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  • El otro lado de la autodefensa y la comunicación asertiva

    El otro lado de la autodefensa y la comunicación asertiva

    mujeres fuertes autodefensa, comunicación asertiva

    Cómo recibir un “no” con amor

    En los talleres de autodefensa, hablamos mucho de cómo poner nuestros límites—encontrar nuestro no, expresarlo, y si es necesario defenderlo. Practicamos hasta el cansancio el “no sencillo” y la “fórmula mágica”. 

    Llegamos a entender que nuestro “no” no requiere ni explicación ni disculpas (podemos darlas si queremos, claro), y que éste se debe respetar.

    Se vuelve aún más importante en nuestros vínculos más cercanos; si un desconocido no sabe escuchar mi “no,” me voy, no necesito verlo de nuevo. Pero si un papá, amigx, o pareja no lo hace, allí tenemos que desarrollar técnicas más afinadas de comunicación para llegar a un entendimiento compartido. (O igual nos vamos, por supuesto.)

    A veces, hablamos también de un punto más sutil pero sumamente importante a una práctica de autodefensa holística: como recibir el “no” de otra persona con la misma comprensión, respeto y amor con lo cual nos gustaría que se nos recibiera a nosotres.

    Es clave reconocer que nadie pasa toda la vida en un solo rol de “víctima” o “agresorx”. Por todas las veces que no hemos logrado expresar un límite firme, sin duda hemos ignorado, traspasado o mal recibido los límites de las personas en nuestras vidas también.

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    A nadie le gusta escuchar la palabra “no”.

    Es natural y humano querer conseguir lo que queremos.

    ¿Entonces, cómo podemos encontrar un “no” con el mismo amor que queremos ver hacia nuestros propios límites?

    1. Primero, reconocemos que es una práctica y un proceso.Se siente incómodo al inicio—igual que poner límites—pero se vuelve más natural con el tiempo y la repetición. Podemos tenernos paciencia y disculparnos por las veces que reaccionamos desde el dolor o decepción y no con la madurez que quisiéramos.
    2. Segundo, podemos recordarnos que la persona que está expresando su límite es un ser autónomo, un universo tan complejo como nosotres. No tenemos que “entenderlo” para aceptar su límite y entender qué es lo que esa persona necesita en el contexto de su universo.
    3. Por ende, podemos preguntarnos si el vínculo puede coexistir sanamente con ese límite.Si una amiga no quiere salir este finde, la respuesta probablemente es sí. Pero si nuestra necesidad básica de seguridad, respeto o comunicación choca totalmente con el límite de tiempo, energía o inteligencia emocional de nuestra amiga, quizás no hay un vínculo funcional allí.
    4. Podemos practicar separar nuestra autoestima del “no” que recibimos.Cuando alguien nos dice que no, no es un comentario sobre nuestro valor como persona, ni sobre la validez de nuestros deseos o necesidades. Es simplemente información sobre los límites, la capacidad o las prioridades de esa persona en este momento. Un “no” a una solicitud no significa que somos egoístas por pedir. Podemos respirar profundo y recordar que nuestro valor es inherente y no depende de la disponibilidad o respuesta de los demás.
    5. Cuando nos encontramos resistiendo o presionando contra un límite, podemos hacer una pausa y examinar por qué.¿Qué necesidad no satisfecha está impulsando nuestra resistencia? ¿Es realmente sobre esta persona específica, o sobre algo más profundo? A menudo, nuestra dificultad para aceptar un “no” revela más sobre nuestras propias vulnerabilidades que sobre la otra persona. El objetivo es entendernos mejor y encontrar maneras más saludables de satisfacer nuestras necesidades. Quizás necesitamos buscar apoyo en otro lugar, o tal vez necesitamos trabajar en nuestra propia capacidad de estar solos o de tolerar la decepción. Esta consciencia nos permite crecer y fortalecer tanto nuestros vínculos como nuestra autodefensa emocional.

    Primero, reconocemos que es una práctica y un proceso.Se siente incómodo al inicio—igual que poner límites—pero se vuelve más natural con el tiempo y la repetición. Podemos tenernos paciencia y disculparnos por las veces que reaccionamos desde el dolor o decepción y no con la madurez que quisiéramos.

    Segundo, podemos recordarnos que la persona que está expresando su límite es un ser autónomo, un universo tan complejo como nosotres. No tenemos que “entenderlo” para aceptar su límite y entender qué es lo que esa persona necesita en el contexto de su universo.

    Por ende, podemos preguntarnos si el vínculo puede coexistir sanamente con ese límite.Si una amiga no quiere salir este finde, la respuesta probablemente es sí. Pero si nuestra necesidad básica de seguridad, respeto o comunicación choca totalmente con el límite de tiempo, energía o inteligencia emocional de nuestra amiga, quizás no hay un vínculo funcional allí.

    Podemos practicar separar nuestra autoestima del “no” que recibimos.Cuando alguien nos dice que no, no es un comentario sobre nuestro valor como persona, ni sobre la validez de nuestros deseos o necesidades. Es simplemente información sobre los límites, la capacidad o las prioridades de esa persona en este momento. Un “no” a una solicitud no significa que somos egoístas por pedir. Podemos respirar profundo y recordar que nuestro valor es inherente y no depende de la disponibilidad o respuesta de los demás.

    Cuando nos encontramos resistiendo o presionando contra un límite, podemos hacer una pausa y examinar por qué.¿Qué necesidad no satisfecha está impulsando nuestra resistencia? ¿Es realmente sobre esta persona específica, o sobre algo más profundo? A menudo, nuestra dificultad para aceptar un “no” revela más sobre nuestras propias vulnerabilidades que sobre la otra persona. El objetivo es entendernos mejor y encontrar maneras más saludables de satisfacer nuestras necesidades. Quizás necesitamos buscar apoyo en otro lugar, o tal vez necesitamos trabajar en nuestra propia capacidad de estar solos o de tolerar la decepción. Esta consciencia nos permite crecer y fortalecer tanto nuestros vínculos como nuestra autodefensa emocional.

    ¿Y tú, cómo recibes los “no”? ¿Cuáles herramientas te apoyan en esa práctica?

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

    Aprovechen nuestros recursos digitales de autodefensa:

    • Unblogcon docenas de artículos sobre la autodefensa, la prevención de violencia, y otros temas relacionados.
    • Uncanal de YouTubecon MUCHOS talleres de autodefensa grabados.
    • Unhandbooken formato PDF ilustrado explicando todas las técnicas.
    • Uncurso digitalautodidacta.

    Un blog con docenas de artículos sobre la autodefensa, la prevención de violencia, y otros temas relacionados.

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  • La comunicación asertiva para cualquier situación

    La comunicación asertiva para cualquier situación

    mujeres fuertes autodefensa, comunicación asertiva

    Cómo establecer límites en cualquier cultura y cualquier momento

    Las historias de acoso y hostigamiento para las mujeres son sumamente comunes. Tanto en casa como en el camino: el cuerpo, el espacio y los límites de una mujer están expuestos a ser irrespetados a diario.

    El acoso es una parte imperdonablemente común de la experiencia femenina, y se ha vuelto poco notable por su ubicuidad. Sin embargo, el hecho de que hayamos normalizado este comportamiento no significa de ninguna manera que sea aceptable.

    Particularmente —pero no solamente— para las mujeres que viajan solas, el acoso puede ser un problema serio, causando sentimientos de inseguridad, potencialmente conduciendo a un peligro grave y casi siempre convirtiendo una aventura épica en una batalla por el respeto básico.

    ¿La buena noticia? Es totalmente posible—¡y necesario!—comunicar y hacer cumplir los límites con firmeza cada vez que te sientas insegura o en riesgo.

    Puede sentirse incómodo al principio. Está bien. Se vuelve más fácil. Probablemente incluso comenzarás a disfrutar tu nuevo estilo de comunicación sin tonterías después de un tiempo.

    Tienes derecho a moverte por el mundo sin la protección de un compañero de viaje o pareja. Tienes derecho a definir y defender tus límites, independientemente de quién viaje a tu lado—si es que alguien lo hace.

    Como mujeres, como viajeras y como seres humanos, tenemos la oportunidad de practicar el establecimiento y la defensa de nuestros límites de pequeñas maneras todos los días.

    Como instructora de autodefensa, creo que es imperativo que lo hagamos.

    En este artículo compartiré mis tres estrategias favoritas de comunicación asertiva para establecer límites. Estas son las técnicas verbales que más enseño en mis talleres de defensa personal, y creo que son habilidades críticas para practicar en la vida diaria—ya sea en tu territorio local, en el camino o al otro lado del mundo.

    Nota: Es bueno ir más allá de nuestra zona de confort e interactuar con culturas desconocidas, pero un no rotundo sigue siendo un no rotundo. Las diferencias culturales son reales y pueden impactar las normas en torno a la comunicación, el espacio personal y el afecto físico. No obstante, tú estás a cargo de tu cuerpo y tu espacio, y tú decides qué está bien para ti y qué no.

    3 técnicas fundamentales de comunicación asertiva para establecer límites

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    1. Di que no.Tenemos que acostumbrarnos rápidamente a decir que no: “No, no necesito un taxi”. “No, no quiero hablar”. “No, gracias, es hermoso, pero no quiero comprarlo”. Puede ser un “no” con una sonrisa, o un “no, pero muchas gracias”. Sin embargo, si el mensaje no se está transmitiendo con una comunicación suave y educada, a veces tienes que ser más asertiva: “Dije que no”, en repetición, con un tono de voz uniforme y bajo y una postura confiada, generalmente obtiene resultados.Desafortunadamente, prácticamente en cualquier lugar del mundo al que vayas, el “no” de una mujer no recibe el mismo respeto inmediato que el de un hombre. Sin embargo, “no” es una oración completa, que no requiere ni disculpa ni explicación. No caigas en la trampa de negociar sobre tu no, o terminarás gastando tiempo, dinero y energía en conversaciones, cosas y personas que realmente no quieres. Por supuesto que puedes disculparte o explicar si quieres. El punto, como constantemente les recuerdo a les estudiantes en mis clases de autodefensa, es que es una elección, no una obligación.

    Di que no.

    Tenemos que acostumbrarnos rápidamente a decir que no: “No, no necesito un taxi”. “No, no quiero hablar”. “No, gracias, es hermoso, pero no quiero comprarlo”. Puede ser un “no” con una sonrisa, o un “no, pero muchas gracias”. Sin embargo, si el mensaje no se está transmitiendo con una comunicación suave y educada, a veces tienes que ser más asertiva: “Dije que no”, en repetición, con un tono de voz uniforme y bajo y una postura confiada, generalmente obtiene resultados.

    Desafortunadamente, prácticamente en cualquier lugar del mundo al que vayas, el “no” de una mujer no recibe el mismo respeto inmediato que el de un hombre. Sin embargo, “no” es una oración completa, que no requiere ni disculpa ni explicación. No caigas en la trampa de negociar sobre tu no, o terminarás gastando tiempo, dinero y energía en conversaciones, cosas y personas que realmente no quieres. Por supuesto que puedes disculparte o explicar si quieres. El punto, como constantemente les recuerdo a les estudiantes en mis clases de autodefensa, es que es una elección, no una obligación.

    1. Sé un disco rayado.Cuando se trata de acoso—contacto no deseado, coqueteo u otro comportamiento—una técnica similar funciona bien. Elige una frase (por ejemplo, “No quiero hablar ahora mismo”. “No me toques”. “Déjame en paz”.) y mantente firme. Es difícil argumentar o manipular ante una repetición estoica.Sé un disco rayado, repitiendo tu única frase asertiva hasta que la persona capte el mensaje. No hay necesidad de gritar o ponerse a la defensiva a menos que el (la) acosador (a) se vuelva más amenazante.Un tono bajo y uniforme, lenguaje corporal confiado y una negativa a entrar en cualquier negociación (¿pero por qué? Vamos… solo estoy siendo amable, etc.) pueden detener muchos comportamientos no deseados.

    Sé un disco rayado.

    Cuando se trata de acoso—contacto no deseado, coqueteo u otro comportamiento—una técnica similar funciona bien. Elige una frase (por ejemplo, “No quiero hablar ahora mismo”. “No me toques”. “Déjame en paz”.) y mantente firme. Es difícil argumentar o manipular ante una repetición estoica.

    Sé un disco rayado, repitiendo tu única frase asertiva hasta que la persona capte el mensaje. No hay necesidad de gritar o ponerse a la defensiva a menos que el (la) acosador (a) se vuelva más amenazante.

    Un tono bajo y uniforme, lenguaje corporal confiado y una negativa a entrar en cualquier negociación (¿pero por qué? Vamos… solo estoy siendo amable, etc.) pueden detener muchos comportamientos no deseados.

    1. Nómbralo y cámbialo.Una estrategia alternativa implica “nombrar” el comportamiento que queremos cambiar o detener. Esta es una de mis técnicas favoritas.Primero nombramos el comportamiento (por ejemplo, “Tu mano está en mi pierna”. “Me estás mirando fijamente”. “Me estás siguiendo”.) sin preguntas ni calificaciones. Las preguntas invitan a respuesta, negación o negociación. En una situación peligrosa o incómoda, no queremos iniciar una conversación o discutir sobre los hechos; solo queremos hacer los cambios necesarios para sentirnos seguras.Después de nombrar el comportamiento, exigimos el cambio que deseamos ver (por ejemplo, “Deja de tocarme”. “Déjame en paz”.) sin sentirnos obligadas a pedir amablemente o decir por favor. Si una vez no es suficiente, podemos volver a la repetición hasta que el mensaje llegue.Amo esta técnica por varias razones. Primero, no deja lugar a dudas; ambos(as) sabemos lo que está pasando aquí, y no vamos a discutir sobre eso. Segundo, alerta a cualquier(a) espectador(a) sobre la situación. Finalmente, establece claramente un límite: “Estás haciendo esto. No quiero que lo hagas. Para”. Si el comportamiento persiste, entonces sabemos que una persona no respeta nuestros límites ni se preocupa por nuestras necesidades.

    Nómbralo y cámbialo.

    Una estrategia alternativa implica “nombrar” el comportamiento que queremos cambiar o detener. Esta es una de mis técnicas favoritas.

    Primero nombramos el comportamiento (por ejemplo, “Tu mano está en mi pierna”. “Me estás mirando fijamente”. “Me estás siguiendo”.) sin preguntas ni calificaciones. Las preguntas invitan a respuesta, negación o negociación. En una situación peligrosa o incómoda, no queremos iniciar una conversación o discutir sobre los hechos; solo queremos hacer los cambios necesarios para sentirnos seguras.

    Después de nombrar el comportamiento, exigimos el cambio que deseamos ver (por ejemplo, “Deja de tocarme”. “Déjame en paz”.) sin sentirnos obligadas a pedir amablemente o decir por favor. Si una vez no es suficiente, podemos volver a la repetición hasta que el mensaje llegue.

    Amo esta técnica por varias razones. Primero, no deja lugar a dudas; ambos(as) sabemos lo que está pasando aquí, y no vamos a discutir sobre eso. Segundo, alerta a cualquier(a) espectador(a) sobre la situación. Finalmente, establece claramente un límite: “Estás haciendo esto. No quiero que lo hagas. Para”. Si el comportamiento persiste, entonces sabemos que una persona no respeta nuestros límites ni se preocupa por nuestras necesidades.

    Si la situación lo requiere, es posible que también quieras subir el volumen. Se ha demostrado que gritar previene hasta el 50% de los asaltos contra las mujeres. La voz es una poderosa herramienta de defensa personal.

    Para gritar efectivamente, asegúrate de usar tu vientre—los cantantes, actores y oradores públicos ya sabrán cómo hacer eso—para proteger tus cuerdas vocales y aportar más poder y resonancia a tu voz. ¡Te animo a probarlo en casa! Dile a tus vecinos que estás tomando una clase de actuación (esto lo explica todo), reúne algunos amigos, pon música a todo volumen y practica gritando “¡NO!” tan fuerte como puedas. Recuerda gritar desde tu centro; puede ser útil mantener tus manos en tu vientre como un recordatorio táctil al practicar.

    Las personas que atacan, asaltan o acosan a otras personas no son superhumanos.Son vulnerables a alguien gritándoles en la cara, la vergüenza de ser señalados públicamente, o la incomodidad humana de ser confrontados directamente con su mal comportamiento. Jamás debería ser responsabilidad de nadie evitar un asalto o acoso—y una víctima nunca, jamás tiene la culpa—estos son riesgos reales, especialmente para las mujeres, en todas partes del mundo.

    Ya sea cerca de casa o en el extranjero, todos deberíamos sentirnos preparados para tomar nuestra seguridad en nuestras propias manos.

    Entonces, ¿cuáles son tus estrategias preferidas para establecer límites y mantener tu comunicación clara y asertiva? ¡Comparta tu sabiduría en los comentarios!

    ¿Quieres aprender más técnicas de seguridad personal? ¡Bienvenides a nuestros próximos talleres de autodefensa!

    Sobre la autora

    Toby Israeles la fundadora y facilitadora de Mujeres Fuertes Autodefensa. Instructora de defensa personal (Certificación Completa, ESD Global, Formadora de Instructoras, Credencial ESDP con la Association of ESD Professionals) y maestra de yoga, facilita retiros y talleres para inspirar y transformar a partir de la conexión con nuestra fuerza interior. Vino a Costa Rica en 2017 para sacar su maestría en la Universidad para la Paz. Se quedó por el sol, la papaya y la comunidad.

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    Sobre Mujeres Fuertes Autodefensa

    Mujeres Fuertes es un proyecto de autodefensa apoyando a todas las personas a vivir una vida libre de miedo y llena de confianza.

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