Autor: toby

  • El otro lado de la autodefensa y la comunicación asertiva

    El otro lado de la autodefensa y la comunicación asertiva

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    Cómo recibir un “no” con amor

    En los talleres de autodefensa, hablamos mucho de cómo poner nuestros límites—encontrar nuestro no, expresarlo, y si es necesario defenderlo. Practicamos hasta el cansancio el “no sencillo” y la “fórmula mágica”. 

    Llegamos a entender que nuestro “no” no requiere ni explicación ni disculpas (podemos darlas si queremos, claro), y que éste se debe respetar.

    Se vuelve aún más importante en nuestros vínculos más cercanos; si un desconocido no sabe escuchar mi “no,” me voy, no necesito verlo de nuevo. Pero si un papá, amigx, o pareja no lo hace, allí tenemos que desarrollar técnicas más afinadas de comunicación para llegar a un entendimiento compartido. (O igual nos vamos, por supuesto.)

    A veces, hablamos también de un punto más sutil pero sumamente importante a una práctica de autodefensa holística: como recibir el “no” de otra persona con la misma comprensión, respeto y amor con lo cual nos gustaría que se nos recibiera a nosotres.

    Es clave reconocer que nadie pasa toda la vida en un solo rol de “víctima” o “agresorx”. Por todas las veces que no hemos logrado expresar un límite firme, sin duda hemos ignorado, traspasado o mal recibido los límites de las personas en nuestras vidas también.

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    A nadie le gusta escuchar la palabra “no”.

    Es natural y humano querer conseguir lo que queremos.

    ¿Entonces, cómo podemos encontrar un “no” con el mismo amor que queremos ver hacia nuestros propios límites?

    1. Primero, reconocemos que es una práctica y un proceso.Se siente incómodo al inicio—igual que poner límites—pero se vuelve más natural con el tiempo y la repetición. Podemos tenernos paciencia y disculparnos por las veces que reaccionamos desde el dolor o decepción y no con la madurez que quisiéramos.
    2. Segundo, podemos recordarnos que la persona que está expresando su límite es un ser autónomo, un universo tan complejo como nosotres. No tenemos que “entenderlo” para aceptar su límite y entender qué es lo que esa persona necesita en el contexto de su universo.
    3. Por ende, podemos preguntarnos si el vínculo puede coexistir sanamente con ese límite.Si una amiga no quiere salir este finde, la respuesta probablemente es sí. Pero si nuestra necesidad básica de seguridad, respeto o comunicación choca totalmente con el límite de tiempo, energía o inteligencia emocional de nuestra amiga, quizás no hay un vínculo funcional allí.
    4. Podemos practicar separar nuestra autoestima del “no” que recibimos.Cuando alguien nos dice que no, no es un comentario sobre nuestro valor como persona, ni sobre la validez de nuestros deseos o necesidades. Es simplemente información sobre los límites, la capacidad o las prioridades de esa persona en este momento. Un “no” a una solicitud no significa que somos egoístas por pedir. Podemos respirar profundo y recordar que nuestro valor es inherente y no depende de la disponibilidad o respuesta de los demás.
    5. Cuando nos encontramos resistiendo o presionando contra un límite, podemos hacer una pausa y examinar por qué.¿Qué necesidad no satisfecha está impulsando nuestra resistencia? ¿Es realmente sobre esta persona específica, o sobre algo más profundo? A menudo, nuestra dificultad para aceptar un “no” revela más sobre nuestras propias vulnerabilidades que sobre la otra persona. El objetivo es entendernos mejor y encontrar maneras más saludables de satisfacer nuestras necesidades. Quizás necesitamos buscar apoyo en otro lugar, o tal vez necesitamos trabajar en nuestra propia capacidad de estar solos o de tolerar la decepción. Esta consciencia nos permite crecer y fortalecer tanto nuestros vínculos como nuestra autodefensa emocional.

    Primero, reconocemos que es una práctica y un proceso.Se siente incómodo al inicio—igual que poner límites—pero se vuelve más natural con el tiempo y la repetición. Podemos tenernos paciencia y disculparnos por las veces que reaccionamos desde el dolor o decepción y no con la madurez que quisiéramos.

    Segundo, podemos recordarnos que la persona que está expresando su límite es un ser autónomo, un universo tan complejo como nosotres. No tenemos que “entenderlo” para aceptar su límite y entender qué es lo que esa persona necesita en el contexto de su universo.

    Por ende, podemos preguntarnos si el vínculo puede coexistir sanamente con ese límite.Si una amiga no quiere salir este finde, la respuesta probablemente es sí. Pero si nuestra necesidad básica de seguridad, respeto o comunicación choca totalmente con el límite de tiempo, energía o inteligencia emocional de nuestra amiga, quizás no hay un vínculo funcional allí.

    Podemos practicar separar nuestra autoestima del “no” que recibimos.Cuando alguien nos dice que no, no es un comentario sobre nuestro valor como persona, ni sobre la validez de nuestros deseos o necesidades. Es simplemente información sobre los límites, la capacidad o las prioridades de esa persona en este momento. Un “no” a una solicitud no significa que somos egoístas por pedir. Podemos respirar profundo y recordar que nuestro valor es inherente y no depende de la disponibilidad o respuesta de los demás.

    Cuando nos encontramos resistiendo o presionando contra un límite, podemos hacer una pausa y examinar por qué.¿Qué necesidad no satisfecha está impulsando nuestra resistencia? ¿Es realmente sobre esta persona específica, o sobre algo más profundo? A menudo, nuestra dificultad para aceptar un “no” revela más sobre nuestras propias vulnerabilidades que sobre la otra persona. El objetivo es entendernos mejor y encontrar maneras más saludables de satisfacer nuestras necesidades. Quizás necesitamos buscar apoyo en otro lugar, o tal vez necesitamos trabajar en nuestra propia capacidad de estar solos o de tolerar la decepción. Esta consciencia nos permite crecer y fortalecer tanto nuestros vínculos como nuestra autodefensa emocional.

    ¿Y tú, cómo recibes los “no”? ¿Cuáles herramientas te apoyan en esa práctica?

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

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    • Unblogcon docenas de artículos sobre la autodefensa, la prevención de violencia, y otros temas relacionados.
    • Uncanal de YouTubecon MUCHOS talleres de autodefensa grabados.
    • Unhandbooken formato PDF ilustrado explicando todas las técnicas.
    • Uncurso digitalautodidacta.

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  • La comunicación asertiva para cualquier situación

    La comunicación asertiva para cualquier situación

    mujeres fuertes autodefensa, comunicación asertiva

    Cómo establecer límites en cualquier cultura y cualquier momento

    Las historias de acoso y hostigamiento para las mujeres son sumamente comunes. Tanto en casa como en el camino: el cuerpo, el espacio y los límites de una mujer están expuestos a ser irrespetados a diario.

    El acoso es una parte imperdonablemente común de la experiencia femenina, y se ha vuelto poco notable por su ubicuidad. Sin embargo, el hecho de que hayamos normalizado este comportamiento no significa de ninguna manera que sea aceptable.

    Particularmente —pero no solamente— para las mujeres que viajan solas, el acoso puede ser un problema serio, causando sentimientos de inseguridad, potencialmente conduciendo a un peligro grave y casi siempre convirtiendo una aventura épica en una batalla por el respeto básico.

    ¿La buena noticia? Es totalmente posible—¡y necesario!—comunicar y hacer cumplir los límites con firmeza cada vez que te sientas insegura o en riesgo.

    Puede sentirse incómodo al principio. Está bien. Se vuelve más fácil. Probablemente incluso comenzarás a disfrutar tu nuevo estilo de comunicación sin tonterías después de un tiempo.

    Tienes derecho a moverte por el mundo sin la protección de un compañero de viaje o pareja. Tienes derecho a definir y defender tus límites, independientemente de quién viaje a tu lado—si es que alguien lo hace.

    Como mujeres, como viajeras y como seres humanos, tenemos la oportunidad de practicar el establecimiento y la defensa de nuestros límites de pequeñas maneras todos los días.

    Como instructora de autodefensa, creo que es imperativo que lo hagamos.

    En este artículo compartiré mis tres estrategias favoritas de comunicación asertiva para establecer límites. Estas son las técnicas verbales que más enseño en mis talleres de defensa personal, y creo que son habilidades críticas para practicar en la vida diaria—ya sea en tu territorio local, en el camino o al otro lado del mundo.

    Nota: Es bueno ir más allá de nuestra zona de confort e interactuar con culturas desconocidas, pero un no rotundo sigue siendo un no rotundo. Las diferencias culturales son reales y pueden impactar las normas en torno a la comunicación, el espacio personal y el afecto físico. No obstante, tú estás a cargo de tu cuerpo y tu espacio, y tú decides qué está bien para ti y qué no.

    3 técnicas fundamentales de comunicación asertiva para establecer límites

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    1. Di que no.Tenemos que acostumbrarnos rápidamente a decir que no: “No, no necesito un taxi”. “No, no quiero hablar”. “No, gracias, es hermoso, pero no quiero comprarlo”. Puede ser un “no” con una sonrisa, o un “no, pero muchas gracias”. Sin embargo, si el mensaje no se está transmitiendo con una comunicación suave y educada, a veces tienes que ser más asertiva: “Dije que no”, en repetición, con un tono de voz uniforme y bajo y una postura confiada, generalmente obtiene resultados.Desafortunadamente, prácticamente en cualquier lugar del mundo al que vayas, el “no” de una mujer no recibe el mismo respeto inmediato que el de un hombre. Sin embargo, “no” es una oración completa, que no requiere ni disculpa ni explicación. No caigas en la trampa de negociar sobre tu no, o terminarás gastando tiempo, dinero y energía en conversaciones, cosas y personas que realmente no quieres. Por supuesto que puedes disculparte o explicar si quieres. El punto, como constantemente les recuerdo a les estudiantes en mis clases de autodefensa, es que es una elección, no una obligación.

    Di que no.

    Tenemos que acostumbrarnos rápidamente a decir que no: “No, no necesito un taxi”. “No, no quiero hablar”. “No, gracias, es hermoso, pero no quiero comprarlo”. Puede ser un “no” con una sonrisa, o un “no, pero muchas gracias”. Sin embargo, si el mensaje no se está transmitiendo con una comunicación suave y educada, a veces tienes que ser más asertiva: “Dije que no”, en repetición, con un tono de voz uniforme y bajo y una postura confiada, generalmente obtiene resultados.

    Desafortunadamente, prácticamente en cualquier lugar del mundo al que vayas, el “no” de una mujer no recibe el mismo respeto inmediato que el de un hombre. Sin embargo, “no” es una oración completa, que no requiere ni disculpa ni explicación. No caigas en la trampa de negociar sobre tu no, o terminarás gastando tiempo, dinero y energía en conversaciones, cosas y personas que realmente no quieres. Por supuesto que puedes disculparte o explicar si quieres. El punto, como constantemente les recuerdo a les estudiantes en mis clases de autodefensa, es que es una elección, no una obligación.

    1. Sé un disco rayado.Cuando se trata de acoso—contacto no deseado, coqueteo u otro comportamiento—una técnica similar funciona bien. Elige una frase (por ejemplo, “No quiero hablar ahora mismo”. “No me toques”. “Déjame en paz”.) y mantente firme. Es difícil argumentar o manipular ante una repetición estoica.Sé un disco rayado, repitiendo tu única frase asertiva hasta que la persona capte el mensaje. No hay necesidad de gritar o ponerse a la defensiva a menos que el (la) acosador (a) se vuelva más amenazante.Un tono bajo y uniforme, lenguaje corporal confiado y una negativa a entrar en cualquier negociación (¿pero por qué? Vamos… solo estoy siendo amable, etc.) pueden detener muchos comportamientos no deseados.

    Sé un disco rayado.

    Cuando se trata de acoso—contacto no deseado, coqueteo u otro comportamiento—una técnica similar funciona bien. Elige una frase (por ejemplo, “No quiero hablar ahora mismo”. “No me toques”. “Déjame en paz”.) y mantente firme. Es difícil argumentar o manipular ante una repetición estoica.

    Sé un disco rayado, repitiendo tu única frase asertiva hasta que la persona capte el mensaje. No hay necesidad de gritar o ponerse a la defensiva a menos que el (la) acosador (a) se vuelva más amenazante.

    Un tono bajo y uniforme, lenguaje corporal confiado y una negativa a entrar en cualquier negociación (¿pero por qué? Vamos… solo estoy siendo amable, etc.) pueden detener muchos comportamientos no deseados.

    1. Nómbralo y cámbialo.Una estrategia alternativa implica “nombrar” el comportamiento que queremos cambiar o detener. Esta es una de mis técnicas favoritas.Primero nombramos el comportamiento (por ejemplo, “Tu mano está en mi pierna”. “Me estás mirando fijamente”. “Me estás siguiendo”.) sin preguntas ni calificaciones. Las preguntas invitan a respuesta, negación o negociación. En una situación peligrosa o incómoda, no queremos iniciar una conversación o discutir sobre los hechos; solo queremos hacer los cambios necesarios para sentirnos seguras.Después de nombrar el comportamiento, exigimos el cambio que deseamos ver (por ejemplo, “Deja de tocarme”. “Déjame en paz”.) sin sentirnos obligadas a pedir amablemente o decir por favor. Si una vez no es suficiente, podemos volver a la repetición hasta que el mensaje llegue.Amo esta técnica por varias razones. Primero, no deja lugar a dudas; ambos(as) sabemos lo que está pasando aquí, y no vamos a discutir sobre eso. Segundo, alerta a cualquier(a) espectador(a) sobre la situación. Finalmente, establece claramente un límite: “Estás haciendo esto. No quiero que lo hagas. Para”. Si el comportamiento persiste, entonces sabemos que una persona no respeta nuestros límites ni se preocupa por nuestras necesidades.

    Nómbralo y cámbialo.

    Una estrategia alternativa implica “nombrar” el comportamiento que queremos cambiar o detener. Esta es una de mis técnicas favoritas.

    Primero nombramos el comportamiento (por ejemplo, “Tu mano está en mi pierna”. “Me estás mirando fijamente”. “Me estás siguiendo”.) sin preguntas ni calificaciones. Las preguntas invitan a respuesta, negación o negociación. En una situación peligrosa o incómoda, no queremos iniciar una conversación o discutir sobre los hechos; solo queremos hacer los cambios necesarios para sentirnos seguras.

    Después de nombrar el comportamiento, exigimos el cambio que deseamos ver (por ejemplo, “Deja de tocarme”. “Déjame en paz”.) sin sentirnos obligadas a pedir amablemente o decir por favor. Si una vez no es suficiente, podemos volver a la repetición hasta que el mensaje llegue.

    Amo esta técnica por varias razones. Primero, no deja lugar a dudas; ambos(as) sabemos lo que está pasando aquí, y no vamos a discutir sobre eso. Segundo, alerta a cualquier(a) espectador(a) sobre la situación. Finalmente, establece claramente un límite: “Estás haciendo esto. No quiero que lo hagas. Para”. Si el comportamiento persiste, entonces sabemos que una persona no respeta nuestros límites ni se preocupa por nuestras necesidades.

    Si la situación lo requiere, es posible que también quieras subir el volumen. Se ha demostrado que gritar previene hasta el 50% de los asaltos contra las mujeres. La voz es una poderosa herramienta de defensa personal.

    Para gritar efectivamente, asegúrate de usar tu vientre—los cantantes, actores y oradores públicos ya sabrán cómo hacer eso—para proteger tus cuerdas vocales y aportar más poder y resonancia a tu voz. ¡Te animo a probarlo en casa! Dile a tus vecinos que estás tomando una clase de actuación (esto lo explica todo), reúne algunos amigos, pon música a todo volumen y practica gritando “¡NO!” tan fuerte como puedas. Recuerda gritar desde tu centro; puede ser útil mantener tus manos en tu vientre como un recordatorio táctil al practicar.

    Las personas que atacan, asaltan o acosan a otras personas no son superhumanos.Son vulnerables a alguien gritándoles en la cara, la vergüenza de ser señalados públicamente, o la incomodidad humana de ser confrontados directamente con su mal comportamiento. Jamás debería ser responsabilidad de nadie evitar un asalto o acoso—y una víctima nunca, jamás tiene la culpa—estos son riesgos reales, especialmente para las mujeres, en todas partes del mundo.

    Ya sea cerca de casa o en el extranjero, todos deberíamos sentirnos preparados para tomar nuestra seguridad en nuestras propias manos.

    Entonces, ¿cuáles son tus estrategias preferidas para establecer límites y mantener tu comunicación clara y asertiva? ¡Comparta tu sabiduría en los comentarios!

    ¿Quieres aprender más técnicas de seguridad personal? ¡Bienvenides a nuestros próximos talleres de autodefensa!

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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  • Tu voz es poderosa, por eso le tienen miedo.

    Tu voz es poderosa, por eso le tienen miedo.

    poderosa, resistencia, mujeres fuertes autodefensa

    No quieren que hablemos.

    En muchos países del mundo patriarcal, las mujeres han luchado por sus derechos y los han obtenido aunque el sistema persista. Una vez conseguidos, tener esos derechos vuelve a sentirse como lo normal. Efectivamente, debería ser la realidad normal que todos los seres humanos tengan los mismos derechos según la ley y también el mismo acceso a servicios públicos, educación, y participación cívica.

    Por muy normal que parezca para las mujeres y otros grupos marginados poder participar en la vida de la misma manera que los hombres blancos, las estructuras coloniales y patriarcales insisten en perpetuar la violencia, y los derechos pueden ser arrebatados injustamente dependiendo de qué grupo de hombres inseguros acceda al poder.

    ¿Por qué los hombres que tienen el poder en la jerarquía que inventaron sienten la necesidad de legislar sobre lo que las mujeres pueden y no pueden hacer? Yo creo que todo tiene el origen en el miedo a la voz poderosa que naturalmente tienen las mujeres.

    Por ejemplo, en Irán, las mujeres sufren discriminación en la ley y en la práctica de maneras que impactan profundamente sus vidas, particularmente en el matrimonio, el divorcio y la custodia. Las leyes sobre el hiyab obligatorio han afectado todos los aspectos de la vida pública de las mujeres en Irán desde la revolución de 1979. En el Irán actual, el acceso de las mujeres al empleo, la educación, las prestaciones sociales y una atención sanitaria adecuada, incluso la simple existencia en público, depende del cumplimiento de las leyes sobre el hiyab, que se aplican rutinariamente mediante una red de normas e interpretaciones arbitrarias por parte de agentes estatales y empresas.

    Antes de 1979, existía también una Ley de Protección Familiar que posteriormente fue suspendida. La suspensión de esta ley negó a las mujeres el derecho a demandar el divorcio, otorgó automáticamente la custodia de los hijos a los hombres, prohibió a las mujeres ejercer como jueces y redujo la edad legal para contraer matrimonio de 18 a 9 años para las niñas.

    En 2022, las mujeres iraníes protestaron contra la muerte de Mahsa (Jina) Amini, quien se encontraba bajo custodia de la policía moral. Las protestas incluyeron a mujeres que desafiaron las leyes sobre el hiyab obligatorio, y fueron recibidas con una reacción violenta. Meses después, el derecho de la mujer a elegir su forma de vestir siguió siendo el centro del movimiento de la protesta.

    En Afganistán, los talibanes también han estado despojando cada vez más de sus derechos a las mujeres. Recientemente, promulgaron una nueva ley que les prohíbe cantar en público. También les prohíben leer, recitar poesía e incluso reír. Esta nueva ley establece que si una mujer está fuera de su hogar, su voz no debe ser escuchada.

    La ley otorga al Viceministerio de Propagación de la Virtud y Prevención (la policía moral de los talibanes) plena autoridad para aplicar un código de conducta a todos los ciudadanos afganos, que afecta tanto a hombres como a mujeres.

    ¿Quizás eso significa que Estados Unidos debería intervenir y salvar a las mujeres de regímenes opresivos? Para nada.Estados Unidos siempre ha usado el pretexto de las violaciones de derechos humanos en otros países como excusa para entrar y presentarse como héroe, cuando en realidad sus intenciones son sistemáticamente la extracción de recursos y la dominación económica.Además, los derechos de las mujeres en Estados Unidos tampoco están a salvo. Una verdad que se ha vuelto evidente con leyes que restringen las libertades reproductivas e incluso con algunos políticos que hablan de quitarlas del derecho al voto. En los Estados Unidos ni cuentan oficialmente los femicidios, así tan poco importan las vidas de las mujeres allí. Dudo que Estados Unidos se preocupe más por las mujeres en Afganistán que por las mujeres en su país, lo cual no es en absoluto. O solo como contenedores para la reproducción.

    En todo el mundo, el 40% de los países limitan el derecho de las mujeres a la propiedad. Veintiocho países carecen de legislación para abordar la violencia doméstica. El 30% de los países aún restringen la libertad de movimiento de las mujeres, y dieciséis países no consideran que el testimonio de las mujeres tenga el mismo peso probatorio en los tribunales que el de los hombres.

    Afganistán, bajo el régimen talibán, es uno de los países con las restricciones más opresivas para las mujeres, pero no siempre ha sido así. Lo mismo ocurre en Irán.

    De hecho, las mujeres (y todos los demás grupos marginados) de todo el mundo siguen luchando por obtener derechos y vivir con una mayor libertad de movimiento, acceso y participación, solo para volver a estar decepcionadas cuando sus derechos están arrebatados de nuevo a medida que el poder cambia de manos dentro de los mismos sistemas patriarcales.

    Así nos queda claro que bajo el sistema actual, no tenemos derechos de verdad, tenemos solo privilegios temporales.

    Desde que los talibanes han reforzado su control sobre las mujeres y toda la población de Afganistán, los problemas de salud mental se han intensificado, con un drástico aumento de las tasas de suicidio.

    ¿De qué sirven las leyes si hacen que la población quiera morir? ¿De qué sirven las normas si privan a la gente de todo lo bueno y obligan a los miembros de la sociedad a la soledad y la depresión? ¿Qué sentido tiene una sociedad si no es ser una forma colaborativa y solidaria de existir como seres humanos?

    Hay quienes argumentan que el patriarcado es natural. (También argumentan que la colonización es natural. Que la esclavitud fue buena para los esclavizados.)Si el patriarcado fuera natural, no tendrían que prohibir nuestras voces, nuestras canciones, nuestra risa y nuestra alegría.Si fuera natural, no tendrían que golpearnos, quemarnos ni manipularnos para que nos sometiéramos. No nos habrían operado el cerebro cuando mostramos emociones u opiniones. No limitarían nuestro movimiento. No tendrían que robarnos nuestras ideas e inventos y venderlos como propios. No intentarían controlar nuestras decisiones sobre cuándo, cómo y con quién nos reproducimos. No verían la violación como una estrategia de guerra. No temerían nuestra capacidad de educarnos. No intentarían engañarnos haciéndonos creer que somos indefensas, estúpidas o ineptas.

    El patriarcado no es el orden natural solo porque los hombres tengan más masa muscular o cualquier otra razón que usen para convencernos.

    La supremacía no es natural. El sistema que promueve la supremacía no funciona para la mayor parte de la humanidad.

    Durante miles de años, los sistemas patriarcales han oprimido a las mujeres, las estructuras coloniales han oprimido a los pueblos indígenas, las religiones fundamentalistas han oprimido a las personas LGTBIQ+, a las personas queer y a las mujeres. En general, estos sistemas violentos colaboran entre ellos como fuerzas opresivas.

    Sin embargo, donde ha habido opresión, ha habido resistencia.

    La resistencia comienza en nuestras mentes.

    Cada vez que a las mujeres se les prohíbe hacer algo o participar en algo, debemos empezar con una pregunta: ¿por qué?

    Las mujeres tienen el poder de crear vida y los hombres temen ese poder. Nuestras voces e historias tienen poder. Nos liberan y nos conectan con quienes nos rodean. Nuestras canciones y poemas tienen poder. Nuestra risa tiene poder. En cada uno de ellos reside nuestra capacidad de creación.

    Si no fuera tan rabioso y devastador, sería casi ridículo ver a los hombres intentar arrebatarnos este poder. En cambio, los vemos torpemente intentando crear sociedades, los vemos librar guerra tras guerra, y nos vemos a nosotras mismas siendo las víctimas de sus débiles intentos.

    Hay muchas maneras de resistir y muchos roles dentro de los movimientos de resistencia. La resistencia funciona mejor si es creativa, estratégica, satírica, absurda y divertida.

    Quienes usarían la violencia como forma de control odian que nos divirtamos.

    En Afganistán, las mujeres afganas han estado cantando esta canción y otras, y publicando videos en redes sociales.

    Aquí estamos, las mujeres, el mundo,

    Cantando libertad como un pájaro.

    ¡Levántense, mi gente!

    ¡Levántate, amiga mía!

    Sus botas pueden posarse sobre mi cuello.

    O sus puños en mi cara.

    Pero con nuestra intensa luz interior

    Lucharé hasta el final.

    En Irán, las mujeres se alzan contra la vestimenta obligatoria.

    En Corea, y ahora en otros lugares, las mujeres están iniciando el modelo 4B, donde se niegan a tener relaciones, matrimonio, citas y tener hijos con hombres.

    El 8 de marzo, el 25 de noviembre y tantos otros días, las mujeres de todos los países se reúnen para marchar y expresarse.

    En todo el mundo, las personas oprimidas resisten. Porque ellas, nosotras y todos los seres humanos no estamos destinados a vivir bajo el control violento de ningún otro ser humano. Y ninguna de nosotras será verdaderamente libre hasta que todas lo seamos.

    Por eso debemos seguir creando arte y escribiendo poesía. Debemos seguir marchando, gritando y lamentándonos por nuestras hermanas que hemos perdido a causa de la violencia masculina. Debemos seguir cantando. Compartiendo nuestras historias. Transmitiendo nuestras recetas y nuestra sabiduría a nuestras hijas. Riendo y bailando. Por eso debemos seguir hablando.

    _______________________

    1 Se practicaban lobotomías a mujeres como supuesto tratamiento para la histeria.

    2 A lo largo de la historia, los hombres han robado los inventos de las mujeres, y les han atribuido sus ideas y su trabajo.

    3 Los lugares con leyes estrictas sobre el aborto también tienen menos servicios de atención para mujeres y niños.

    4 La violación no es sólo una acción de soldados rebeldes, sino una estrategia de guerra.

    Sobre la autora

    Amy es facilitadora de defensa personal, certificado de Nivel 1 por ESD Global en 2018. Vive en Playa Samara donde facilita clases, cursos, y talleres de defensa personal. Amy también es escritora, editora, e instructora de yoga. Le gusta bailar, caminar en la playa con su perrita, reírse con amigas y combatir el patriarcado con sus palabras escritas.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

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  • La empatía y la justicia social

    La empatía y la justicia social

    justicia social, mujeres fuertes autodefensa, toby israel

    Un mensaje de Toby Israel, fundadora de Mujeres Fuertes

    Recién me enteré que alguien ha estado difundiendo información falsa sobre mi y mis opiniones políticas. Normalmente, no respondería a la difamación, pero además de eso, varias personas de nuestra comunidad me han preguntado sobre mi perspectiva sobre Israel-Palestina en los últimos meses.

    Si me conocen por los talleres de autodefensa, seguramente se han dado cuenta que en mi rol de gestora de Mujeres Fuertes no hablo mucho sobre mi – ni mi religión, ni mi familia, ni mi vida personal, ni mi política.

    Eso no es casualidad. Como conversamos en nuestras capacitaciones de instructoras, todo lo que hacemos como facilitadoras, lo hacemos con la intención de apoyar a nuestras participantes. Cada decisión que he tomado en mis 7 años de construir y gestionar este proyecto es la que – creo, espero – mejor apoya nuestra misión: brindar herramientas de autodefensa holística a todas las personas posibles.

    He sentido, y sigo sintiendo, que es el mejor para nuestra mision estar muy selectiva con cuando y porque comparto mis historias y opiniones personales por estos canales.

    Y claro, la interseccionalidad está al corazón de nuestra metodología. La autodefensa y la lucha contra la violencia patriarcal es y debería estar entrelazada con otras luchas, entre ellas contra el colonialismo, el racismo, la intolerancia, y la destrucción ambiental.

    Y, nuestra presencia digital, bien como nuestros talleres presenciales, busca impartir información específica sobre técnicas físicas y verbales para la defensa personal y comunitaria. Es nuestro enfoque que nos ha permitido tener el impacto que tenemos. No quiero y no permitiré que el discurso polarizado de nuestros tiempos obstruya ese impacto.

    En nuestra comunidad existen, les aseguro, muchas perspectivas distintas sobre temas sociales, políticas, espirituales, íntimas, y filosóficas. No todas estarán de acuerdo conmigo (y eso está bien!), pero yo creo que esa diversidad – y el aprender cómo sostenerla con compasión y amor – es clave para construir una red fuerte.

    Me entristece profundamente cuando veo la polarización (en esta comunidad y muchas otras) dividir personas buenas que tal vez hubieran podido ser aliadas. Me entristece y me duele ver mentiras sobre mi persona usadas para alimentar esa misma polarización.

    Aquí, no tenemos que ser amigas para ser hermanas. Nos une una pasión compartida por la autodefensa holística y la prevención de violencia.

    A la vez, muchas de ustedes no son solamente colegas o alumnas, sinotambiénamigas. Como amiga, tengo que reconocer que tampoco no he compartido todo. He tenido el privilegio de vivir muchas vidas en una. Me apasionan muchas cosas. Son pocas las personas con las cuales comparto todo, y mucho menos en las redes sociales.

    Ya hace rato que elijo minimizar mi tiempo en estos espacios virtuales. Me parece que las tecnologías informáticas, estructuras capitalistas creadas para comodificar nuestra atención, nuestro dolor, nuestra rabia, nuestro miedo, y nuestro deseo, simplemente no pueden aportar a las conexiones y conversaciones que yo deseo desarrollar.

    ~

    Todo eso dicho, agradezco a las amigas que me han aconsejado que compartir un poco más sobre mi conexión con Israel-Palestina y la lucha para la paz, libertad y seguridad de todes en esa región, podría aportar algo de valor aquí.

    Tenía 16 años la primera vez que escuché la palabra “nakba”. Ha sido uno de los trabajos mas importantes de mi vida adulta reconciliar la historia de Israel que aprendi como niña – una historia de esperanza, de supervivencia – con la historia de Palestina – una historia de perdida, colonización, y ahora genocidio. Escribí mi tesis en la antropología sobre la identidad de mujeres judías. Hice mi maestría en la universidad de la paz, lo cual me trajo a Costa Rica. Durante un año y medio, desde 2023, colaboré con Peace Activation, una organización bien alineada con mi perspectiva sobre la paz y la importancia de la empatía en la transformación de conflicto, y la cual recomiendo a cualquier persona que busca un espacio de escucha y activismo con alma.

    Creo que todes saben – o asumen – que soy judía. Muchas saben que una parte de mi familia ahora vive en Israel, incluso mi hermano, mi sobrinita, y mi sobrinito, unas de las personas mas importantes para mi. Quiero un mundo diferente para ellos – y para todos nosotros.

    Mi herencia como mujer judía, y como la nieta de sobrevivientes del holocausto, esta en mi ADN, mi alma, y mi compromiso con la justicia social. Está al corazón de mi trabajo con Mujeres Fuertes, mi pasión por la paz, y mi creencia profunda que cada persona es sagrada y digna de libertad y seguridad.

    Por esa misma creencia, denunció al gobierno estadounidense por su responsabilidad directa en los ataques de Israel contra la vida y la seguridad de la población palestina, como principal proveedor de armas.

    Denuncio al gobierno israelí por su genocidio en Gaza, lo cual ha matado mas de 60.000 personas palestinas en los ultimos 16 meses, y por sus décadas de colonialismo. Cito el nuevo reporte de B’Tselem lo cual confirma que, “La evidencia muestra un desmantelamiento deliberado y sistemático del sistema de salud de Gaza y otros sistemas vitales necesarios para la supervivencia de la población.”

    Y denunció a Hamás por su ataque contra Israel el 7 octubre de 2023, matando a 1.200 personas y tomando más de 240 rehenes.

    Yo, como muchos de ustedes, siento rabia, impotencia, y muchísimo dolor. Siento miedo todos los días para las personas que amo – y para las personas que no conozco, pero que amo también.

    Entiendo el impulso de canalizar esa rabia, dolor, y miedo hacia las personas que quedan a nuestro alcance. Pero les recuerdo que:

    1. Son los gobiernos los que fabrican, venden, y lanzan bombas, y que más merecen nuestra rabia.

    Son los gobiernos los que fabrican, venden, y lanzan bombas, y que más merecen nuestra rabia.

    1. que el odio nunca nos acerca a la paz. No hay lugar en la comunidad de Mujeres Fuertes para discurso intolerante, deshonesto, o violento hacia ningún grupo de personas. Denuncio el antisemitismo, la islamofobia, y la intolerancia en todas sus formas.

    que el odio nunca nos acerca a la paz. No hay lugar en la comunidad de Mujeres Fuertes para discurso intolerante, deshonesto, o violento hacia ningún grupo de personas. Denuncio el antisemitismo, la islamofobia, y la intolerancia en todas sus formas.

    1. Que cuando la impotencia nos vuelve locas, seguir caminando, con pasos sólidos y conscientes, hacia el mundo que queremos construir – agregar nuestra gota de agua al mar de cambio – nos enraiza en nuestro poder.

    Que cuando la impotencia nos vuelve locas, seguir caminando, con pasos sólidos y conscientes, hacia el mundo que queremos construir – agregar nuestra gota de agua al mar de cambio – nos enraiza en nuestro poder.

    1. Que no estamos libres hasta que todes estén libres. Mi libertad, nuestra libertad está profundamente conectada a la de cada otra persona. Y si no podemos coexistir y respetarnos en nuestras comunidades pequeñas, no hay mucha esperanza para el mundo.

    Que no estamos libres hasta que todes estén libres. Mi libertad, nuestra libertad está profundamente conectada a la de cada otra persona. Y si no podemos coexistir y respetarnos en nuestras comunidades pequeñas, no hay mucha esperanza para el mundo.

    ~

    Performar nuestras opiniones no es lo mismo que habitarlas. Repito un hecho que me parece cada vez mas importante: Mucho del trabajo más importante–escuchar, educarnos, deconstruir las identidades que heredamos, y tener conversaciones difíciles, aun cuando nadie está mirando–es lento, a veces aburrido, e invisible. Ese trabajo alimenta un cambio social sostenido.

    No es para decir que el activismo digital no tiene impacto, claro que sí. Pero no es el único impacto.

    ~

    Creo que debemos expandir nuestra imaginación de lo posible si aspiramos a construir una realidad diferente.

    No podemos elegir nuestra herencia – nombres, o traumas, o historias – pero si elegimos qué hacer con ella.

    En la tradición judía, los nombres tienen un peso importante. Me niego a permitir que el gobierno israelí actua o habla en mi nombre.

    Como persona judía nacida en la diáspora, afirmo que “nunca mas” significanunca mas para ningun grupo, o no significa nada.

    Como la bisnieta de refugiados judios que eligieron el apellido “Israel” para comenzar su vida en los Estados Unidos, yo decido lo que significa mi nombre hoy.

    Para mi, significa una tierra segura y sagrada donde nos reunimos en comunidad, en cualquier parte del mundo, para compartir el pan, reír, llorar y orar juntos, y recordarnos que nos pertenecemos los unos a los otros.

    Es un sueño: paz y seguridad para todes, cada uno de nosotros sagrado, completo y digno de vida.

    Estamos muy lejos de esa tierra hoy, pero mi nombre me recuerda la esperanza de mis ancestros:

    Algún día, llegaremos.

    Espero que cada une siga trabajando hacia el mundo que desea, paso a paso, gota a gota.

    Aquí seguiremos con la misión que hemos tenido desde el inicio: brindar herramientas de autodefensa a todas las personas posibles.

    Es un honor compartir esa misión con ustedes.

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

    Aprovechen nuestros recursos digitales de autodefensa:

    • Unblogcon docenas de artículos sobre la autodefensa, la prevención de violencia, y otros temas relacionados.
    • Uncanal de YouTubecon MUCHOS talleres de autodefensa grabados.
    • Unhandbooken formato PDF ilustrado explicando todas las técnicas.
    • Uncurso digitalautodidacta.

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  • La defensa personal en la vida real

    La defensa personal en la vida real

    defensa personal, mujeres fuertes autodfensa

    La defensa personal no es lo que crees.

    “¿Has tenido que usar las técnicas de defensa personal que enseñas?”

    En la lista de preguntas frecuentes que recibo en los talleres de autodefensa, esa es probablemente top 5.

    Respuesta corta: No, nunca he tenido que usar las técnicas físicas en una situación de la “vida real” (para una simulación, puedes ver este video de entrenamiento de Impact).

    Pero, uso las herramientas de comunicación asertiva, límites y conciencia situacionalTODOS LOS DÍAS.

    Puedo usarlas con confianza precisamente porqueconfío en mis habilidades físicas.No me dan miedo las preguntas de “pero qué hago si…?” Si se enoja, si no acepta mi no, si se vuelve agresivo, si quiere hacerme daño. Sé la respuesta.

    Es difícil medir las cosas que NO suceden. No sé cuántas veces he salido o verbalmente interrumpido una situación incómoda, o cuántas veces lo expresé (a pesar de la pena o la timidez) cuando alguien cruzó mi límite.

    Todas las veces queconfié en mi intuición,que dije que no quería o no me gustaba o no me sentía cómoda, que busqué ayuda de una amiga o una desconocida.

    Eso también es defensa personal. La practico todos los días, pero no se ve tan chiva en las redes sociales como un golpe de palma.

    Esta metodología que enseñamos en los talleres deMujeres Fuertes Autodefensaes un estilo de vida. Una práctica de elegirnos, de escucharnos, y de no tener miedo de priorizar nuestro bienestar.

    Y,funciona. Te invito a sumarte a una próxima actividad para experimentar por ti misma esa confianza que hablo, que habita el cuerpo tanto como la mente

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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  • Sobre la epidemia de soledad masculina

    Sobre la epidemia de soledad masculina

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    En los últimos meses, ha habido mucha atención mediática y comentarios en torno a lo que se ha definido como una “epidemia de soledad masculina”.

    Ahora bien, si tomamos la definición técnica del término, eso significaría que los hombres se están contagiando entre ellos rápidamente de su soledad. Aunque no creo que esa sea la intención detrás del uso de la palabra, puede que sea técnicamente cierto. Por mucho que a la sociedad le encantaría culpar a las mujeres, la realidad puede ser más fiel al término: que los hombres están socializándose entre ellos —o antisocializándose entre ellos— en su aislamiento.

    En realidad, lo que se denomina (a través de un lente mediático patriarcal) como la epidemia de soledad masculina, es en verdad una epidemia de violencia masculina.

    O tal vez, la soledad generalizada es una consecuencia directa, o la evolución, de un problema social profundamente arraigado: la epidemia de violencia masculina. Esta epidemia de violencia es mucho más letal y contagiosa que su resultado inevitable para los hombres: sentirse solos cuando sus comportamientos violentos los alejaron, en lugar de acercarlos, a la conexión.

    Es cierto que las tasas de suicidio son más altas en hombres que en mujeres. También hay mucha investigación que muestra lo perjudicial que puede ser la soledad para nuestra salud general como seres humanos. Es importante reconocer estos hechos porque el objetivo no es minimizar los riesgos de la soledad ni el bienestar mental y emocional de los hombres.

    El punto es que la situación social de soledad colectiva masculina es en realidad el resultado directo de la violencia colectiva masculina, la cual ha estado presente en la sociedad durante miles de años y es mucho más propensa a propagarse que la soledad. En los últimos años, se ha convertido en una epidemia transmitida por pódcast. Antes de eso, el patógeno se propagaba a través de conversaciones en vestuarios y las típicas excusas de “los chicos son así”.

    ¿Soledad masculina causada por la violencia masculina? No debería ser tan difícil de entender, pero desglosémoslo.

    Para empezar, a un nivel fundamental, tal vez algunos hombres no estarían solos si no hubieran matado a sus parejas o familias. A nivel mundial, alrededor de 50,000 mujeres al año son asesinadas por sus parejas íntimas, exparejas o miembros de la familia. Me pregunto si esos 50,000 hombres se cuentan dentro de la epidemia de soledad masculina.

    Pero más allá de eso, es bastante fácil entender cómo la experiencia colectiva de la soledad masculina es, en realidad, la evolución obvia de la violencia patriarcal.

    La violencia masculina siempre ha sido normalizada en un mundo patriarcal. En sociedades donde los hombres tenían el poder de definir la realidad, la definieron para apoyar y justificar sus propios comportamientos. Así, sus malas conductas podían fácilmente ser etiquetadas como normales… por ellos mismos. Por tanto, la violencia fue normalizada y las mujeres condicionadas a tolerarla, y en un mundo donde las mujeres dependían de su relación con los hombres para sobrevivir literalmente, estaban obligadas a tolerarla. Si tu esposo te golpea, pero no tienes opción legal de divorcio, ni derecho a tener una cuenta bancaria, ni posibilidad de vivir sola o volver con tu familia, ¿qué más puedes hacer que tolerar los golpes?

    Entre las mujeres, también socializadas bajo condiciones patriarcales, hay distintos niveles de misoginia internalizada, diferentes grados en los que hemosnormalizado nuestra propia opresión, romantizando la dominación masculina sobre nosotras, e interiorizado el abuso como amor. No todas las mujeres, claro. Algunas hemos luchado con fuerza para deconstruir lo que significa vivir y amar, e incluso —me atrevo a decir— reír en la cara del patriarcado.

    Durante mucho tiempo, mientras la violencia masculina era normalizada por los hombres en un mundo dominado por ellos, y sus malos comportamientos eran absorbidos por las mujeres, los hombres seguían manteniendo relaciones con mujeres. Incluso si odiaban a sus parejas, por lo general seguían teniendo una esposa a la que volver, e hijos también. Si sus matrimonios carecían de amor y estaban construidos sobre dinámicas de poder desiguales, los hombres aún podían encontrar amor y afecto fuera del matrimonio —generalmente, sin consecuencias. ¿Qué podía hacer una esposa sin cuenta bancaria? (Desde luego, no reaccionar emocionalmente —eso podría llevar a una mujer a ser institucionalizada o lobotomizada en ciertas épocas).

    De hecho, la institución del matrimonio era, en muchas culturas, más una alianza política y social que una unión por amor. El amor quedaba para lo extramarital. Los hombres no estaban solos, porque tenían esposas en casa obligadas por las condiciones sociales a cuidarlos y a criar a su descendencia, y también tenían amantes fuera del hogar.

    Además, se tenían entre ellos para validar la justicia de esas condiciones sociales. Los hombres tenían espacio público. ¿Con quién se encontraban allí? Con otros hombres cuyas esposas miserables también estaban en casa.Tenían amigos. Esposas para los servicios, amantes para el placer, y espacio público para socializar…tal como lo diseñaron.

    Después de siglos de quemas, ahogamientos, lobotomías, feminicidios y generaciones de gaslighting cultural para convencernos de que estamos locas por tener necesidades, histéricas por sentir emociones, no lo suficientemente inteligentes para estudiar, no lo suficientemente fuertes para ciertos trabajos o para subirnos a un tren porque se nos iba a salir el útero o lo que sea, las mujeres luchamos por tener acceso a los espacios y servicios que los hombres nos habían negado: educación, trabajo (un triunfo para el capitalismo), cuentas bancarias, propiedad, cargos políticos, el derecho a no ser violadas por nuestros maridos, entre otros. Es decir, todavía nos violan, pero ahora podemos presentar una denuncia. Probablemente, no pase nada más allá de nuestra propia retraumatización a manos de un policía o juez hombre, pero hay un acuerdo social de que los hombres nodeberíanviolar. Aunque los “machos alfa” de los pódcast traten de convencernos de lo contrario.

    (Si toda esta sumisión y servidumbre viniera naturalmente a las mujeres, probablemente no habría habido tantas cazas de brujas, lobotomías ni olas de feminismo. Si fuera natural para nosotras someternos a los hombres y quedarnos calladas, la cultura de los pódcast alfa ni siquiera existiría. ¿A quién están tratando de convencer de nuestra sumisión?)

    Y entonces llegó cierto grado de liberación económica para las mujeres, y con los anticonceptivos, algo de control sobre nuestros hábitos reproductivos (ambos triunfos del capitalismo, al menos), y de repente —en términos evolutivos…

    Las mujeres ya no dependíamos de nuestra relación con los hombres para sobrevivir en la realidad que ellos crearon.

    Con acceso al espacio público, a la educación, al mercado laboral, a cuentas bancarias propias y la posibilidad de alquilar o tener propiedades, ya no teníamos que tolerar el abuso dentro de nuestras relaciones. Aún ocurre, por supuesto: el condicionamiento social no se deshace tan fácilmente. Pero a medida que las mujeres salimos del aislamiento de nuestras casas, cortamos las cadenas que nos ataban a la estufa, comenzamos a hablar con otras mujeres y nos dimos cuenta de que sí podíamos sobrevivir sin relaciones que nos hacían odiarnos a nosotras mismas,muchas empezamos a diseñar vidas que no giraban en torno a nuestra relación con los hombres.

    Muchas mujeres aún quieren estar con hombres, aún desean parejas, familias, romance y amor, pero sus expectativas y necesidades han subido de nivel. Y, si leemos los comentarios en prácticamente cualquier publicación de redes sociales, parecería que los hombres no.

    La violencia masculina ha alejado a las mujeres de ellos. Esto no es un fracaso de las mujeres. No es que hayamos fallado en someternos o en ser femeninas. No es que estemos “demasiado en nuestra energía masculina” ni ningún otro discurso de gaslighting, ya sea sacado de la píldora roja o de tonterías pseudo espirituales de la nueva era. Cuando luchamos y conseguimos acceso a nuestros propios recursos, comenzamos a evitar la violencia masculina. Y los hombres se enfadaron por eso. Y cuanto más enfadados, más violentos. Y cuanto más violentos, más los evitamos.

    Y ahí entra… la epidemia de soledad masculina.

    Si tratas con violencia a las personas a tu alrededor, no querrán estar contigo. Parece tan básico, y, sin embargo…

    Como con cualquier tema, hay más matices y complejidad de lo que una afirmación general puede abarcar, así que esto no significa quesolola violencia cause la soledad.

    La soledad proviene de la falta de conexión. La violencia crea desconexión.

    No puedo hablar por ellas, pero puedo imaginarlo. Puedo imaginar que las mujeres de generaciones pasadas, aisladas en sus casas, atrapadas en matrimonios abusivos, sin oportunidad económica para salir, en matrimonios sin amor, donde sus maridos podían buscar amor extramatrimonial… puedo imaginar que todas esas mujeres también se sentían solas.

    Ningún medio de comunicación hablaba de esa soledad. Apenas conseguimos que reporten cuando nuestras parejas nos asesinan. (Cabe mencionar que cuandosíhay atención mediática por un feminicidio, siempre se trata de una mujer joven, blanca y convencionalmente atractiva, mientras que mujeres indígenas, negras y latinas son asesinadas y desaparecen a tasas mucho más altas).

    A nivel global, los hombres asesinan a 137 mujeres al día. Pero en realidad, probablemente son más.

    Una de cada tres mujeres ha sido o será abusada o agredida sexualmente por un hombre. Pero en realidad, probablemente son más.

    Y esto ni siquiera es un problema únicamente de género. La violencia masculina no solo va dirigida a mujeres. Cuando los hombres y niños son víctimas de violencia, generalmente también es a manos de otros hombres.

    ¿Cuántas mujeres han sido asesinadas, ahogadas, quemadas en la hoguera, violadas, lobotomizadas? ¿Cuántas han visto su trabajo robado y acreditado a algún hombre?

    ¿Cuántas han vivido vidas enteras sin haber consentido nada de ello?

    ¿Crees que las mujeres no han estado solas? Por supuesto que sí. Pero no nos entrevistaron en elWashington Postni nada por el estilo.

    Nosotras conseguimos gatos. Y brunch. Y terapia. Pilates y pelotones. Clubes de lectura y círculos de luna y Taylor Swift. Nos reunimos con las chicas, los gays y les “theys”. (Porque, resulta que ¡puedes ser amiga de cualquier ser humano que te caiga bien y a quien tú le caigas bien! ¡Es increíble!)

    Y los hombres lo odiaron. Nos dicen que vamos a morir solas con nuestros gatos y luego se quejan de estar solos.

    ¿Quieren que muramos solas? ¿O quieren que estemos con ellos?

    Es un poco confuso, la verdad, chicos.

    Cuando por fin salimos de nuestras casas y entramos a la vida pública, cuando dejamos de creer las narrativas de que otras mujeres eran nuestras mayores enemigas y empezamos a confiar y construir relaciones significativas entre nosotras, comenzamos a crear conexión. Y esa conexión no dependía de tener una pareja masculina. Esto no quiere decir que muchas mujeres no sigan deseando una pareja masculina, o conexión con hombres —pero muchas estamos cansadas de lidiar con el riesgo de violencia que eso conlleva. Y parece que, en lugar de volverse menos violentos, los hombres se están volviendo más solitarios.

    Pero aquí está el detalle: ¡no todos los hombres están solos! Algunos hombres aman a sus esposas. Algunos hacen amigos con otros hombres, ¡e incluso con mujeres! Algunos van a terapia. Algunos están dispuestos a deconstruir el condicionamiento que ha normalizado sus comportamientos violentos.

    Y si no están dispuestos a hacer el trabajo necesario para construir conexión en sus vidas… quizás deberían conseguir un gato.

    La soledad es parte de la condición humana. Momentos fugaces o agudos de soledad son emociones humanas normales.

    Creo que todas las personas podemos relacionarnos con el sentimiento de soledad. Así como estamos hechos para sentir conexión, creo que también estamos hechos para sentir soledad. Como todas las emociones que nos muestran algo, la soledad nos muestra (si lo permitimos) dónde necesitamos construir o crear conexión, o qué conexiones debemos soltar porque no son saludables.

    La soledad crónica, a largo plazo, es perjudicial para la salud. Somos seres sociales y nos necesitamos unos a otros. Sabemos que la soledad conlleva malos resultados de salud y disminución de la longevidad.

    También sabemos que la violencia masculina causa directamente muchas muertes cada año: 50,000 mujeres. Más todos los hombres que son asesinados por otros hombres. Más todas las guerras y genocidios dirigidos por hombres.

    Antes de abordar la soledad, debemos tomarnos en serio la violencia masculina, porque la soledad es producto de la desconexión, y es imposible conectar a través de la violencia.

    Sobre la autora

    Amy es facilitadora de defensa personal, certificado de Nivel 1 por ESD Global en 2018. Vive en Playa Samara donde facilita clases, cursos, y talleres de defensa personal. Amy también es escritora, editora, e instructora de yoga. Le gusta bailar, caminar en la playa con su perrita, reírse con amigas y combatir el patriarcado con sus palabras escritas.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • La Comunicación Empoderada: Herramientas, Consejos y Límites

    La Comunicación Empoderada: Herramientas, Consejos y Límites

    a Comunicación Empoderada: Herramientas, Consejos y Límites

    ¿Qué es la comunicación empoderada?

    Aprender a comunicar es un proceso que dura toda la vida, por eso en Mujeres Fuertes Autodefensa nos encanta explorar lo que llamamos “comunicación empoderada” en nuestros talleres. Hay libros, cursos, podcasts, artículos, clases y especialidades universitarias aparentemente infinitas dedicadas al arte y la práctica de la comunicación.

    Todxs sabemos que la comunicación es importante para tener relaciones sanas y que tener relaciones sanas es un aspecto crucial en nuestro bienestar general y nuestro florecimiento general como seres humanos.

    Necesitamos comunicarnos. Y muchas veces nos equivocamos. A menudo nos damos a entender mal. A veces nos lastimamos unos a otros sin querer simplemente por estropear nuestra comunicación. Otras veces nuestras emociones se vuelven intensas o nuestros traumas pasados ​​nos desencadenan tanto que perdemos la capacidad de comunicarnos de manera efectiva.

    ¡Practica comunicándote desde un corazón empoderado!

    ¿Cómo practicamos y dominamos la comunicación empoderada? Hay muchas herramientas que podemos aprender y prácticas que podemos incorporar en nuestras conversaciones para convertirnos en mejores comunicadores.

    Practicar nos hace mejores en cualquier cosa que hagamos. Pero el aspecto más importante de ser un buen comunicador es cultivar nuestro sentido de autoconciencia. Cada experiencia de aprendizaje es un proceso dinámico: recibimos información y orientación externamente y luego vamos hacia adentro para aprender más sobre nosotrxs mismxs y aplicarla. Es un proceso de alinear nuestro corazón, cuerpo y mente. Corazones empoderados y mentes abiertas conducen a una comunicación empoderada.

    Ser un comunicador empoderado no es sólo conocer las técnicas, también significa profundizar la relación contigo mismo para saber cuándo y cómo utilizarlas adecuadamente.

    Diferentes contextos y situaciones requieren diferentes tipos de comunicación por nuestra parte. A veces necesitamos ser firmes y asertivos, y otras veces debemos dejar que nuestra compasión nos guíe.

    La comunicación empoderada es una combinación del uso de técnicas asertivas, el establecimiento de límites, el consentimiento, la escucha, el sentimiento y la expresión de emociones, la formulación de preguntas y el cultivo de la empatía.

    Mucho de esto proviene de un enfoque basado en las necesidades, mediante la evaluación de nuestras necesidades y las de las personas con las que nos comunicamos.

    Usamos la empatía de manera intencional para conectarnos y comprendernos unos a otros, y aun así mantener límites claros y firmes para establecer y honrar nuestras propias necesidades.

    ¿Por qué tanto ajetreo sobre los límites?

    a Comunicación Empoderada: Herramientas, Consejos y Límites

    Incluso hace apenas unos años, nadie hablaba mucho de límites. Ahora escuchamos tanto sobre ellos que casi se está convirtiendo en una nueva palabra de moda. E incluso hasta el punto en que algunas personas están utilizando los límites como armas y usándolos para manipular a otros.

    Para ser claros, establecer un límite NO se trata del comportamiento de nadie más. No los establecemos para darle una lección a otra persona ni para controlar sus acciones. Se trata de nuestra propia seguridad, comodidad o necesidades.

    Si bien los límites pueden ser firmes, eso no significa que no puedan cambiar a medida que evolucionamos y crecemos. De hecho, tener límites se trata de comprender nuestras propias necesidades en cada momento. Es importante controlar continuamente nuestras necesidades para saber dónde están nuestros límites.

    Establecemos límites para honrar nuestro espacio emocional, nuestra capacidad mental, para proteger nuestro cuerpo, nuestro sistema nervioso y nuestros recursos energéticos. Los límites son cuidado personal y amor propio e incluso pueden ser defensa propia. Comprender dónde se encuentran nuestros límites nos permite ser claros con nosotrxs mismxs y en nuestras relaciones y nos ayuda a evitar sentir resentimiento más adelante.

    Algunas preguntas para empezar cuando se trata de límites:

    • ¿Cuáles son tus necesidades? ¿En general y en este momento?
    • ¿Cómo puedes apoyar las necesidades de los demás mientras honras las tuyas propias?
    • ¿Dónde sientes diferentes emociones en tu cuerpo?
    • ¿Cuándo has notado la necesidad de ajustar los límites?
    • ¿Cuándo te has sentido lo suficientemente segurx como para poder romper un límite?
    • ¿Puedes sentir empatía por los demás y compasión por ti mismo al mismo tiempo?
    • ¿Qué quieres de una conversación? ¿Qué quiere la otra persona? ¿Hay consentimiento?

    ¿Cuáles son tus necesidades? ¿En general y en este momento?

    ¿Cómo puedes apoyar las necesidades de los demás mientras honras las tuyas propias?

    ¿Dónde sientes diferentes emociones en tu cuerpo?

    ¿Cuándo has notado la necesidad de ajustar los límites?

    ¿Cuándo te has sentido lo suficientemente segurx como para poder romper un límite?

    ¿Puedes sentir empatía por los demás y compasión por ti mismo al mismo tiempo?

    ¿Qué quieres de una conversación? ¿Qué quiere la otra persona? ¿Hay consentimiento?

    a Comunicación Empoderada: Herramientas, Consejos y Límites

    Algunos consejos prácticos para una comunicación más empoderada:

    • Di no sin culpa ni miedo.
    • ¡Di SÍ cuando te sientas BIEN!
    • Escucha tu cuerpo. Escucha a los demás con todo tu cuerpo. Observa tu respiración.
    • Siente tus emociones en tu cuerpo, etiquétalas o defínelas sin juzgarlas, exprésalas de manera saludable.
    • Practica la empatía y mantén límites claros.
    • Pide consentimiento. (por ejemplo: ¿tienes tiempo/espacio para escucharme ahora mismo? ¿Puedo compartir algo con lo que estoy luchando? ¿Puedo desahogarme por un minuto?)

    Di no sin culpa ni miedo.

    ¡Di SÍ cuando te sientas BIEN!

    Escucha tu cuerpo. Escucha a los demás con todo tu cuerpo. Observa tu respiración.

    Siente tus emociones en tu cuerpo, etiquétalas o defínelas sin juzgarlas, exprésalas de manera saludable.

    Practica la empatía y mantén límites claros.

    Pide consentimiento. (por ejemplo: ¿tienes tiempo/espacio para escucharme ahora mismo? ¿Puedo compartir algo con lo que estoy luchando? ¿Puedo desahogarme por un minuto?)

    Talleres de comunicación empoderada

    Por ejemplo, en Mujeres Fuertes, en un Taller de Autodefensa Holística, discutimos qué es, por qué y cómo ser unx comunicadorx empoderadx. Es aprender sobre nosotrxs mismxs, nuestras necesidades, factores desencadenantes y nuestra experiencia emocional, para que podamos comunicarnos de manera efectiva en todos los contextos. Se trata de priorizar nuestras propias necesidades sin dejar de ser sensibles y empáticos con las necesidades de los demás, y de tener herramientas para gestionar los conflictos cuando nuestras necesidades no están alineadas con las de las personas que nos importan. Estas prácticas nos permiten avanzar con cuerpos empoderados, corazones empoderados y voces empoderadas.

    Estos son algunos de los fundamentos y herramientas básicos para comunicarse desde un lugar más empoderado. En nuestros talleres, analizamos estas ideas y las ponemos en práctica con escenarios divertidos y atractivos de la vida real. Ofrecemos talleres en una variedad de entornos, desde universidades hasta empresas, gimnasios, o grupos familiares.

    ¡Contáctenos para saber más, o para cotizar un curso de autodefensa!

    Publicado originalmente en el blog de Medusa Media Collective.

    Sobre la autora

    Amy es facilitadora de defensa personal, certificado de Nivel 1 por ESD Global en 2018. Vive en Playa Samara donde facilita clases, cursos, y talleres de defensa personal. Amy también es escritora, editora, e instructora de yoga. Le gusta bailar, caminar en la playa con su perrita, reírse con amigas y combatir el patriarcado con sus palabras escritas.

    Amy is a Level 1 self-defense facilitator certified by ESD Global in 2018. She lives in Samara, costa Rica, where she facilitates self-defense classes, courses and workshops. Amy is also a writer, editor, and yoga instructor. She likes to dance, walk on the beach with her dog, laugh with friends, and fight the patriarchy with her written words.

    a Comunicación Empoderada: Herramientas, Consejos y Límites escrito por Amy Schmidt

    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • Mi cara de cvlö y Medusa

    Mi cara de cvlö y Medusa

    medusa media collective

    Lecciones de una diosa sobre el poder de la fealdad

    Una expareja solía decirme que mi enfado (o más concretamente mi cara de cvlö) le asustaba. Fue gracias a él, gracias a la pirotecnia de nuestra dinámica conflictiva, que conocí mi capacidad de sentir rabia.

    ¿Sabes lo que se siente encarnar la palabra “furiosx” mientras tu ira te acompaña por la calle? ¿Escuchar música metal (que de paso odias) al máximo volumen para no tener que gritar solx? ¿Quedarte mudx de rabia, palabras perdidas del todo en la tormenta de nieve que cubre tu mente?

    Yo no lo sabía. Pero ahora lo sé.

    Recientemente, he estado profundizando en una amplia gama de interpretaciones y reconstrucciones del mito de Medusa. Investigación de mercado, por así decirlo, para un nuevo proyecto que estaba co-creando, Medusa Media Collective.

    Abundan los recuentos feministas de su historia. Sobreviviente, rebelde, víctima, bruja: Medusa también puede ser un símbolo de subversión, de resiliencia y del ciclo vital de destrucción y creación.

    Quizás mejor conocida por las serpientes en su cabello, la mirada de Medusa, como se menciona en la Ilíada de Homero, es igualmente fascinante.

    “El ojo de Medusa se petrifica. Su “mal de ojo” trae la muerte. ” —Miriam Robbins Dexter, Ph.D.

    ¿Qué tipo de expresión, cuando se encuentra en el rostro de una mujer, es tan aterradora que puede convertir a la gente en piedra? Mi conjetura: su “cara de cvlö” (un término, dicho sea de paso, que elijo adoptar).

    Ya sabes, aquella cara que viene con rabia cegadora y música metal. Es tan escalofriante que los hombres de todo el mundo tengan que rogar a las mujeres que sonrían en la calle. Desde los antiguos hasta los modernos, a nadie le gusta una mujer enfadada; por eso aprendemos desde pequeñas a mantener esas cosas bajo control.

    Sin embargo, si bien esta mirada puede traer la muerte, no creo que sea “mala”. Más bien creo que ha sido villanizado, demonizado junto con la ira de las mujeres.

    La ira no es mala, pero es transformadora. Y el cambio da mucho miedo. Terror, incluso.

    Ese compañero mío me dijo que mi ira era fea y aterradora. No podía soportar mirarlo.

    Lo que fue mucho más perturbador fue que por un momento le creí. Me alejé de la fealdad de mi propia ira, por miedo a que me convirtiera en piedra.

    Aceptando la ira como agente de cambio: aprendizajes de Medusa

    Por supuesto, este no fue el caso. Quizás la mirada de Medusa provoque otro tipo de muerte: la destrucción creativa, la muerte necesaria de lo viejo para crear espacio para lo nuevo. Muerte como transformación. Mi ira nos petrificó a ambos, pero finalmente me permitió quemar viejos ciclos y crear nuevos, lejos de las personas que desmembrarían mis emociones menos “atractivas”. Y ahí radica la otra interpretación del “mal de ojo”, la ira que nos protege, aleja las malas intenciones y las devuelve a quienes quieren hacernos daño.

    Las relaciones desafiantes generalmente se compensan con ciertos dones, y este me brindó una familiaridad íntima con mi ira, que apenas había tocado antes. Me tomó mucho tiempo dejar de lado esa ira cuando ya había excedido su bienvenida. Creo que es porque se sintió bien…

    Mi ira me prendió fuego y forjé muchas cosas en esas llamas: proyectos creativos, negocios, fuerza, hermandad. Las semillas se abrieron en ese calor destructivo y dieron origen a nueva vida. Y cuando me ayudó, lo dejé en un estante fuera de mi alcance, allí si alguna vez lo necesitaba. Sólo ahora recuerdo darme la vuelta y decirle “gracias” a la cara de cvlö, la “fealdad” que me dio tanto poder, protección y vida, tal como se decía que hacían las efigies de Medusa en los lugares y ciudades sagrados.

    Hasta ahora, todavía no podía decidir si arrepentirme de mi fealdad, mi ira, mi cara de cvlö… o deleitarme con ella. Sin embargo, cuanto más me adentro en las cuevas serpenteantes de la tradición de Medusa, más seguro estoy de que debo abrazar este poder, ignorando precisamente las instrucciones del patriarcado de decapitarlo y mirar hacia otro lado con vergüenza, disgusto y miedo.

    Medusa me sisea desde las sombras: “No les escuches, cariño. ¡Tu cara de cvlö es hermosa!

    ¿Y sabes qué? Hoy le creo.

    Publicado originalmente en el blog de Medusa Media Collective.

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • Mentiras que nos cuentan a las mujeres

    Mentiras que nos cuentan a las mujeres

    mujeres fuertes autodefensa

    ¿Por qué creemos que la competencia femenina es normal, inevitable, y natural?

    “Nunca he tenido muchas amigas mujeres.”

    “Es la primera vez en mi vida que he estado en un espacio de solo mujeres—¡y que me he sentido bien!”

    “Nunca me he llevado tan bien con chicas… Siempre me he llevado mejor con los maes… (hombres)”

    Los anteriores son comentarios y sentimientos que escuchamos constantemente en los retiros de empoderamiento y las capacitaciones de instructoras de autodefensa de Mujeres Fuertes. Espacios que, con mucha intención, designamos para solamente mujeres y personas no-binarias.

    Al inicio, me sorprendieron estos comentarios. Como niña, yo tuve el privilegio (poco común, ¡ya me doy cuenta!) de tener muchas amistades y conexiones positivas con otras chicas. A pesar de alimentarme de la cultura popular en los años 90 y los 2000s—telenovelas, música y libros que elevaron la competencia femenina, y pocas veces la colaboración—pude construir vínculos de apoyo, respeto, cariño, y empoderamiento mutuo.

    No aprecié mi suerte suficientemente hasta iniciar los retiros de Mujeres Fuertes en el 2018.

    mujeres fuertes autodefensa

    Como movimiento y plataforma de entrenamiento de autodefensa y empoderamiento, nos dedicamos a deconstruir varios mitos sociales y falsas narrativas a través de nuestras actividades. Dicho esto, me parece apropiado que agreguemos esto a la lista:

    Mentiras que nos cuentan a las mujeres

    • Que la competencia es un estado natural entre las mujeres.Más bien rescatamos nuestro verdadero patrimonio—como mujeres, como seres humanos—del círculo. Reconocemos que la autodefensa es colectiva, y que juntas nos levantamos, nos sanamos, y nos hacemos más fuertes.
    • Que ser femenina significa ser complaciente o pasiva.Alcontrario, celebramos la capacidad natural de las mujeres (y de todos los seres) para defenderse, abrazamos la agresividad (sana), y reconocemos los límites y la asertividad como cualidades humanas, no de género.
    • Que “chismear” es algo trivial.Preferimos replantear los “chismes” en el contexto del quinto principio de la autodefensa holística: Decir / Contar. Una herramienta que siempre hemos utilizado para cuidarnos entre hermanas, avisando sobre personas violentas y espacios no-seguros.
    • Que los “expertos” son por defecto hombres, y que el conocimiento sobre la autodefensa está por extensión codificado como masculino.Nos enfocamos en capacitar como instructoras a personas que comparten experiencias de vida con sus participantes.
    • Que el feminismo—y el empoderamiento—es algo distinto de los derechos LGBTQ, la justicia social y climática, el antirracismo, y muchos otros.Estamos profundamente interconectados—como personas, comunidades, y movimientos. No podemos cumplir nuestra misión e ignorar otras injusticias. La prevención de violencia es parte de un cambio social más amplio… y también el resultado de el.

    Que la competencia es un estado natural entre las mujeres.

    Más bien rescatamos nuestro verdadero patrimonio—como mujeres, como seres humanos—del círculo. Reconocemos que la autodefensa es colectiva, y que juntas nos levantamos, nos sanamos, y nos hacemos más fuertes.

    Que ser femenina significa ser complaciente o pasiva.

    Al contrario, celebramos la capacidad natural de las mujeres (y de todos los seres) para defenderse, abrazamos la agresividad (sana), y reconocemos los límites y la asertividad como cualidades humanas, no de género.

    Que “chismear” es algo trivial.

    Preferimos replantear los “chismes” en el contexto del quinto principio de la autodefensa holística: Decir / Contar. Una herramienta que siempre hemos utilizado para cuidarnos entre hermanas, avisando sobre personas violentas y espacios no-seguros.

    Que los “expertos” son por defecto hombres, y que el conocimiento sobre la autodefensa está por extensión codificado como masculino.

    Nos enfocamos en capacitar como instructoras a personas que comparten experiencias de vida con sus participantes.

    Que el feminismo—y el empoderamiento—es algo distinto de los derechos LGBTQ, la justicia social y climática, el antirracismo, y muchos otros.

    Estamos profundamente interconectados—como personas, comunidades, y movimientos. No podemos cumplir nuestra misión e ignorar otras injusticias. La prevención de violencia es parte de un cambio social más amplio… y también el resultado de el.

    ¡Esperamos verlas en nuestra próxima capacitación de instructoras—esta vez en Guatemala!

    Información y aplicaciones acá: https://forms.gle/rjjPhM97utQDfSPY8

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

  • La sororidad nos abre el camino a nuestra seguridad

    La sororidad nos abre el camino a nuestra seguridad

    Advertencia: se discuten temas de violencia sexual.

    mujeres fuertes autodefensa, sororidad, justicia, seguridad personal

    Aprendizaje Bonobo sobre la sororidad y la autodefensa colectiva

    Este mes, por fin sentenciaron al violador Andres Picado, a 24 años de cárcel. Fue acusado por violar entre el 2019 y 2022 a 5 mujeres extranjeras y 2 niñas, una con 13 años de edad y otra con 14, en Santa Teresa.

    Es un gran logro para las mujeres de la zona de Cóbano y Santa Teresa, específicamente, para quienes han estado buscando justicia por más de 2 años. También para las mujeres en todo el país, que han estado llamando la atención a los casos, se han organizado manifestaciones, marchas, publicaciones y más, para apoyar el proceso. Han estado trabajando por años con la esperanza de crear un pueblo más seguro para otras mujeres.

    ¿Será un ejemplo para otros agresores en la región? Esperamos que sí.

    Mientras, siento el agradecimiento colectivo, producto de la realización de justicia  que está pasando  y que se expresa en las redes. Éste agradecimiento no me llega sin el acompañamiento de otras emociones también: frustración, cansancio y una que está siempre presente, ira.

    Al leer las publicaciones de las colectivas de mujeres, pienso en tanto esfuerzo que hicieron y la energía que gastaron muchas mujeres, todo porun solo violador.

    ¿Cuántas mujeres tenían que alzar sus voces? ¿Cuántas mujeres tenían que defenderse, defender a las otras?

    Aunque en este caso por fin hemos visto alguna forma de justicia, en general el sistema no nos protege. El sistema judicial y toda la estructura legislativa fueron creados por hombres y funciona para ellos. No funciona para las mujeres ni para las otras personas marginalizadas.

    Imagínese, si requiere tanto esfuerzo de tantas personas para traer justicia contra las acciones de un solo violador, ¿cuánto esfuerzo se requiere para enfrentar la violencia patriarcal en general?

    ¿Cuántas voces tienen que gritar: “es un violador” para que nos crean?

    ¿Cuántas niñas tienen que ser violadas para que las autoridades hagan algo?

    ¿Cuántos casos similares tenemos que ver y vivir antes de que haya un cambio grande en la cultura patriarcal, la cultura que permite que los hombres sigan intentando mantener el poder sobre las mujeres?

    Me gustaría creer que éste caso será un catalizador para un cambio judicial.

    Me sigue frustrando pensar en toda la energía invertida en ésto, energía que se podía haber invertido en otros proyectos, en sueños, en vivir sus vidas. Pero por otro lado también me recuerda la fuerza y ternura que existe cuando las mujeres nos juntamos.

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    Aprendiendo de los Bonobos sobre la sororidad

    Me recuerda del Bonobo Sisterhood, un libro escrito por Diane Rosenfeld sobre la sororidad de los bonobos. Básicamente, el concepto es así: los bonobos son los primates más cercanos genéticamente a los humanos. Compartimos 97% de nuestro ADN con ellos. En la estructura social de los bonobos, no existe la violencia machista y en los casos raros en los que un macho demuestra una tendencia de violencia hacia una hembra, las demás llegan para castigarlo y expulsarlo de la tribu. Se protegen entre ellas aún si no son familiares o conocidas, y así, la violencia machista nunca tiene la oportunidad de persistir. 

    El patriarcado siempre ha mantenido su poder al convencernos y obligarnos a aislarnos en casa, con una cadena a la cocina, breteando sin parar para cuidar la familia, ahogándose en el trabajo doméstico, lejos de otras mujeres. Sin contacto con las compañeras, que son las que pueden compartir, confirmar y validar nuestras experiencias.

    Sin embargo, el mundo ha cambiado y ahora no estamos aisladas. Cada vez más conversamos de nuestras experiencias vividas, y nos vamos dando cuenta de que realmente ¡No estamos solas!, muchas veces hasta compartimos vivencias y así los abusos no son nuestros para cargar solitas sino juntas.

    En nuestro trabajo con Mujeres Fuertes, de enseñar y compartir la metodología de Autodefensa Holística, siempre hablamos de los cinco principios de defensa, uno de ellos que es “decir” o “contar.” ¿Y cómo es “decir” una forma de defensa si pasa después de un acto violento? Hablar de lo que nos pasa es una forma de sanación, nos da conexión y contención, nos acompañamos, fortalecemos la sororidad, y poder escuchar un “yo también” nos alivia. Es una gran parte de comenzar a generar un cambio cultural.

    El poder del colectivo

    Hace unos meses, conocí a una chica que llevaba poco tiempo viviendo en nuestro pueblo. Me pareció que estaba un poco triste y me contó que aún no tenía muchas amigas y su novio le había dicho que solo necesitaba a él, que no necesitaba amigas, que todas las mujeres en nuestro pueblo estaban locas.

    “Wow, que bandera roja,” le dije.

    Le dije que no solo no estamos locas, sino también estamos bien conectadas. Le conté cómo en nuestra comunidad hay mucho acuerpamiento, que las mujeres en mis círculos le cuidarían su espalda, que lucharían por ella y cualquier otra mujer, aún sin conocerla.

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    Es verdad, aquí y en muchos pueblos, las mujeres nos defendemos, nos apoyamos, nos protegemos entre nosotras, aún con mujeres que no hemos conocido. Hay colectivas oficiales y redes no oficiales de mujeres luchando por nuestra seguridad. Cuando una es violada, todas nos vemos afectadas, a todas nos duele.

    Sin saber de ellas, nos estamos organizando como las hembras de los bonobos.

    Y como ellas, para sentirnos más seguras, nos protegemos entre todas. Seguimos su ejemplo para empezar a crear una sociedad libre de violencia patriarcal.

    Que se haga justicia no debería requerir de tanto esfuerzo y energía gastada, sigamos construyendo hacia un mundo donde no tenemos que buscar justicia porque arrancamos las tendencias violentas desde la raíz. Un mundo donde expulsamos los agresores de nuestras tribus, donde nos protegemos entre todes, conscientes de lo que nos une, y donde dejamos de validar lo que nos separa.

    Sobre la autora

    Amy es facilitadora de defensa personal, certificado de Nivel 1 por ESD Global en 2018. Vive en Playa Samara donde facilita clases, cursos, y talleres de defensa personal. Amy también es escritora, editora, e instructora de yoga. Le gusta bailar, caminar en la playa con su perrita, reírse con amigas y combatir el patriarcado con sus palabras escritas.

    Amy is a Level 1 self-defense facilitator certified by ESD Global in 2018. She lives in Samara, costa Rica, where she facilitates self-defense classes, courses and workshops. Amy is also a writer, editor, and yoga instructor. She likes to dance, walk on the beach with her dog, laugh with friends, and fight the patriarchy with her written words.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.