somos víctimas de la violencia patriarcal, y todxs necesitamos luchar para interrumpirla.

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.