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  • La empatía y la justicia social

    La empatía y la justicia social

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    Un mensaje de Toby Israel, fundadora de Mujeres Fuertes

    Recién me enteré que alguien ha estado difundiendo información falsa sobre mi y mis opiniones políticas. Normalmente, no respondería a la difamación, pero además de eso, varias personas de nuestra comunidad me han preguntado sobre mi perspectiva sobre Israel-Palestina en los últimos meses.

    Si me conocen por los talleres de autodefensa, seguramente se han dado cuenta que en mi rol de gestora de Mujeres Fuertes no hablo mucho sobre mi – ni mi religión, ni mi familia, ni mi vida personal, ni mi política.

    Eso no es casualidad. Como conversamos en nuestras capacitaciones de instructoras, todo lo que hacemos como facilitadoras, lo hacemos con la intención de apoyar a nuestras participantes. Cada decisión que he tomado en mis 7 años de construir y gestionar este proyecto es la que – creo, espero – mejor apoya nuestra misión: brindar herramientas de autodefensa holística a todas las personas posibles.

    He sentido, y sigo sintiendo, que es el mejor para nuestra mision estar muy selectiva con cuando y porque comparto mis historias y opiniones personales por estos canales.

    Y claro, la interseccionalidad está al corazón de nuestra metodología. La autodefensa y la lucha contra la violencia patriarcal es y debería estar entrelazada con otras luchas, entre ellas contra el colonialismo, el racismo, la intolerancia, y la destrucción ambiental.

    Y, nuestra presencia digital, bien como nuestros talleres presenciales, busca impartir información específica sobre técnicas físicas y verbales para la defensa personal y comunitaria. Es nuestro enfoque que nos ha permitido tener el impacto que tenemos. No quiero y no permitiré que el discurso polarizado de nuestros tiempos obstruya ese impacto.

    En nuestra comunidad existen, les aseguro, muchas perspectivas distintas sobre temas sociales, políticas, espirituales, íntimas, y filosóficas. No todas estarán de acuerdo conmigo (y eso está bien!), pero yo creo que esa diversidad – y el aprender cómo sostenerla con compasión y amor – es clave para construir una red fuerte.

    Me entristece profundamente cuando veo la polarización (en esta comunidad y muchas otras) dividir personas buenas que tal vez hubieran podido ser aliadas. Me entristece y me duele ver mentiras sobre mi persona usadas para alimentar esa misma polarización.

    Aquí, no tenemos que ser amigas para ser hermanas. Nos une una pasión compartida por la autodefensa holística y la prevención de violencia.

    A la vez, muchas de ustedes no son solamente colegas o alumnas, sinotambiénamigas. Como amiga, tengo que reconocer que tampoco no he compartido todo. He tenido el privilegio de vivir muchas vidas en una. Me apasionan muchas cosas. Son pocas las personas con las cuales comparto todo, y mucho menos en las redes sociales.

    Ya hace rato que elijo minimizar mi tiempo en estos espacios virtuales. Me parece que las tecnologías informáticas, estructuras capitalistas creadas para comodificar nuestra atención, nuestro dolor, nuestra rabia, nuestro miedo, y nuestro deseo, simplemente no pueden aportar a las conexiones y conversaciones que yo deseo desarrollar.

    ~

    Todo eso dicho, agradezco a las amigas que me han aconsejado que compartir un poco más sobre mi conexión con Israel-Palestina y la lucha para la paz, libertad y seguridad de todes en esa región, podría aportar algo de valor aquí.

    Tenía 16 años la primera vez que escuché la palabra “nakba”. Ha sido uno de los trabajos mas importantes de mi vida adulta reconciliar la historia de Israel que aprendi como niña – una historia de esperanza, de supervivencia – con la historia de Palestina – una historia de perdida, colonización, y ahora genocidio. Escribí mi tesis en la antropología sobre la identidad de mujeres judías. Hice mi maestría en la universidad de la paz, lo cual me trajo a Costa Rica. Durante un año y medio, desde 2023, colaboré con Peace Activation, una organización bien alineada con mi perspectiva sobre la paz y la importancia de la empatía en la transformación de conflicto, y la cual recomiendo a cualquier persona que busca un espacio de escucha y activismo con alma.

    Creo que todes saben – o asumen – que soy judía. Muchas saben que una parte de mi familia ahora vive en Israel, incluso mi hermano, mi sobrinita, y mi sobrinito, unas de las personas mas importantes para mi. Quiero un mundo diferente para ellos – y para todos nosotros.

    Mi herencia como mujer judía, y como la nieta de sobrevivientes del holocausto, esta en mi ADN, mi alma, y mi compromiso con la justicia social. Está al corazón de mi trabajo con Mujeres Fuertes, mi pasión por la paz, y mi creencia profunda que cada persona es sagrada y digna de libertad y seguridad.

    Por esa misma creencia, denunció al gobierno estadounidense por su responsabilidad directa en los ataques de Israel contra la vida y la seguridad de la población palestina, como principal proveedor de armas.

    Denuncio al gobierno israelí por su genocidio en Gaza, lo cual ha matado mas de 60.000 personas palestinas en los ultimos 16 meses, y por sus décadas de colonialismo. Cito el nuevo reporte de B’Tselem lo cual confirma que, “La evidencia muestra un desmantelamiento deliberado y sistemático del sistema de salud de Gaza y otros sistemas vitales necesarios para la supervivencia de la población.”

    Y denunció a Hamás por su ataque contra Israel el 7 octubre de 2023, matando a 1.200 personas y tomando más de 240 rehenes.

    Yo, como muchos de ustedes, siento rabia, impotencia, y muchísimo dolor. Siento miedo todos los días para las personas que amo – y para las personas que no conozco, pero que amo también.

    Entiendo el impulso de canalizar esa rabia, dolor, y miedo hacia las personas que quedan a nuestro alcance. Pero les recuerdo que:

    1. Son los gobiernos los que fabrican, venden, y lanzan bombas, y que más merecen nuestra rabia.

    Son los gobiernos los que fabrican, venden, y lanzan bombas, y que más merecen nuestra rabia.

    1. que el odio nunca nos acerca a la paz. No hay lugar en la comunidad de Mujeres Fuertes para discurso intolerante, deshonesto, o violento hacia ningún grupo de personas. Denuncio el antisemitismo, la islamofobia, y la intolerancia en todas sus formas.

    que el odio nunca nos acerca a la paz. No hay lugar en la comunidad de Mujeres Fuertes para discurso intolerante, deshonesto, o violento hacia ningún grupo de personas. Denuncio el antisemitismo, la islamofobia, y la intolerancia en todas sus formas.

    1. Que cuando la impotencia nos vuelve locas, seguir caminando, con pasos sólidos y conscientes, hacia el mundo que queremos construir – agregar nuestra gota de agua al mar de cambio – nos enraiza en nuestro poder.

    Que cuando la impotencia nos vuelve locas, seguir caminando, con pasos sólidos y conscientes, hacia el mundo que queremos construir – agregar nuestra gota de agua al mar de cambio – nos enraiza en nuestro poder.

    1. Que no estamos libres hasta que todes estén libres. Mi libertad, nuestra libertad está profundamente conectada a la de cada otra persona. Y si no podemos coexistir y respetarnos en nuestras comunidades pequeñas, no hay mucha esperanza para el mundo.

    Que no estamos libres hasta que todes estén libres. Mi libertad, nuestra libertad está profundamente conectada a la de cada otra persona. Y si no podemos coexistir y respetarnos en nuestras comunidades pequeñas, no hay mucha esperanza para el mundo.

    ~

    Performar nuestras opiniones no es lo mismo que habitarlas. Repito un hecho que me parece cada vez mas importante: Mucho del trabajo más importante–escuchar, educarnos, deconstruir las identidades que heredamos, y tener conversaciones difíciles, aun cuando nadie está mirando–es lento, a veces aburrido, e invisible. Ese trabajo alimenta un cambio social sostenido.

    No es para decir que el activismo digital no tiene impacto, claro que sí. Pero no es el único impacto.

    ~

    Creo que debemos expandir nuestra imaginación de lo posible si aspiramos a construir una realidad diferente.

    No podemos elegir nuestra herencia – nombres, o traumas, o historias – pero si elegimos qué hacer con ella.

    En la tradición judía, los nombres tienen un peso importante. Me niego a permitir que el gobierno israelí actua o habla en mi nombre.

    Como persona judía nacida en la diáspora, afirmo que “nunca mas” significanunca mas para ningun grupo, o no significa nada.

    Como la bisnieta de refugiados judios que eligieron el apellido “Israel” para comenzar su vida en los Estados Unidos, yo decido lo que significa mi nombre hoy.

    Para mi, significa una tierra segura y sagrada donde nos reunimos en comunidad, en cualquier parte del mundo, para compartir el pan, reír, llorar y orar juntos, y recordarnos que nos pertenecemos los unos a los otros.

    Es un sueño: paz y seguridad para todes, cada uno de nosotros sagrado, completo y digno de vida.

    Estamos muy lejos de esa tierra hoy, pero mi nombre me recuerda la esperanza de mis ancestros:

    Algún día, llegaremos.

    Espero que cada une siga trabajando hacia el mundo que desea, paso a paso, gota a gota.

    Aquí seguiremos con la misión que hemos tenido desde el inicio: brindar herramientas de autodefensa a todas las personas posibles.

    Es un honor compartir esa misión con ustedes.

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

    Aprovechen nuestros recursos digitales de autodefensa:

    • Unblogcon docenas de artículos sobre la autodefensa, la prevención de violencia, y otros temas relacionados.
    • Uncanal de YouTubecon MUCHOS talleres de autodefensa grabados.
    • Unhandbooken formato PDF ilustrado explicando todas las técnicas.
    • Uncurso digitalautodidacta.

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  • La defensa personal en la vida real

    La defensa personal en la vida real

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    La defensa personal no es lo que crees.

    “¿Has tenido que usar las técnicas de defensa personal que enseñas?”

    En la lista de preguntas frecuentes que recibo en los talleres de autodefensa, esa es probablemente top 5.

    Respuesta corta: No, nunca he tenido que usar las técnicas físicas en una situación de la “vida real” (para una simulación, puedes ver este video de entrenamiento de Impact).

    Pero, uso las herramientas de comunicación asertiva, límites y conciencia situacionalTODOS LOS DÍAS.

    Puedo usarlas con confianza precisamente porqueconfío en mis habilidades físicas.No me dan miedo las preguntas de “pero qué hago si…?” Si se enoja, si no acepta mi no, si se vuelve agresivo, si quiere hacerme daño. Sé la respuesta.

    Es difícil medir las cosas que NO suceden. No sé cuántas veces he salido o verbalmente interrumpido una situación incómoda, o cuántas veces lo expresé (a pesar de la pena o la timidez) cuando alguien cruzó mi límite.

    Todas las veces queconfié en mi intuición,que dije que no quería o no me gustaba o no me sentía cómoda, que busqué ayuda de una amiga o una desconocida.

    Eso también es defensa personal. La practico todos los días, pero no se ve tan chiva en las redes sociales como un golpe de palma.

    Esta metodología que enseñamos en los talleres deMujeres Fuertes Autodefensaes un estilo de vida. Una práctica de elegirnos, de escucharnos, y de no tener miedo de priorizar nuestro bienestar.

    Y,funciona. Te invito a sumarte a una próxima actividad para experimentar por ti misma esa confianza que hablo, que habita el cuerpo tanto como la mente

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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  • Sobre la epidemia de soledad masculina

    Sobre la epidemia de soledad masculina

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    En los últimos meses, ha habido mucha atención mediática y comentarios en torno a lo que se ha definido como una “epidemia de soledad masculina”.

    Ahora bien, si tomamos la definición técnica del término, eso significaría que los hombres se están contagiando entre ellos rápidamente de su soledad. Aunque no creo que esa sea la intención detrás del uso de la palabra, puede que sea técnicamente cierto. Por mucho que a la sociedad le encantaría culpar a las mujeres, la realidad puede ser más fiel al término: que los hombres están socializándose entre ellos —o antisocializándose entre ellos— en su aislamiento.

    En realidad, lo que se denomina (a través de un lente mediático patriarcal) como la epidemia de soledad masculina, es en verdad una epidemia de violencia masculina.

    O tal vez, la soledad generalizada es una consecuencia directa, o la evolución, de un problema social profundamente arraigado: la epidemia de violencia masculina. Esta epidemia de violencia es mucho más letal y contagiosa que su resultado inevitable para los hombres: sentirse solos cuando sus comportamientos violentos los alejaron, en lugar de acercarlos, a la conexión.

    Es cierto que las tasas de suicidio son más altas en hombres que en mujeres. También hay mucha investigación que muestra lo perjudicial que puede ser la soledad para nuestra salud general como seres humanos. Es importante reconocer estos hechos porque el objetivo no es minimizar los riesgos de la soledad ni el bienestar mental y emocional de los hombres.

    El punto es que la situación social de soledad colectiva masculina es en realidad el resultado directo de la violencia colectiva masculina, la cual ha estado presente en la sociedad durante miles de años y es mucho más propensa a propagarse que la soledad. En los últimos años, se ha convertido en una epidemia transmitida por pódcast. Antes de eso, el patógeno se propagaba a través de conversaciones en vestuarios y las típicas excusas de “los chicos son así”.

    ¿Soledad masculina causada por la violencia masculina? No debería ser tan difícil de entender, pero desglosémoslo.

    Para empezar, a un nivel fundamental, tal vez algunos hombres no estarían solos si no hubieran matado a sus parejas o familias. A nivel mundial, alrededor de 50,000 mujeres al año son asesinadas por sus parejas íntimas, exparejas o miembros de la familia. Me pregunto si esos 50,000 hombres se cuentan dentro de la epidemia de soledad masculina.

    Pero más allá de eso, es bastante fácil entender cómo la experiencia colectiva de la soledad masculina es, en realidad, la evolución obvia de la violencia patriarcal.

    La violencia masculina siempre ha sido normalizada en un mundo patriarcal. En sociedades donde los hombres tenían el poder de definir la realidad, la definieron para apoyar y justificar sus propios comportamientos. Así, sus malas conductas podían fácilmente ser etiquetadas como normales… por ellos mismos. Por tanto, la violencia fue normalizada y las mujeres condicionadas a tolerarla, y en un mundo donde las mujeres dependían de su relación con los hombres para sobrevivir literalmente, estaban obligadas a tolerarla. Si tu esposo te golpea, pero no tienes opción legal de divorcio, ni derecho a tener una cuenta bancaria, ni posibilidad de vivir sola o volver con tu familia, ¿qué más puedes hacer que tolerar los golpes?

    Entre las mujeres, también socializadas bajo condiciones patriarcales, hay distintos niveles de misoginia internalizada, diferentes grados en los que hemosnormalizado nuestra propia opresión, romantizando la dominación masculina sobre nosotras, e interiorizado el abuso como amor. No todas las mujeres, claro. Algunas hemos luchado con fuerza para deconstruir lo que significa vivir y amar, e incluso —me atrevo a decir— reír en la cara del patriarcado.

    Durante mucho tiempo, mientras la violencia masculina era normalizada por los hombres en un mundo dominado por ellos, y sus malos comportamientos eran absorbidos por las mujeres, los hombres seguían manteniendo relaciones con mujeres. Incluso si odiaban a sus parejas, por lo general seguían teniendo una esposa a la que volver, e hijos también. Si sus matrimonios carecían de amor y estaban construidos sobre dinámicas de poder desiguales, los hombres aún podían encontrar amor y afecto fuera del matrimonio —generalmente, sin consecuencias. ¿Qué podía hacer una esposa sin cuenta bancaria? (Desde luego, no reaccionar emocionalmente —eso podría llevar a una mujer a ser institucionalizada o lobotomizada en ciertas épocas).

    De hecho, la institución del matrimonio era, en muchas culturas, más una alianza política y social que una unión por amor. El amor quedaba para lo extramarital. Los hombres no estaban solos, porque tenían esposas en casa obligadas por las condiciones sociales a cuidarlos y a criar a su descendencia, y también tenían amantes fuera del hogar.

    Además, se tenían entre ellos para validar la justicia de esas condiciones sociales. Los hombres tenían espacio público. ¿Con quién se encontraban allí? Con otros hombres cuyas esposas miserables también estaban en casa.Tenían amigos. Esposas para los servicios, amantes para el placer, y espacio público para socializar…tal como lo diseñaron.

    Después de siglos de quemas, ahogamientos, lobotomías, feminicidios y generaciones de gaslighting cultural para convencernos de que estamos locas por tener necesidades, histéricas por sentir emociones, no lo suficientemente inteligentes para estudiar, no lo suficientemente fuertes para ciertos trabajos o para subirnos a un tren porque se nos iba a salir el útero o lo que sea, las mujeres luchamos por tener acceso a los espacios y servicios que los hombres nos habían negado: educación, trabajo (un triunfo para el capitalismo), cuentas bancarias, propiedad, cargos políticos, el derecho a no ser violadas por nuestros maridos, entre otros. Es decir, todavía nos violan, pero ahora podemos presentar una denuncia. Probablemente, no pase nada más allá de nuestra propia retraumatización a manos de un policía o juez hombre, pero hay un acuerdo social de que los hombres nodeberíanviolar. Aunque los “machos alfa” de los pódcast traten de convencernos de lo contrario.

    (Si toda esta sumisión y servidumbre viniera naturalmente a las mujeres, probablemente no habría habido tantas cazas de brujas, lobotomías ni olas de feminismo. Si fuera natural para nosotras someternos a los hombres y quedarnos calladas, la cultura de los pódcast alfa ni siquiera existiría. ¿A quién están tratando de convencer de nuestra sumisión?)

    Y entonces llegó cierto grado de liberación económica para las mujeres, y con los anticonceptivos, algo de control sobre nuestros hábitos reproductivos (ambos triunfos del capitalismo, al menos), y de repente —en términos evolutivos…

    Las mujeres ya no dependíamos de nuestra relación con los hombres para sobrevivir en la realidad que ellos crearon.

    Con acceso al espacio público, a la educación, al mercado laboral, a cuentas bancarias propias y la posibilidad de alquilar o tener propiedades, ya no teníamos que tolerar el abuso dentro de nuestras relaciones. Aún ocurre, por supuesto: el condicionamiento social no se deshace tan fácilmente. Pero a medida que las mujeres salimos del aislamiento de nuestras casas, cortamos las cadenas que nos ataban a la estufa, comenzamos a hablar con otras mujeres y nos dimos cuenta de que sí podíamos sobrevivir sin relaciones que nos hacían odiarnos a nosotras mismas,muchas empezamos a diseñar vidas que no giraban en torno a nuestra relación con los hombres.

    Muchas mujeres aún quieren estar con hombres, aún desean parejas, familias, romance y amor, pero sus expectativas y necesidades han subido de nivel. Y, si leemos los comentarios en prácticamente cualquier publicación de redes sociales, parecería que los hombres no.

    La violencia masculina ha alejado a las mujeres de ellos. Esto no es un fracaso de las mujeres. No es que hayamos fallado en someternos o en ser femeninas. No es que estemos “demasiado en nuestra energía masculina” ni ningún otro discurso de gaslighting, ya sea sacado de la píldora roja o de tonterías pseudo espirituales de la nueva era. Cuando luchamos y conseguimos acceso a nuestros propios recursos, comenzamos a evitar la violencia masculina. Y los hombres se enfadaron por eso. Y cuanto más enfadados, más violentos. Y cuanto más violentos, más los evitamos.

    Y ahí entra… la epidemia de soledad masculina.

    Si tratas con violencia a las personas a tu alrededor, no querrán estar contigo. Parece tan básico, y, sin embargo…

    Como con cualquier tema, hay más matices y complejidad de lo que una afirmación general puede abarcar, así que esto no significa quesolola violencia cause la soledad.

    La soledad proviene de la falta de conexión. La violencia crea desconexión.

    No puedo hablar por ellas, pero puedo imaginarlo. Puedo imaginar que las mujeres de generaciones pasadas, aisladas en sus casas, atrapadas en matrimonios abusivos, sin oportunidad económica para salir, en matrimonios sin amor, donde sus maridos podían buscar amor extramatrimonial… puedo imaginar que todas esas mujeres también se sentían solas.

    Ningún medio de comunicación hablaba de esa soledad. Apenas conseguimos que reporten cuando nuestras parejas nos asesinan. (Cabe mencionar que cuandosíhay atención mediática por un feminicidio, siempre se trata de una mujer joven, blanca y convencionalmente atractiva, mientras que mujeres indígenas, negras y latinas son asesinadas y desaparecen a tasas mucho más altas).

    A nivel global, los hombres asesinan a 137 mujeres al día. Pero en realidad, probablemente son más.

    Una de cada tres mujeres ha sido o será abusada o agredida sexualmente por un hombre. Pero en realidad, probablemente son más.

    Y esto ni siquiera es un problema únicamente de género. La violencia masculina no solo va dirigida a mujeres. Cuando los hombres y niños son víctimas de violencia, generalmente también es a manos de otros hombres.

    ¿Cuántas mujeres han sido asesinadas, ahogadas, quemadas en la hoguera, violadas, lobotomizadas? ¿Cuántas han visto su trabajo robado y acreditado a algún hombre?

    ¿Cuántas han vivido vidas enteras sin haber consentido nada de ello?

    ¿Crees que las mujeres no han estado solas? Por supuesto que sí. Pero no nos entrevistaron en elWashington Postni nada por el estilo.

    Nosotras conseguimos gatos. Y brunch. Y terapia. Pilates y pelotones. Clubes de lectura y círculos de luna y Taylor Swift. Nos reunimos con las chicas, los gays y les “theys”. (Porque, resulta que ¡puedes ser amiga de cualquier ser humano que te caiga bien y a quien tú le caigas bien! ¡Es increíble!)

    Y los hombres lo odiaron. Nos dicen que vamos a morir solas con nuestros gatos y luego se quejan de estar solos.

    ¿Quieren que muramos solas? ¿O quieren que estemos con ellos?

    Es un poco confuso, la verdad, chicos.

    Cuando por fin salimos de nuestras casas y entramos a la vida pública, cuando dejamos de creer las narrativas de que otras mujeres eran nuestras mayores enemigas y empezamos a confiar y construir relaciones significativas entre nosotras, comenzamos a crear conexión. Y esa conexión no dependía de tener una pareja masculina. Esto no quiere decir que muchas mujeres no sigan deseando una pareja masculina, o conexión con hombres —pero muchas estamos cansadas de lidiar con el riesgo de violencia que eso conlleva. Y parece que, en lugar de volverse menos violentos, los hombres se están volviendo más solitarios.

    Pero aquí está el detalle: ¡no todos los hombres están solos! Algunos hombres aman a sus esposas. Algunos hacen amigos con otros hombres, ¡e incluso con mujeres! Algunos van a terapia. Algunos están dispuestos a deconstruir el condicionamiento que ha normalizado sus comportamientos violentos.

    Y si no están dispuestos a hacer el trabajo necesario para construir conexión en sus vidas… quizás deberían conseguir un gato.

    La soledad es parte de la condición humana. Momentos fugaces o agudos de soledad son emociones humanas normales.

    Creo que todas las personas podemos relacionarnos con el sentimiento de soledad. Así como estamos hechos para sentir conexión, creo que también estamos hechos para sentir soledad. Como todas las emociones que nos muestran algo, la soledad nos muestra (si lo permitimos) dónde necesitamos construir o crear conexión, o qué conexiones debemos soltar porque no son saludables.

    La soledad crónica, a largo plazo, es perjudicial para la salud. Somos seres sociales y nos necesitamos unos a otros. Sabemos que la soledad conlleva malos resultados de salud y disminución de la longevidad.

    También sabemos que la violencia masculina causa directamente muchas muertes cada año: 50,000 mujeres. Más todos los hombres que son asesinados por otros hombres. Más todas las guerras y genocidios dirigidos por hombres.

    Antes de abordar la soledad, debemos tomarnos en serio la violencia masculina, porque la soledad es producto de la desconexión, y es imposible conectar a través de la violencia.

    Sobre la autora

    Amy es facilitadora de defensa personal, certificado de Nivel 1 por ESD Global en 2018. Vive en Playa Samara donde facilita clases, cursos, y talleres de defensa personal. Amy también es escritora, editora, e instructora de yoga. Le gusta bailar, caminar en la playa con su perrita, reírse con amigas y combatir el patriarcado con sus palabras escritas.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • Mentiras que nos cuentan a las mujeres

    Mentiras que nos cuentan a las mujeres

    mujeres fuertes autodefensa

    ¿Por qué creemos que la competencia femenina es normal, inevitable, y natural?

    “Nunca he tenido muchas amigas mujeres.”

    “Es la primera vez en mi vida que he estado en un espacio de solo mujeres—¡y que me he sentido bien!”

    “Nunca me he llevado tan bien con chicas… Siempre me he llevado mejor con los maes… (hombres)”

    Los anteriores son comentarios y sentimientos que escuchamos constantemente en los retiros de empoderamiento y las capacitaciones de instructoras de autodefensa de Mujeres Fuertes. Espacios que, con mucha intención, designamos para solamente mujeres y personas no-binarias.

    Al inicio, me sorprendieron estos comentarios. Como niña, yo tuve el privilegio (poco común, ¡ya me doy cuenta!) de tener muchas amistades y conexiones positivas con otras chicas. A pesar de alimentarme de la cultura popular en los años 90 y los 2000s—telenovelas, música y libros que elevaron la competencia femenina, y pocas veces la colaboración—pude construir vínculos de apoyo, respeto, cariño, y empoderamiento mutuo.

    No aprecié mi suerte suficientemente hasta iniciar los retiros de Mujeres Fuertes en el 2018.

    mujeres fuertes autodefensa

    Como movimiento y plataforma de entrenamiento de autodefensa y empoderamiento, nos dedicamos a deconstruir varios mitos sociales y falsas narrativas a través de nuestras actividades. Dicho esto, me parece apropiado que agreguemos esto a la lista:

    Mentiras que nos cuentan a las mujeres

    • Que la competencia es un estado natural entre las mujeres.Más bien rescatamos nuestro verdadero patrimonio—como mujeres, como seres humanos—del círculo. Reconocemos que la autodefensa es colectiva, y que juntas nos levantamos, nos sanamos, y nos hacemos más fuertes.
    • Que ser femenina significa ser complaciente o pasiva.Alcontrario, celebramos la capacidad natural de las mujeres (y de todos los seres) para defenderse, abrazamos la agresividad (sana), y reconocemos los límites y la asertividad como cualidades humanas, no de género.
    • Que “chismear” es algo trivial.Preferimos replantear los “chismes” en el contexto del quinto principio de la autodefensa holística: Decir / Contar. Una herramienta que siempre hemos utilizado para cuidarnos entre hermanas, avisando sobre personas violentas y espacios no-seguros.
    • Que los “expertos” son por defecto hombres, y que el conocimiento sobre la autodefensa está por extensión codificado como masculino.Nos enfocamos en capacitar como instructoras a personas que comparten experiencias de vida con sus participantes.
    • Que el feminismo—y el empoderamiento—es algo distinto de los derechos LGBTQ, la justicia social y climática, el antirracismo, y muchos otros.Estamos profundamente interconectados—como personas, comunidades, y movimientos. No podemos cumplir nuestra misión e ignorar otras injusticias. La prevención de violencia es parte de un cambio social más amplio… y también el resultado de el.

    Que la competencia es un estado natural entre las mujeres.

    Más bien rescatamos nuestro verdadero patrimonio—como mujeres, como seres humanos—del círculo. Reconocemos que la autodefensa es colectiva, y que juntas nos levantamos, nos sanamos, y nos hacemos más fuertes.

    Que ser femenina significa ser complaciente o pasiva.

    Al contrario, celebramos la capacidad natural de las mujeres (y de todos los seres) para defenderse, abrazamos la agresividad (sana), y reconocemos los límites y la asertividad como cualidades humanas, no de género.

    Que “chismear” es algo trivial.

    Preferimos replantear los “chismes” en el contexto del quinto principio de la autodefensa holística: Decir / Contar. Una herramienta que siempre hemos utilizado para cuidarnos entre hermanas, avisando sobre personas violentas y espacios no-seguros.

    Que los “expertos” son por defecto hombres, y que el conocimiento sobre la autodefensa está por extensión codificado como masculino.

    Nos enfocamos en capacitar como instructoras a personas que comparten experiencias de vida con sus participantes.

    Que el feminismo—y el empoderamiento—es algo distinto de los derechos LGBTQ, la justicia social y climática, el antirracismo, y muchos otros.

    Estamos profundamente interconectados—como personas, comunidades, y movimientos. No podemos cumplir nuestra misión e ignorar otras injusticias. La prevención de violencia es parte de un cambio social más amplio… y también el resultado de el.

    ¡Esperamos verlas en nuestra próxima capacitación de instructoras—esta vez en Guatemala!

    Información y aplicaciones acá: https://forms.gle/rjjPhM97utQDfSPY8

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • La sororidad nos abre el camino a nuestra seguridad

    La sororidad nos abre el camino a nuestra seguridad

    Advertencia: se discuten temas de violencia sexual.

    mujeres fuertes autodefensa, sororidad, justicia, seguridad personal

    Aprendizaje Bonobo sobre la sororidad y la autodefensa colectiva

    Este mes, por fin sentenciaron al violador Andres Picado, a 24 años de cárcel. Fue acusado por violar entre el 2019 y 2022 a 5 mujeres extranjeras y 2 niñas, una con 13 años de edad y otra con 14, en Santa Teresa.

    Es un gran logro para las mujeres de la zona de Cóbano y Santa Teresa, específicamente, para quienes han estado buscando justicia por más de 2 años. También para las mujeres en todo el país, que han estado llamando la atención a los casos, se han organizado manifestaciones, marchas, publicaciones y más, para apoyar el proceso. Han estado trabajando por años con la esperanza de crear un pueblo más seguro para otras mujeres.

    ¿Será un ejemplo para otros agresores en la región? Esperamos que sí.

    Mientras, siento el agradecimiento colectivo, producto de la realización de justicia  que está pasando  y que se expresa en las redes. Éste agradecimiento no me llega sin el acompañamiento de otras emociones también: frustración, cansancio y una que está siempre presente, ira.

    Al leer las publicaciones de las colectivas de mujeres, pienso en tanto esfuerzo que hicieron y la energía que gastaron muchas mujeres, todo porun solo violador.

    ¿Cuántas mujeres tenían que alzar sus voces? ¿Cuántas mujeres tenían que defenderse, defender a las otras?

    Aunque en este caso por fin hemos visto alguna forma de justicia, en general el sistema no nos protege. El sistema judicial y toda la estructura legislativa fueron creados por hombres y funciona para ellos. No funciona para las mujeres ni para las otras personas marginalizadas.

    Imagínese, si requiere tanto esfuerzo de tantas personas para traer justicia contra las acciones de un solo violador, ¿cuánto esfuerzo se requiere para enfrentar la violencia patriarcal en general?

    ¿Cuántas voces tienen que gritar: “es un violador” para que nos crean?

    ¿Cuántas niñas tienen que ser violadas para que las autoridades hagan algo?

    ¿Cuántos casos similares tenemos que ver y vivir antes de que haya un cambio grande en la cultura patriarcal, la cultura que permite que los hombres sigan intentando mantener el poder sobre las mujeres?

    Me gustaría creer que éste caso será un catalizador para un cambio judicial.

    Me sigue frustrando pensar en toda la energía invertida en ésto, energía que se podía haber invertido en otros proyectos, en sueños, en vivir sus vidas. Pero por otro lado también me recuerda la fuerza y ternura que existe cuando las mujeres nos juntamos.

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    Aprendiendo de los Bonobos sobre la sororidad

    Me recuerda del Bonobo Sisterhood, un libro escrito por Diane Rosenfeld sobre la sororidad de los bonobos. Básicamente, el concepto es así: los bonobos son los primates más cercanos genéticamente a los humanos. Compartimos 97% de nuestro ADN con ellos. En la estructura social de los bonobos, no existe la violencia machista y en los casos raros en los que un macho demuestra una tendencia de violencia hacia una hembra, las demás llegan para castigarlo y expulsarlo de la tribu. Se protegen entre ellas aún si no son familiares o conocidas, y así, la violencia machista nunca tiene la oportunidad de persistir. 

    El patriarcado siempre ha mantenido su poder al convencernos y obligarnos a aislarnos en casa, con una cadena a la cocina, breteando sin parar para cuidar la familia, ahogándose en el trabajo doméstico, lejos de otras mujeres. Sin contacto con las compañeras, que son las que pueden compartir, confirmar y validar nuestras experiencias.

    Sin embargo, el mundo ha cambiado y ahora no estamos aisladas. Cada vez más conversamos de nuestras experiencias vividas, y nos vamos dando cuenta de que realmente ¡No estamos solas!, muchas veces hasta compartimos vivencias y así los abusos no son nuestros para cargar solitas sino juntas.

    En nuestro trabajo con Mujeres Fuertes, de enseñar y compartir la metodología de Autodefensa Holística, siempre hablamos de los cinco principios de defensa, uno de ellos que es “decir” o “contar.” ¿Y cómo es “decir” una forma de defensa si pasa después de un acto violento? Hablar de lo que nos pasa es una forma de sanación, nos da conexión y contención, nos acompañamos, fortalecemos la sororidad, y poder escuchar un “yo también” nos alivia. Es una gran parte de comenzar a generar un cambio cultural.

    El poder del colectivo

    Hace unos meses, conocí a una chica que llevaba poco tiempo viviendo en nuestro pueblo. Me pareció que estaba un poco triste y me contó que aún no tenía muchas amigas y su novio le había dicho que solo necesitaba a él, que no necesitaba amigas, que todas las mujeres en nuestro pueblo estaban locas.

    “Wow, que bandera roja,” le dije.

    Le dije que no solo no estamos locas, sino también estamos bien conectadas. Le conté cómo en nuestra comunidad hay mucho acuerpamiento, que las mujeres en mis círculos le cuidarían su espalda, que lucharían por ella y cualquier otra mujer, aún sin conocerla.

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    Es verdad, aquí y en muchos pueblos, las mujeres nos defendemos, nos apoyamos, nos protegemos entre nosotras, aún con mujeres que no hemos conocido. Hay colectivas oficiales y redes no oficiales de mujeres luchando por nuestra seguridad. Cuando una es violada, todas nos vemos afectadas, a todas nos duele.

    Sin saber de ellas, nos estamos organizando como las hembras de los bonobos.

    Y como ellas, para sentirnos más seguras, nos protegemos entre todas. Seguimos su ejemplo para empezar a crear una sociedad libre de violencia patriarcal.

    Que se haga justicia no debería requerir de tanto esfuerzo y energía gastada, sigamos construyendo hacia un mundo donde no tenemos que buscar justicia porque arrancamos las tendencias violentas desde la raíz. Un mundo donde expulsamos los agresores de nuestras tribus, donde nos protegemos entre todes, conscientes de lo que nos une, y donde dejamos de validar lo que nos separa.

    Sobre la autora

    Amy es facilitadora de defensa personal, certificado de Nivel 1 por ESD Global en 2018. Vive en Playa Samara donde facilita clases, cursos, y talleres de defensa personal. Amy también es escritora, editora, e instructora de yoga. Le gusta bailar, caminar en la playa con su perrita, reírse con amigas y combatir el patriarcado con sus palabras escritas.

    Amy is a Level 1 self-defense facilitator certified by ESD Global in 2018. She lives in Samara, costa Rica, where she facilitates self-defense classes, courses and workshops. Amy is also a writer, editor, and yoga instructor. She likes to dance, walk on the beach with her dog, laugh with friends, and fight the patriarchy with her written words.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • La autodefensa es para ti.

    La autodefensa es para ti.

    autodefensa

    La verdadera razón por la que todxs necesitamos entrenamiento de autodefensa.

    El entrenamiento de autodefensa para el empoderamiento no solo enseña a las personas a decir “no” a ataques coercitivos, manipuladores o explícitamente violentos. También facilita un desarrollo intensamente personal y radical de la autoconciencia y la confianza en uno mismo, lo que puede hacer que todas nuestras relaciones sean más fuertes, seguras y saludables.

    Ahora, los límites están de moda y las relaciones coercitivas no.

    autodefensa, mujeres fuertes costa rica

    “¿Como ahora mismo?”

    “¡Sí!”Todas aplaudimos cuando una chica sacó su teléfono en medio de un taller.

    El círculo de mujeres le ayudó a redactar el mensaje y poner fin al (quizás involuntario, pero no obstante disruptivo) acoso digital:

    “Me has estado enviando mensajes y llamándome repetidamente. No me interesa seguir comunicándome contigo. Deja de llamarme.”

    Presionó enviar y el grupo la felicitó con amplias sonrisas y aplausos. Sus hombros bajaron y su rostro se relajó con visible alivio. Muy a menudo, no nos damos cuenta de que estamos manteniendo la guardia alta hasta que tomamos las medidas necesarias para suavizarla.

    Habíamos estado practicando la“fórmula mágica”, una práctica fundamental de comunicación asertiva que enseñamos en casi todos nuestros talleres y cursos de defensa personal, de pronto esta participante mencionó un ejemplo de la vida real. Un hombre al que había conocido brevemente en un café y al que le había dado de mala gana su número de teléfono había estado enviándole mensajes de texto y llamándola durante semanas.

    Él no fue irrespetuoso ni ella lo sintió peligroso. Sin embargo, su comportamiento le molestaba, le causaba estrés innecesario y perturbaba sus días. El grupo la animó a aplicar la fórmula mágica inmediatamente, y así lo hizo.

    En un mundo donde, en todas las demográficas culturales, generacionales y económicas, las mujeres son socializadas para ignorar en lugar de abordar muchas formas de violencia, desde el acoso “bien intencionado” hasta el abuso cíclico o la agresión física,

    visibilizar esa violencia y verbalizar nuestros límites es una acto simple pero radical.

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    LaAutodefensa Holística(ESD, por sus siglas en inglés) podría ser la práctica de vida que no sabías que te faltaba para profundizar tus relaciones.

    Como fundadora de Mujeres Fuertes Autodefensa, una empresa social con sede en Costa Rica, abogo por la autodefensa como un camino hacia una mayor alegría, conexión y placer. Creo que no podemos decir un verdadero “sí” a la conexión o la intimidad sin herramientas efectivas para decir “no” a la violencia en todas sus formas.

    La ESD es una metodología de prevención de la violencia basada en evidencia informada sobre el trauma, desarrollada por mujeres artistas marciales (y perfeccionada durante varias décadas) para abordar el espectro de violencia que enfrentan las mujeres, los niños y otras poblaciones vulnerables. Se diferencia de las artes marciales o del entrenamiento “tradicional” de autodefensa en que aborda el contexto social de la violencia, y por lo tanto de la autodefensa y la prevención, enfatizando estrategias verbales, emocionales y psicológicas para la seguridad personal y tanto como, si no más que, las habilidades físicas.

    La autodefensa (centrada en el empoderamiento) es una práctica diaria. Todos tenemos derecho a sentirnos seguros en el mundo y tenemos derecho a defender esa seguridad cuando se ve amenazada. En espacios como el hogar, el lugar de trabajo o las relaciones íntimas donde muchas veces se asume (erróneamente) la seguridad, es especialmente importante hacer uso de estrategias de comunicación asertivas para anteponer nuestra autonomía, bienestar y seguridad.

    Más del 90 por ciento de la violencia de género en todo el mundo y en todos los grupos demográficos es perpetrada por alguien conocido de la víctima. El cincuenta por ciento de esos perpetradores son las parejas íntimas actuales o anteriores de las mujeres. Una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia sexual.Incluso si crees que esos números no se aplican a tí, aún puedes beneficiarte del entrenamiento de autodefensa (empoderamiento), porque todxs pueden hacerlo.

    La Autodefensa de Empoderamiento, como la enseñamos mis colegas y yo, no solo enseña a las personas a decir “no” a ataques coercitivos, manipuladores o explícitamente violentos. También facilita un desarrollo intensamente personal y radical de la autoconciencia y la confianza en uno mismo, lo que puede hacer que todas nuestras relaciones sean más fuertes, seguras y saludables.

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    Podemos definir la violencia y la autodefensa en un amplio espectro. Un ataque por parte de un extraño en la calle o en la playa es violencia. El abuso emocional es violencia. El acoso en línea es violencia. Los comentarios cortantes, las tácticas de comunicación manipuladoras y la coerción también pueden encajar en ese espectro.

    Generalmente, no aprendemos habilidades básicas para defendernos y la educación para la prevención de la violencia está notablemente ausente en la mayoría de los planes de estudio escolares y domésticos. La ESD ofrece opciones y estrategias prácticas, tanto verbales como físicas, para afrontar el riesgo, el peligro o la simple incomodidad de manera que fomenten la seguridad y la capacidad de acción.

    En el mejor de los casos, creo que también puede mejorar nuestras interacciones diarias con familiares, amigos y parejas al ayudarnos a identificar nuestras necesidades, deseos y límites, perfeccionar nuestra intuición y hablar desde ella con confianza y poder.

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    En ESD, trabajamos ampliamente con estrategias de “comunicación asertiva” para entrenar el establecimiento de límites y la reducción de tensiones como habilidades críticas para interrumpir o defenderse de la violencia. Por ejemplo, mi favorita, laFórmula Mágicamencionada anteriormente, consta de tres sencillos pasos:

    Primero nombramos el comportamiento (por ejemplo: “Estás levantando la voz”, “Estás haciendo comentarios sobre mi cuerpo”, “Me estás tocando sin mi permiso”, “Me estás llamando repetidamente”) sin preguntas ni calificaciones. Las preguntas invitan a la respuesta, la negación o la negociación. En una situación peligrosa o incómoda, no queremos iniciar una conversación ni discutir sobre los hechos; solo queremos hacer los cambios necesarios para sentirnos segurxs.

    Luego, si lo deseamos, declaramos cómo nos sentimos acerca del comportamiento (por ejemplo: “Eso no me gusta”, “Eso es doloroso”, “Me siento incómodx”, “No me interesa”). Este paso es opcional, pero es una adición útil para la comunicación con personas cercanas a nosotros que, con suerte, se preocupan por nuestros sentimientos y seguridad.

    Después de nombrar el comportamiento y compartir cómo nos hace sentir, exigimos el cambio que deseamos ver (por ejemplo: “Por favor, baja la voz”, “No vuelvas a hacer comentarios como ese”, “Quita tu mano de encima”, “Deja de llamarme”) sin sentirnos obligadxs a pedirlo amablemente o decir por favor si no lo deseamos.

    Esta técnica es una excelente opción por varias razones. En primer lugar, no deja lugar a dudas; Ambxs sabemos lo que está pasando aquí y no vamos a discutir sobre eso. En segundo lugar, alerta a posibles transeúntes sobre la situación. Finalmente, establece claramente un límite: “Estás haciendo esto. No quiero que lo hagas. Detente.” Si el comportamiento persiste, entonces sabemos que una persona no respeta nuestros límites ni se preocupa por nuestras necesidades (o no está prestando atención).

    Lo que hagamos con esa información depende de nosotros.

    Si estas estrategias parecen poder aumentar tu crecimiento personal y mejorar tus relaciones, románticas o de otro tipo, te invito a buscar ofertas de autodefensa de empoderamiento en tu ciudad o estado.

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Publicado originalmente en Elephant Journal el 12 de febrero de 2024.

  • El peligro no es sexy

    El peligro no es sexy

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    Desmantelar la masculinidad tóxica de adentro hacia afuera.

    Son las 6 a.m. y estoy tomando café en mi balcón viendo cómo el cielo cambia de gris a azul.

    Un poncho desgastado me protege del frío de la mañana. Instalada en mi propio espacio seguro en este nuevo hogar, estoy reflexionando sobre cómo la tranquilidad en las relaciones también me hace sentir bien, segura y, sí, sexy.

    El peligro, cuando se trata de intimidad, no es sexy. O no creo que deba ser así. Es difícil desaprender después de toda una vida de consumir inconscientemente mensajes tácitos en la cultura popular que dicen exactamente lo contrario: programas de televisión, películas y bandas que venden protagonistas masculinos inquietantes, oscuros y peligrosos.

    Las niñas pequeñas aprenden a idolatrar y fetichizar al vampiro literalmente sediento de sangre (hola, “Crepúsculo”), del mismo modo que los niños están aprendiendo a sexualizar a la mansa damisela en apuros (te estamos viendo, “50 sombras de Grey”).

    En estas dinámicas de relación normalizadas (heteronormativas), cada parte juega con las fantasías cansadas y tremendamente obsoletas del otro.

    Desafortunadamente para aquellxs de nosotrxs a quienes nos gustan las soluciones fáciles, la masculinidad tóxica no es algo que podamos identificar y descartar rápidamente.

    Es un tejido complejo de deseos, expectativas, creencias limitantes y patrones de lenguaje y pensamiento en el que todxs estamos envueltxs desde nuestro nacimiento, y que debemos desmantelar de hilo tóxico en hilo tóxico. Está tejido a partir de la historia, la cultura y la religión, así como de nuestras acciones e interacciones diarias.

    Es mucho más viejo que nosotros, una reliquia polvorienta que nunca pedimos heredar, pero ahora que está aquí en nuestro armario, tenemos una oportunidad:

    Envolvernos en sus pliegues extrañamente reconfortantes (lo familiar casi siempre es cómodo y cálido, incluso cuando nos asfixia), o destrozarlo, quemarlo y crear algo mejor a medida que el humo se disipe.

    Todxs somos responsables de reparar y defender el tejido de la masculinidad tóxica cuando comienza a deshilacharse bajo la presión de una inspección cuidadosa.

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    Cuidar (perpetuar) la masculinidad tóxica puede verse así:

    >> Regalar “Crepúsculo” a una adolescente.

    >> Creer (como mujer): “Si mi zona púbica no se parece a la de una niña de seis años, entonces no soy deseable”.

    >> Decirle a nuestra pareja que cualquier cosa sobre su cuerpo natural (cabello, grasa, fluidos, etc.) es repugnante o vergonzoso.

    >> Enseñar a nuestros hijos que cualquier cosa relacionada con sus deseos o cuerpos naturales (sexualidad, menstruación, defecación) es repugnante o vergonzoso.

    >> Faltarle el respeto a los límites de alguien porque “no sabe lo que quiere”.

    >> Bromear diciendo que ” ‘No’ significa ‘esforzarse más’ “.

    >> Creer o sostener de alguna manera la noción de que existe el “trabajo de mujeres” y el “trabajo de hombres”.

    >> Regurgitar estereotipos desgastados como “Los hombres de verdad no hacen XYZ”, “Las niñas no pueden XYZ” o cualquier otro anticuado, “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”: clichés de ese estilo.

    >> Borrar las voces de las identidades de género marginalizadas.

    >> Fetichizar la falta de seguridad en las relaciones íntimas o no íntimas.

    Esa no es una lista exhaustiva. ¡Siéntete libre de agregar tus propios ejemplos!

    El peligro no es sexy. La erosión de los límites no es sexy.

    La adrenalina es (tal vez) sexy en el contexto de “Vamos a hacer paracaidismo juntos”, pero no en el contexto de “¿Este vampiro me va a besar o matarme?”.

    ¿Sabes qué es sexy? Comunicación, límites y acuerdos claros. Un “¡sí!” que surge del deseo, no del miedo o la coerción. La sensación de seguridad que proviene del consentimiento real.

    “Crepúsculo” y “50 sombras de Grey” son sólo un par de fenómenos culturales tremendamente populares y favoritos personales para criticar, pero en realidad los culpables están en todas partes y, a menudo, son más sutiles. Los chistes “inofensivos”, los comentarios y críticas improvisados ​​o los juicios desviados de familiares, amigos o socios pueden ser igual de dañinos, si no más.

    Es fácil criticar a las celebridades y a los políticos; es mucho más difícil reconocer los sistemas profundamente arraigados del patriarcado (también el racismo, vale la pena mencionarlo) incrustados en nuestros propios cuerpos, corazones y mentes.

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    Desmantelar la masculinidad tóxica es un trabajo de adentro hacia afuera. Podría verse así:

    >> Levantar la voz en contra de los chistes misóginos, racistas o de otro modo odiosos o violentos.

    >> Celebrar en lugar de criticar decisiones personales que parecen diferentes a las nuestras.

    >> Crear (y difundir) arte, música, cultura y medios que eleven a las poblaciones oprimidas, amplifiquen las voces marginalizadas y deconstruyan activamente los prejuicios abiertos o encubiertos.

    >> Ser dueños de nuestros deseos, nuestro placer y nuestros límites sin vergüenza y con amor.

    >> Honrar los deseos y límites de los demás, con respeto y amabilidad.

    >> Deconstruir nuestros propios sistemas de creencias, nuestra sexualidad, nuestra comunicación, reconocer las semillas del patriarcado dentro de nuestro ser más profundo y eliminarlas cuando sea posible.

    >> Reconstruirnos con intención y autoaceptación, reconociendo que somos productos de nuestra sociedad, y que nuestras creencias, sexualidad, deseos, lenguaje y límites son válidos, siempre que no causen daño.

    Y finalmente: ¡podemos hacer estas conversaciones cada vez más comunes!

    ¿Cómo se manifiesta la masculinidad tóxica en tu experiencia del día a día? ¿Cómo la desmelas? ¡Me encantaría escuchar tu opinión en los comentarios!

    Sobre la autora

    Toby Israel es la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Originally published in English at Elephant Journal on July 19, 2021.

  • Sí al placer: La sanación y conexión a través de la autodefensa holística

    Sí al placer: La sanación y conexión a través de la autodefensa holística

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    Nuestro SÍ es tan radical como nuestro NO.

    Piel retraída debido a un masaje no deseado. Mandíbula bloqueada de sorpresa por un beso no consensual. Brazos cruzados sobre el pecho: piropo no solicitado. Sonrisa falsa, risa falsa, interés falso, orgasmo falso. La mayoría de las mujeres sabemos lo que se siente al fingir placer por miedo al (a la): reproche, venganza, ataque o ira. Yo lo sé.

    Peor aún, he dudado de la voz de mi propio cuerpo que me dice lo que me hace sentir bien y lo que no, porque alguien (o la sociedad) me dijo lo que me debería gustar y lo que no. Seguramente todos, en algún momento o en muchos casos, hemos ajustado nuestros deseos (gustos, disgustos, placeres “culpables”, preferencias profesadas) para complacer, encajar o ceder ante otra persona, o ante alguien a quien amamos.

    Como instructora holística de defensa personal y firme defensora de la autonomía de las mujeres, muy a menudo me preguntan qué me pasó para que me importe tanto. A diferencia de un tercio de las mujeres de todo el mundo (o quizás muchas más), yo no he sufrido violencia sexual directa. Sin embargo, estoy familiarizada con las formas más lentas y sutiles en las que las personas, los medios y la cultura pueden erosionar nuestra confianza en nosotras mismas, la confianza en nuestra intuición y la conexión con nuestro verdadero placer.

    Facilito talleres donde las mujeres pueden practicar gritar “no”, establecer límites en juegos de rol y aprender a golpear con el talón de la mano en un espacio seguro y sanador. Pero también trato de dejar tiempo para gritar “sí”, para encarnar el placer y la conexión, y para recordar cómo suena nuestra voz interior cuando susurra “sí”, “no” o “todavía no lo sé”.Porque creo que para las mujeres—que históricamente hemos sido silenciadas, castigadas y minimizadas tanto en nuestro placer como en nuestro dolor—nuestro “sí” y nuestro “no” pueden ser igualmente radicales. Igualmente poderosos. Igualmente transformadores.

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    Como instructora de Empowerment Self-Defense (ESD), defino tanto la violencia como la autodefensa en una amplia gama.

    Un ataque por parte de un extraño en la calle o en la playa es violencia. El abuso emocional es violencia. El acoso callejero es violencia. Como regla general, los humanos no aprendemos habilidades básicas para defendernos en ningún lugar de esta gama.

    Nuestra metodología de autodefensa holística proporciona opciones y estrategias prácticas, tanto verbales como físicas, para enfrentarnos al riesgo, el peligro o la simple incomodidad de manera que respalden la seguridad y la agencia. En el mejor de los casos, creo que también puede mejorar nuestras interacciones cotidianas con la familia, amigos y socios, ayudándonos a identificar nuestras necesidades, deseos y límites, afinar nuestra intuición y hablar desde ella con confianza y poder.

    En la autodefensa holística nos gusta utilizar la metáfora del semáforo para comprender los límites y los riesgos. Cuando estamos en verde todo está bien, normal, tranquilo. El cuerpo debe estar relajado, sin demasiada tensión, la respiración uniforme y el ritmo cardíaco a un ritmo natural de reposo. Una relación íntima, una amistad o un ambiente de trabajo deberían parecer verdes la mayor parte del tiempo, para la mayoría de nosotrxs. Este es un lugar saludable para nuestro sistema nervioso, un lugar donde puede ocurrir la sanación y el aprendizaje, porque el corazón y la mente están abiertas para recibir y conectarse.

    Cuando estamos en amarillo, estamos en alerta. Notamos que algo no está bien, nos sentimos incómodxs o alguien está traspasando un límite personal. El cuerpo puede volverse más tenso, el ritmo cardíaco o la respiración pueden acelerarse y nuestra postura y lenguaje corporal muestran más conciencia. Y finalmente, cuando estamos en rojo, ya estamos en peligro y necesitamos aplicar principios de autodefensa (pensar, gritar, correr, luchar o decir/buscar apoyo) para mantenernos a salvo.

    Es fundamental comprender que la autodefensa (holística) no comienza cuando estamos en números rojos. La autodefensa comienza cuando estamos en verde, con un proceso continuo de auto descubrimiento y exploración. Comienza por conocer nuestros límites, comprender lo que nos gusta y queremos y tener claro qué comportamientos no permitiremos.

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    Encuentra tu no, vive tu sí.

    El lema de Mujeres Fuertes Autodefensa refleja nuestra creencia de que el camino hacia la sanación (a través de la autodefensa holística) debe incluir el autodescubrimiento, el placer, la vulnerabilidad y la conexión, así como los límites, la fuerza. y la autosuficiencia. Así como identificar lo “rojo” requiere que entendamos lo “verde”, nuestros límites tienen más sentido en contraste con nuestros deseos.

    Estoy aprendiendo, poco a poco, a dar voz a mis límites y mis deseos, sin miedo, vergüenza ni menosprecio. Me siento cada vez más cómoda honrando los susurros de mi cuerpo, incluso cuando el ruido exterior casi los ahoga. Estoy empezando a perdonarme por las veces que no lo hice.

    A lo largo de los muchos caminos entrelazados de mis viajes, trabajos y estudios, he buscado conexión y placer, pero no siempre supe cómo distinguir entre lo que venía de mi interior y lo que, intencional o inconscientemente, había sido forzado a entrar desde el afuera. Las herramientas que practico y enseño nos han ayudado a mí y a miles de participantes a escucharnos más atentamente, elegir cómo proceder con intención y poder y, finalmente, abrazar nuestra autonomía en todo la gama: del no al sí.

    Es mi deseo que todxs podamos decir verdaderamente “sí” al placer, con la espalda fuerte y el corazón entero.

    Sobre la autora

    Toby Israel es la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Costa Rica. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Originally published in English in WOWzine Magazine, created by Women of the Wick.

  • La Autodefensa es Colaborativa

    La Autodefensa es Colaborativa

    La Autodefensa es Colaborativa

    La misión delante de la competencia.

    Este año he visto por lo menos 3 retiros de autodefensa holística promocionados en las redes sociales. Ninguno ha sido de nosotres (Mujeres Fuertes).

    En otro momento de mi vida, quizás me hubiera sentido ofendida… Me hubiera generado alguna incomodidad o disgusto ver a otres tomando “mi” cosa y haciéndola suya.

    Por supuesto, los sistemas capitalistas tradicionales nos enseñan que cada una es dueña de su producción creativa, de sus ideas, de su metodología, o invención, o diseño original. Bajo este sistema, si alguien más obtiene ganancias de mi “cosa”, yo estoy perdiendo. No hay suficiente para todes.

    Por supuesto que tengo que defenderla celosamente en ese caso, ¿no?

    Pero he estado pensando últimamente en como este sistema capitalista tradicional es intrínsecamente patriarcal e individualista también.

    Patriarcal porque los valores como la competencia y la posesión refuerzan las estructuras actuales de poder que están profundamente enraizadas. Individualista porque cuando me enfocomásen el beneficio que me da a mí, que en el que le da a mi comunidad o a les otres, quizás yo gane, pero la sociedad pierde.

    Porque el mayor bien a mi comunidad es que hayan muchos, muchos retiros, cursos y talleres de autodefensa holística, que esta metodología sea accesible para TODES. Si lo hago yo sola, nunca voy a cumplir ese objetivo.

    La Autodefensa es Colaborativa

    ¿Qué sucede, entonces, si nos enfocamos no en las ganancias de una persona o una empresa, sino en el bien de la colectiva? La conversación cambia:

    No solamente no me importa si más personas hacen (y sacan ganancias de) “mi” cosa; más bien

    1. las invito a hacerlo con mucho entusiasmo, y
    2. dejo de pensar como si fuese “mía”.

    las invito a hacerlo con mucho entusiasmo, y

    dejo de pensar como si fuese “mía”.

    La autodefensa holística es, por naturaleza, feminista, colectiva, colaborativa, y anti-patriarcal. (No, eso no significa que odiamos a los hombres. ¡Ubícate por favor! Creemos que el patriarcado causa daño a todes, y buscamos co-crear un futuro diferente, basado en el respeto, la equidad y la no-violencia.)

    La autodefensa holística es profundamente interdependiente del concepto de la red. Elegimos la colaboración por encima de la competencia. Porque nuestra seguridad depende de ella. Porque no podemos prosperar bajo el mismo sistema que nos ha oprimido. Porque creemos que algo mejor, más justo, más hermoso es posible, y está a nuestro alcance.

    Y todas las que trabajamos en este campo – con Mujeres Fuertes, con RIA-LAC Abya Yala, con ESDG, o tantas otras organizaciones – ponemos nuestra misión compartida primero.

    Tenemos en nuestras manos una metodología de prevención de violencia comprobada por las investigaciones académicas — y por millones de participantes en todo el mundo. Tenemos herramientas y conocimiento que queremos paratodas las personas.

    ¿Por qué quisiéramos guardar algo así para solo unas pocas?

    Cuando tu “producto” es algo que puede cambiar vidas y sociedades, la competencia ya no tiene sentido.

    La Autodefensa es Colaborativa

    Pero Toby, vas a decir,si eres tan anti-capitalista, ¿por qué cobran para los talleres y formaciones de autodefensa?Bueno, lastimosamente, vivimos todavía en un mundo que requiere fondos para pagar renta, comida, espacios de práctica, materiales de entrenamiento, etc etc. Si regalamos nuestro trabajo, tendremos que pasar más tiempo haciendo cosas queno sontalleres de autodefensa para cubrir esos gastos, lo cual significamenostiempo dedicado a nuestra misión.

    Como siempre, ofrecemos becas, intercambios, o precios flexibles en casi todas nuestras actividades. No queremos que el precio sea una barrera para nadie… Pero ya no queremos pedirle trabajo gratis a nuestro increíble equipo.

    No es suficiente estar segures. Queremos prosperar en red. Queremos ganarnos la vida en servicio a nuestra misión.

    ¡Y queremos que ustedes sean parte de ese camino! Síguenos en Instagram o Facebook, escríbenos por correo, únete a nuestro grupo de WhatsApp, o compartes nuestra nueva campaña de recaudación de fondos. Para ver cómo se expande este proyecto en los próximos meses. ¡Y ojalá que sea con amor y colaboración, y sin competencia!

    Sobre la autora / About the author

    Toby Israel es la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Costa Rica. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

    La Autodefensa es Colaborativa, Toby Israel

    Toby Israel is the founder of Mujeres Fuertes Costa Rica. As an ESD instructor (Level 4, ESD Global & Trainer of Trainers) and yoga teacher, she facilitates retreats and workshops designed to inspire and transform through connection to our inner strength. She came to Costa Rica in 2017 for a Master’s degree from the University for Peace. She stayed for the sunshine, the papaya, and the community.

    Self-Defense is Collaborative (La Autodefensa es Colaborativa)

    La Autodefensa es Colaborativa

    Mission before Competition

    This year I have seen at least 3 different holistic self-defense retreats going around social media. None of them have been through my project (Mujeres Fuertes).

    At another moment of my life, maybe I would have gotten offended… Seeing other people taking “my” thing and making it theirs would have generated some sort of discomfort or displeasure.

    Of course, traditional capitalist systems teach us that we are each the owner of our creative output, our ideas, our methodology, our invention, or our original design. Under this system, if someone else makes a profit off my “thing,” I am losing out. There is not enough for everyone.

    In this case, of course I must jealously defend what is mine, right?

    But I have been thinking lately about how this traditional capitalist system is also intrinsically patriarchal, and individualist.

    Patriarchal because values such as competition and ownership reinforce existing structures of power, which are deeply embedded in both our external and our internal cultural landscape. Individualist because when I focusmoreon my personal benefit than on that of my community, maybe I win, but society loses.

    Because it is to the greatest benefit to my community if there are many, many holistic self-defense retreats, courses and workshops—if this methodology is accessible to EVERYONE. If I work alone, I will never achieve that goal.

    La Autodefensa es Colaborativa

    What happens then if we focus not on the benefits to one person or one company, but rather on the collective good? The conversation changes:

    Not only do I not care if more people use (and profit from) “my” thing; I also:

    1. enthusiastically invite them to do so, and
    2. stop thinking about it as “mine.”

    enthusiastically invite them to do so, and

    stop thinking about it as “mine.”

    Holistic self-defense is, by nature, feminist, collective, collaborative, and anti-patriarchal. (No, that doesn’t mean we hate men. Keep up, please! We believe that the patriarchy causes harm to all of us, and we seek to co-create a different future based on respect, equity, and non-violence.)

    Holistic self-defense is profoundly interdependent with the idea of the collective. We choose collaboration over competition, because our safety depends on it. Because we cannot thrive under the same system that has oppressed us. Because we believe that something better, more just, more beautiful is possible, and it is within our reach.

    And all of us who work in this field—with Mujeres Fuertes, with RIA-LAC Abya Yala, with ESD Global, or so many other organizations—put our shared mission first.

    We have in our hands a research-backed violence prevention methodology proven by academic studies as well as millions of participants around the world. We have tools and knowledge that we wish forall people.

    Why would we want to keep something like that for only a few?

    When your “product” is something that can change lives and transform societies, then competition no longer makes sense.

    La Autodefensa es Colaborativa

    But Toby, you’re going to say,if you are so anti-capitalist, why do you charge for your self-defense workshops and trainings?Well, unfortunately, we still live in a world that requires monetary resources to pay for rent, food, training spaces and materials, etc etc. If we gave away our work, we would have to spend more time doing things thatare notself-defense workshops in order to cover those costs, which would meanlesstime dedicated to our mission. (This is, incidentally, exactly what happens for many of us.)

    As always, we offer scholarships, exchanges, or flexible pricing for just about all of our activities. We don’t want price to be a barrier for anyone… But we also don’t want to ask our incredible to team to work for free.

    It is not enough to be safe. We want to thrive. We want to make a living in service to our mission.

    And we want you to be part of that journey! Follow us on Instagram or Facebook, send us an email, or contribute to our new fundraising campaign here.

  • La pausa sagrada – de la danza a la autodefensa

    La pausa sagrada – de la danza a la autodefensa

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    *English Below*

    Autora: Toby Israel

    Una respiración puede cambiarlo todo.

    Puede ser la diferencia entre una reacción y una respuesta, entre la contracción y la expansión, entre la inacción y la acción. En el espacio amplio al final de la inhalación, todo se expande y las posibilidades se abren ante nosotros. En el vacío después de la exhalación, se cristaliza la claridad.

    Después de explorar el “baile consciente en pareja” el mes pasado con los increíbles humanos detrás de CoCrea, me encontré pensando mucho enla “pausa sagrada”. En la danza, esta pausa puede ser una sola respiración, o incluso un microsegundo de quietud que nos permite escuchar nuestro propio cuerpo y el de nuestra pareja, permitiendo que de ahí surja el movimiento. Es un momento de belleza, sintonía y conciencia, rico en potencial. Y es un momento para reconectarnos con nuestro propio cuerpo y sus necesidades, dándonos la oportunidad de actuar en integridad con nuestro propio autoconocimiento.

    Aquí es donde podemos llevar la pausa sagrada con nosotros de la danza a la autodefensa.

    Ese mismo momento aparentemente insignificante de conciencia, cuando se aplica a una situación de peligro o violencia, puede cambiarlo todo. La pausa sagrada puede restaurar nuestro poder de actuar cuando nos encontramos en un estado adrenalizado o activado, ayudándonos a acceder a nuestra caja de herramientas de autodefensa, a pesar del miedo o la confusión.

    En las clases holísticas de defensa personal de Mujeres Fuertes, a menudo animamos a nuestras participantes a respirar antes de practicar un golpe. También discutimos regularmente la importancia de tomarse el tiempo para revisarnos cuando una persona o situación nos hace sentir incómodas o inseguras. En ese momento, elegimos cómo queremos responder, si necesitamos establecer un límite, si preferimos levantarnos y alejarnos, etc. El miedo fácilmente puede nublar nuestro juicio y afectar nuestra coordinación; pausar nos ayuda a elegir, hablar y actuar con claridad.

    De manera parecida, el contrato social y el condicionamiento social en torno a la “amabilidad” y la “cortesía” suelen mantenernos en lugares en los que en realidad no queremos estar. Utilizando la pausa para conectar con nuestra intuición y escuchando el cuerpo, podemos reconocer más fácilmente cuando una situación es “amarilla” o “roja”.

    Desde una perspectiva informada por el trauma, la pausa sagrada (respirar y traer la conciencia de vuelta al momento presente) puede hacer la diferencia entre congelarse o actuar (gritar, correr, pelear, etc.) para defendernos. Cuando el sistema de alarma se activa en el cerebro, la mayoría de las personas inconscientemente recurren a su estrategia adaptativa: luchar, huir, congelarse, disociarse o complacer. Para muchxs, y especialmente para las mujeres, la respuesta de congelación/disociación/complacimiento es una estrategia de supervivencia bien perfeccionada.

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    “¿Y si me congelo?” es probablemente la pregunta más frecuente en nuestras clases de defensa personal.

    Nadie puede garantizar romper la respuesta de congelación, ni deseamos descartarla por completo, ya que es en sí misma una estrategia de supervivencia. Sin embargo, sabemos que cuanto más practicamos el tomar una pausa, respirar y llevar la conciencia al cuerpo cuando se adrenaliza o se activa, más aumentamos nuestra capacidad de observarnos—y elegir una respuesta diferente.

    Además, invitamos a nuestrxs participantes a reformular la congelación como “una espera activa”. El animal que se congela en la naturaleza cuando se acerca el peligro muchas veces procede a huir, o actúa de otra manera en autoconservación. La gente no es diferente. Entrenando nuestro cuerpo para respirar a través de la incomodidad o el miedo, notar nuestras reacciones instintivas y luego gritar, correr o pelear, acortamos la respuesta de congelación y nos preparamos para lo que sigue.

    Cuantas más herramientas y opciones tengamos, más posibilidades se abrirán ante nosotrxs en la expansión que causa la pausa sagrada.

    ¿Por qué la pausa “sagrada”?

    Porque para mí, cualquier cosa que nos conecte con nuestra sabiduría encarnada, intuición o conocimiento interior es una práctica mística. Cada vez que entramos en comunión con esa voz suave y clara que habla o baila desde nuestro centro, creo que estamos en una conversación con lo divino. ¿Y qué hay más sagrado que eso?

    ¿Cómo aplicas la pausa sagrada en tu vida, tus relaciones o tu trabajo creativo? ¡Me encantaría leer sus perspectivas!

    Finalmente te invito a recordar la pausa sagrada cuando te sientas asustadx, incómodx, confundidx o abrumadx.

    En la amplitud de este momento, todo es posible.

    ***

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    En las próximas semanas o meses, planeo aplicar la práctica de la pausa sagrada a este proyecto, Mujeres Fuertes Autodefensa. Hemos estado en movimiento casi constante desde nuestro primer retiro en 2018, siguiendo el flujo y crecimiento natural de este ecosistema, y ​​respondiendo a todas las llamadas posibles de nuestras hermanas y aliadxs en toda la región.

    El crecimiento espontáneo es algo hermoso—y, ya es hora de que respiremos un poco y nos conectemos con nuestra propia intuición.

    En los próximos meses, ofreceremos menos talleres, pondremos los retiros en pausa y nos concentraremos en preparar nuestra segunda capacitación para instructores en septiembre [enlace]. Usaremos este tiempo para escuchar profundamente a las comunidades a las que servimos y al proyecto en sí mismo para comprender cuál movimiento está listo para surgir, cómo debemos crecer y cómo enfocar nuestra energía con mayor gracia.

    Esperamos compartir este emocionante proceso con ustedes.

    Sobre la Autora

    Toby Israel es la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Costa Rica. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Toby Israel is the founder of Mujeres Fuertes Costa Rica. As an ESD instructor (Level 4, ESD Global & Trainer of Trainers) and yoga teacher, she facilitates retreats and workshops designed to inspire and transform through connection to our inner strength. She came to Costa Rica in 2017 for a Master’s degree from the University for Peace. She stayed for the sunshine, the papaya, and the community.

    The Sacred Pause in Dance… & in Self-Defense

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    Originally published at elephant journal.

    One breath can change everything.

    It can be the difference between reaction and response, between contraction and expansion, between inaction and action. In the spaciousness at the top of our inhale, everything expands and possibilities open before us. In the emptiness at the bottom of our exhale, clarity crystalizes.

    After a week of exploring “mindful partner dance” with the amazing humans behind CoCrea, I found myself thinking a lot about the “sacred pause.” In dance, this pause can be a single breath, or even a micro-second of stillness that allows us to listen to our own body and our partner’s and allow movement to arise from there. It is a moment of beauty, attunement and awareness, rich with potential. And it is a moment to reconnect with our own body and its needs, giving ourselves the opportunity to act in integrity with our own self-knowing.

    Here is where we can carry the sacred pause with us from dance into self-defense.

    That same seemingly-insignificant moment of renewed awareness, when applied to a situation of danger or violence, can again change everything. The sacred pause can restore our agency and power when we find ourselves in an adrenalized or activated state, helping us to access our self-defense toolkit, in spite of fear or confusion.

    In our holistic self-defense classes with Mujeres Fuertes, we often encourage participants to take a breath before practicing a strike. We also regularly discuss the importance of taking time to check in with ourselves when a person or situation makes us feel uncomfortable or unsafe. In this moment, we choose how we want to respond, if we need to set a boundary, if we would rather get up and walk away, etc. Fear can easily cloud our judgment as well as affect our coordination; pausing helps us choose, speak and act with clarity.

    Similarly, the social contract and social conditioning around “niceness” and “politeness” often keep us in places we actually don’t want to be. Utilizing the pause to touch base with our intuition and listen to the body, we can recognize more easily when a situation is “yellow” or “red.”

    From a trauma-informed perspective, the sacred pause—taking a breath and bringing awareness back to the present moment—can mean the difference between freezing or acting (yelling, running, fighting, etc) to defend ourselves. When the alarm system is activated in the brain, most people unconsciously default to their go-to adaptive strategy: fight, flight, freeze, flop, or fawn. For many, and especially women, the freeze/flop/fawn response is a well-honed survival strategy.

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    “What if I freeze” is probably the most frequent question in our self-defense classes.

    No one can guarantee breaking the freeze response, nor do we wish to write it off entirely, as it is itself a survival strategy. However, we do know that the more we practice pausing, breathing and bringing awareness to the body when adrenalized or activated, the more we augment our capacity to notice—and to choose a different response.

    Furthermore, we invite participants to reframe freezing as “active waiting.” The animal that freezes in nature when danger approaches often proceeds to run away or otherwise act in self-preservation. People are no different. Training our body to breathe through discomfort or fear, notice our instinctive reactions, and then yell, run, or fight, we curtail the freeze response and prepare ourselves for what follows.

    The more tools and options we have, the more possibilities will open ahead of us in the momentary lift of the sacred pause.

    Why “sacred”?

    Because for me, anything that connects us with our embodied wisdom, intuition, or inner knowing is a mystical practice. Anytime we enter into communion with that soft, clear voice who speaks or dances from our center, I believe we are in conversation with the divine. And what is more sacred than that?

    How do you apply the sacred pause in your life, relationships, or creative work? I would love to read your perspectives!

    Finally I invite you to remember the sacred pause when you feel afraid, uncomfortable, confused, or overwhelmed.

    In the spaciousness of this moment, everything is possible.

    ***

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    In the next weeks or months, I plan to apply the practice of the sacred pause to this project, Mujeres Fuertes Autodefensa. We have been in near-constant movement since our first retreat in 2018, following the natural flow and growth of this ecosystem, and answering every call possible from our sisters and allies across the region.

    Spontaneous growth is a beautiful thing—and, it is long past time we took a few breaths and checked in with our own intuition.

    In the next few months, we will offer fewer workshops, pause retreats, and focus on preparing our second instructor training in September. We will use this time to listen deeply to the communities we serve and to the project herself to understand what movement is ready to come through next, how we are meant to grow, and how to most gracefully focus our energy.

    We look forward to sharing this exciting process with you.