*English below!*
Aprender y desaprender
En un taller introductorio de autodefensa holística, no tengo tiempo para hablar de algunos temas más profundos relacionados con este trabajo. Ya hay que tomar muchas decisiones sobre que incluir y que saltar para brindar una experiencia completa en solo dos o tres horas. Por eso abrí el espacio de este blog, para explorar los temas sociales, políticos y espirituales que complementan nuestra metodología.
Lo siguiente viene de mi libro, "Vagabunda: Una guía para viajar sola." Es el inicio de una conversación muy grande - y muy importante para mi - sobre el trabajo interno y social que sucede cuando aprendemos autodefensa.
***
Cuando le enseñamos a las chicas a no pelear nunca, a nunca enojarse, a nunca decir que no, a nunca ser salvajes, criamos una generación de mujeres que les cuesta defenderse, mujeres que no pueden gritar, pelear y armar un escándalo cuando su supervivencia depende de ello.
Hay un elemento de desaprendizaje de los comportamientos condicionados por detrás del trabajo de la autodefensa. Las chicas siempre deben ser amables. Las chicas no deben gritar, o pelear, o mostrar agresividad. Las chicas tienen que complacer los deseos de los hombres. Las chicas no deben enojarse. Los fundamentos del patriarcado, en resumen.
Hay lugar para la amabilidad, la bondad, la suavidad y la dulzura. Cuando me siento segura y en calma, prefiero vivir y relacionarme con un corazón abierto y una sonrisa amplia. Sin embargo, cuando le enseñamos a las chicas a no pelear nunca, a nunca enojarse, a nunca decir que no, a nunca ser salvajes, criamos una generación de mujeres que les cuesta defenderse, mujeres que no pueden gritar, pelear y armar un escándalo cuando su supervivencia depende de ello.
La autodefensa nos enseña a desaprender algunas de estas “verdades” que la sociedad nos inculca desde una edad temprana. Desaprendemos la retórica de que “es muy peligroso” y aprendemos que de hecho, podemos hacerlo solas. Desaprendemos nuestro miedo hacia el mundo y aprendemos a confiar en nuestra intuición y en la bondad básica de los otros.
Desaprendemos el viejo estereotipo de que el lugar de una mujer es en su casa y aprendemos a demandar nuestro lugar en ese gran mundo “ahí afuera”.
Por último pero no menos importante, desaprendemos la mentira gigante de que la única manera de ser femenina es siendo suave, dócil y complaciente. Si el arquetipo por defecto de hoy para las mujeres es la doncella afeminada o la madre protectora, entonces en el trabajo de la defensa personal aprendemos a recuperar los arquetipos femeninos más oscuros: la bruja, la diosa destructora, la mujer salvaje, la guerrera.
Al canalizar nuestra agresividad natural, nuestra guerrera interna, hacia la sanación y el crecimiento, nos volvemos más íntegras.
Al abrazar nuestra autonomía, celebramos nuestro poder personal, porque somos soberanas de nosotras mismas. Al adoptar un espíritu de optimismo incorregible, nos conectamos con el corazón abierto de la niña – lista para amar y abrazar el mundo con todas sus contradicciones.
Cuando abrazamos a la guerrera y a la amante, la agresividad y el corazón abierto, unimos dos aspectos de nuestra psique que muy a menudo han sido retorcidos, descompuestos o escondidos en la cueva de nuestro subconsciente junto con otras cosas hermosas que satanizamos.
Cuando le damos espacio a estas dos mujeres experimentamos una integración profunda. Sanamos.
Y cuando una de nosotras sana, todas sanamos.
Self-defense and the "Dark" Archetypes
Learning & Unlearning
In an introductory self-defense workshop, I don't have time to talk about some of the deeper themes connected to this work. There are already so many decisions to make about what to include and what to leave out in order to create a complete experience in just two or three hours. That's why I began this blog, to explore some of the social, political and spiritual themes that complement our methodology.
The following is a brief excerpt from my book, "Vagabondess: A Guide to Solo Female Travel," in the chapter on safety. It is the beginning of a large — and for me critical — conversation about the inner and cultural work that occurs when we learn self-defense.
***
When we teach girls to never fight, never get angry, never say no, never be wild, we raise a generation of women who struggle to defend themselves—women who cannot yell, fight, and raise hell when their survival depends on it.
There is an element of unlearning conditioned behaviors behind this work in self-defense and solo travel. Girls should always be polite. Girls shouldn’t yell, or fight, or show aggression. Girls should defer to the desires of men. Girls shouldn’t get angry. The foundational pillars of the patriarchy, in short.
There is a place for politeness, kindness, softness, and gentleness. When I feel safe and at ease, I prefer to live and relate with an open heart and a big smile. However, when we teach girls to never fight, never get angry, never say no, never be wild, we raise a generation of women who struggle to defend themselves—women who cannot yell, fight, and raise hell when their survival depends on it.
Self-defense and solo travel both teach us to unlearn some of the “truths” society instills in us from a young age. We unlearn the trope of “it’s too dangerous,” and learn that we can, in fact, do it alone. We unlearn our fear of the world and learn to trust—our own intuition, and the basic goodness of others.
We unlearn the age-old stereotype that a woman’s place is at home, and we learn to claim our space in the big, wide world “out there.”
And last but not least, we unlearn the giant lie that the only way to be feminine is to be soft, deferential, and accommodating. If the default archetype for many women today is the girlish maiden or the nurturing mother, then in self-defense work, we learn to reclaim the darker feminine archetypes: the witch, the destructive goddess, the wild woman, the warrior.
In channeling our natural aggression—our inner warrior woman—toward healing and growth, we become more integrated.
In embracing this lifestyle of self-reliance, we celebrate our agency, for we are sovereign unto ourselves. In adopting a spirit of incorrigible optimism, we connect with the open heart of the child—ready to love and embrace the world for all its contradictions.
When we embrace both the warrior and the vagabondess—aggression and open-heartedness—we unite two aspects of our own psyche that have too often been twisted, broken down, or hidden away deep in the recesses of our subconscious along with all the other beautiful things we demonize.
When we give space to these two women, we step into profound integration. We heal.
And when one of us heals, we all heal.
About the Author / Sobre la autora
Toby Israel is the founder of Mujeres Fuertes Costa Rica. As an Empowerment Self-Defense instructor (full certification and trainer of trainers, ESD Global) and yoga teacher, she facilitates retreats and workshops to inspire and transform through our connection with our inner strength. She came to Costa Rica in 2017 to complete her Masters at the University for Peace. She stayed for the sunshine, the fruit, and the community.
Toby Israel es la fundadora de Mujeres Fuertes Costa Rica. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, instructora de instructoras) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, las frutas, y la comunidad.
Comments