Pero la razón es mucho más compleja de lo que piensas.
Recién en una presentación del documental de Mujeres Fuertes, nos quedamos conversando sobre la (falta de) presencia de instructores hombres en nuestros talleres.
Mientras que ofrecemos varios talleres para un público mixto, hasta ahora nuestra capacitación de instructoras de autodefensa holística está abierta exclusivamente a mujeres. En otras palabras, los hombres pueden asistir a (algunos) cursos nuestros, pero no los pueden impartir.
Regularmente, los hombres tanto desconocidos como conocidos, ofrecen ayudarnos en nuestros talleres de defensa personal. De vez en cuando una participante se queja porque eran mujeres, no hombres, las que sostenían las almohadillas para practicar los golpes, y que por eso les parecía menos serio o menos real la práctica.
Por lo general, las mujeres tienen miedo de ataques violentos cometidos por hombres, entonces es entendible su deseo de practicar las herramientas contra cuerpos masculinos. Pero, no nos parece razón suficiente para cambiar nuestra estructura, la cual se basa en principios de educación con atención específica al trauma.
Más bien, les invitamos a todes a reflexionar sobre unas preguntas claves:
¿Por qué las personas le asignamos más valor a una clase si el instructor es hombre?
¿Por qué solemos asumir que le falta algo a un equipo de mujeres, y entonces necesariamente requiere algún apoyo masculino.
¿Por qué, históricamente han sido hombres los que enseñan la defensa personal para mujeres, aunque no han experimentado la misoginia y el machismo de la misma manera?
Esta reflexión nos lleva de vuelta a la pregunta, ¿por qué no tenemos instructores hombres?
¿Por qué esta exclusividad? ¿Es porque somos feministas que odiamos a los hombres? ¡Claro que no! Como siempre, la respuesta es bien compleja. Tiene varias capas, todas radicalmente disruptivas, y basadas en el amor y el activismo:
1. Queremos equilibrio y equidad.
La gran mayoría de las clases de defensa personal para mujeres han sido lideradas por hombres. Nuestra elección de capacitar y crear equipos de solamente mujeres representa una lucha más amplia para habitar espacios históricamente masculinos y/o excluyentes de las mujeres. Es nuestro derecho estar allí. No estamos en contra de los hombres que dan clases de defensa personal; simplemente sentimos que ya hay muchos, y no hay suficientes mujeres haciendo lo mismo. Queremos cerrar esa distancia y crear oportunidades que hasta ahora han sido ausentes.
2. Buscamos modelar el liderazgo y poder feminino.
Muchas personas no han visto un equipo 100% liderado por mujeres, y mucho menos en ambientes como las artes marciales o defensa personal— espacios, como ya comentamos, históricamente dominados por hombres. Nuestro estilo de educación incluye “modelar” los conceptos que queremos enseñar: consentimiento, respeto, autonomía, empoderamiento, y sí, mujeres en puestos de autoridad y poder.
3. Creemos que (a veces) es necesario crear espacios solo para mujeres.
Una en 3 mujeres ha experimentado violencia sexual. Muchas más han vivido algún acoso callejero o laboral. No todos los agresores son hombres, pero la mayoría sí. Así que no siempre representan seguridad para las que han vivido violencia. Algunas participantes en nuestros talleres quizás hubiesen preferido entrenar con instructores hombres, pero muchas más eligen nuestros cursos porque se sienten más cómodas aprendiendo en un círculo de mujeres. (Sí, a veces ofrecemos talleres para todes. Ver #1 y #2 .)
Reconocemos que muchos hombres YA están dando cursos de autodefensa, y más adelante tenemos intencionado ofrecer capacitaciones mixtas que enseñen a todes:
Cómo crear espacios seguros con atención específica al trauma.
Cómo enseñar estrategias de comunicación, intuición y apoyo en red como parte de un sistema holístico.
Como tomar en cuenta el contexto sociocultural de la violencia, y así también de la autodefensa.
Cómo facilitar el auto-empoderamiento, tejer redes de apoyo, e invitar el desaprendizaje del machismo en las clases de defensa personal.
Cómo presentar la autodefensa como un camino de sanación y conexión y libertad—no de miedo y limitaciones.
Así es cómo enseñamos nosotras, ¡y así seguiremos!
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